NARRA KAI SPENCER Vuelvo a tocar su pulso otra vez, esperando sentir algo. Esperando que no esté muerto... Pero no hay nada, absolutamente nada. Ni un tan solo signo de vida. —¡Lo matamos! ¡Lo matamos! —farfulla Noah, en tanto, un torrente de lágrimas empapa su rostro y le entrecorta la voz—. ¡Cameron ha muerto por nuestra culpa! Tomo su rostro entre mis manos y la obligo a que me vea. —Escúchame bien —le digo, tratando de hablar con calma, pero mi voz me delata: Estoy afectado, muy afectado. Él y yo, no teníamos la mejor relación y siempre estábamos discutiendo por nuestros diferentes puntos de vista, pero, sea como sea, era mi padre—. Nosotros no somos los culpables de esto. Fue algo que pasó... —¡No! —me objeta, moviendo la cabeza y soltándose de mi agarre—. Nosotros tenemos la cu

