NARRA NOAH Me sobresalto y doy un brinco atrás, tratando de soltarme y alejarme, pero, su agarre es preciso y fuerte, y no me suelta. A pesar de que está débil y que ha pasado por esa crisis, todavía tiene tanta fuerza, como para atraerme hasta él casi a rastras. Me acerca tanto, que casi caigo sobre su cuerpo. Su aliento ardiente, choca contra mis mejillas cuando habla. —¿Qué significa todo esto, Noah? —inquiere en voz baja y algo cansada, sin embargo, es lo bastante demandante como para alterar a mis sentidos—. ¿Se puede saber qué haces aquí? Trato de soltarme de su agarre, pero no sé cómo carajos le hace y me es imposible lograrlo. —Tú lo sabes —espeto con voz firme—. Sabes muy bien lo que está pasando. ¿No fue precisamente eso lo que te alteró esta tarde y te hizo entrar en crisis

