PDV Anne:
– Ka, Kai, ¿Kyle? – tartamudeo con esfuerzo, arrastrando la lengua, obviamente estoy muy ebria, pero no tanto como para no saber qué está sucediendo
– Shhh, tranquila, no pasa nada, todo está bien, sólo nos estamos poniendo cómodos, descansa preciosa.
Siento como sus asquerosas manos pasan sobre mi cuerpo, sobre mi piel, estoy desnuda, es completamente repulsivo, y no entiendo por qué no me reaccionan las manos, los brazos, las piernas, quiero gritar, golpearlo, tantas lecciones de defensa personal que tomé para nada, ya que todo lo que debería, lo que sé hacer, no puedo hacerlo, no entiendo, ¿me drogó?, pero ¿cómo?, no le acepté ninguna bebida.
Entonces lo siento sobre mí, siento como separa mis piernas, siento el peso de su cuerpo sobre mí, su respiración está sobre mi cuello, sobre mi rostro, tengo nauseas, quiero, maldición, quiero matar a este desgraciado, si tan solo pudiera moverme, pero nada me responde, cierro los ojos preparándome para lo peor que me pudiera pasar en la vida, siento como el enojo y la toda la frustración que siento forma una enorme bola roja en mi vientre, extrañamente la imagino subir y salir de mi estómago, sube por mi garganta y entonces siento una sacudida, como un choque de electricidad que me golpea, abro los ojos y es como si una enorme lámpara me deslumbrara, como si una luz cegadora al mismo tiempo me alumbra y me lastima la vista, pero también como si inexplicablemente saliera de mis ojos, siento entonces como Kyle se quita de encima de mí y lo veo salir volando hasta el otro lado de la habitación, choca contra las puertas de su closet con un ruido muy fuerte y después pierdo de nuevo la conciencia.
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Narrador:
La joven mujer yace inconsciente sobre la cama desarreglada y con la ropa rota, el sujeto también está inconsciente, pero él se encuentra tirado en el piso junto a las puertas del closet que ha destrozado al ser lanzado contra ellas, es entonces cuando una gran cantidad de rayos de luz de la enrojecida luna entran a través de las cortinas de la habitación e inciden directamente sobre la esfera en el pecho de la mujer que inadvertidamente duerme sobre la cama.
Dentro de la esfera de plata, la piedra lunar empieza a flotar y a brillar, y a brillar, y a brillar cada vez más, hasta que un enorme resplandor plateado cubre todo el cuerpo de la doctora, haciéndola levitar y en un repentino estallido de luz, hace que la mujer desaparezca de la habitación.
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A la mañana siguiente, Anne despierta, con tremendo dolor de cabeza.
– Oh por todos los cielos, ¿qué rayos me dio de tomar Lu?, la cabeza está matándome – dijo la chica en voz alta, llevándose las manos a la frente y tapándose los ojos, ya que la luz del sol se siente como agujas que penetran sus ojos y llegan a regiones inexploradas de su cerebro.
Ella se queja mientras se mueve en su cama, y cuando baja sus manos a los lados de su cadera, siente la rasposa sensación en estas.
– ¿Qué?, esta no es mi cama – abre los ojos y nada tiene sentido.
La joven mira a su alrededor y no logra reconocer absolutamente nada, no tiene la menor idea de dónde está, parece una cárcel, con muros de piedra, pero está sobre una cama.
Se pone de pie y nota una extraña bata blanca, más parecida a un costal de papas que a ropa que ella o cualquiera de sus conocidas usaría.
Entonces recuerda vagamente a Kyle, ‘¿me tiene encerrada en algún sótano?’
Camina hasta la rústica ventana y lo que ve no tiene ninguna explicación lógica, todo lo que puede ver son muros de piedra, ella se asoma desde arriba de una ventana de algo que parece un castillo, fuera de la enorme barda de piedra, sólo puede ver un camino de tierra y plantas, verde, todo es verde hasta donde sus ojos pueden ver, el cielo está nublado y todo luce triste y deprimente ahí a fuera.
