NARRA NOAH Mi yo interno, comienza a dar brincos sin parar y a gritar de felicidad. «¡Sí me ama, carajo! ¡Sí me ama!» Estoy tan feliz que casi cometo la reverenda estupidez de confesarle a Liam que esa mujer soy yo. Que la mujer a la que Kai conoció en la isla, es la misma que tiene frente a él. Si no fuera por la llegada de Camille, junto a sus padres, lo hubiera terminado haciendo. —Mamá, papá... —dice Camille, hablándole a los señores que vienen con ella, como si de dos niños pequeños a los que se les explica que uno más uno es dos, se tratara—. Quiero que mantengan sus mentes abiertas y tomen esto con toda la calma del mundo. Tomo aire hasta llenar mis pulmones y luego me paralizo, cuando Camille se quita de enfrente y me encuentro cara a cara con los señores Spencer. No sé có