– ¿Qué demonios es esto?, ¿dónde rayos estoy? –
Exclama sorprendida y confundida por igual, nada dentro de su cerebro logra darle contexto o una explicación lógica a lo que está viendo.
– ¿Estoy soñando?, claro, eso debe ser –
La joven se toma la piel del antebrazo derecho entre los dedos de su mano derecha y al darle un fuerte apretón y después un giro casi de ciento ochenta grados, grita.
– ¡Dang!, eso duele, pero, entonces –
Antes de que más hipótesis se formulen en su cerebro, un toquido inesperado en la enorme, extraña y obviamente pesada puerta de madera la toman desprevenida.
Ella se queda en silencio y no sabe como reaccionar, ¿qué debería hacer?, ¿o qué debería decir?, no sabe si está secuestrada o qué es lo que sucede, así que decide no hacer ni decir nada, sólo espera.
– Señorita Ally, ¿está despierta?, ya es hora de su baño, el joven duque ha llegado y pronto bajará a desayunar – ¿Ally?, ¿quién rayos es Ally?, hey, ¿escuché bien?, ¿duque?, ¿cuál duque? – ¿Señorita Ally?, ¿puedo pasar? –
Al saber que era la voz de una mujer, pensó que podría investigar un poco y en caso de que hubiera peligro, someterla con facilidad y huir.
– Pasa – dijo de forma cortante y desconfiada.
La puerta se abrió y la delgada figura de una joven mujer, de no más de veinte años, apareció frente a ella.
– Por Dios, señorita, luce terrible, ¿no descansó anoche?, ¿extraña a su padre?, ¿a su cama? – ¿padre?, ¿ella conoce a mi padre?
– Mmm, ¿quién eres tú? –
Fue lo único que acertó en decir la confundida y extrañada mujer.
– Ay, señorita Ally, deje de jugar, venga, vamos a bañarla –
La chica cerró la puerta de la habitación y caminó hasta ella, la tomó por un brazo y Anne empezó a forcejear.
– Vamos señorita Ally, no querrá llegar tarde al desayuno, me han informado que el duque es muy estricto con la hora en la que se deben servir sus alimentos y que odia la impuntualidad, no querrá hacerlo enojar – ¿duque?, ¿por qué sigue hablando de un mentado duque?, a mí que me importa lo que le guste o no al tipo ese, y ese acento, ¿qué es ese acento?, pareciera que la chica está ensayando para salir en una copia pirata de la película de Anne Boleyn
– ¿Cuál duque?, ¿quién eres? –
– Señorita, ¿tal mal durmió?, ¿acaso tuvo otra de sus pesadillas? –
Anne negaba, pero la joven chica parecía conocerla bien, ¿cómo es que sabe que tiene pesadillas y suele dormir verdaderamente mal y levantarse varias veces en la noche, incluso la llevaron de niña al neurólogo y a varios especialistas del sueño, pero nada la ayudó.
– ¿Quién eres?
– Oh mi señor, soy Cata señorita, y vamos a llegar tarde, no me dará tiempo de arreglar su cabello, daremos una muy mala primera impresión al joven duque, recuerde lo que dijo su padre, podría impresionarlo y conseguir una propuesta – ¿propuesta?, esta chica cada vez que abre la boca dice cosas más y más locas, no entiendo que rayos está sucediendo o de qué demonios habla.
Después de una serie de argumentos entre ambas jóvenes, Cata finalmente logró arrastrar a Anne hacia una puerta que estaba cerrada, dentro de la habitación, y al entrar, lo primero que pudo Anne ver, fue una enorme tina de baño de color rojizo, “cobre”, pensó la joven, era un baño muy extraño y en medio de este se mostraba la curiosa bañera, justo en medio de la fría habitación que tenía de los mismos muros de piedra.
Anne se estremeció un poco al sentir el frío del baño, el cual en verdad contrastaba con la calidez que había en la otra habitación en la que había despertado, ‘¿cómo rayos calientan estas jaulas de piedra?’
La chica trato de desabrocharle la extraña bata y Anne se resistió.
– Está bien, desvístase usted, mientras yo iré por el agua.