POV MIKAELA
—¡No, no, no, no! —niego, cuando Adrien cae al suelo y su camisa comienza a empaparse de sangre. El arma cae a un lado y, asustada y temiendo que se pueda disparar sola, la empujo con mi pie, lejos de nosotros.
En el forcejeo, he logrado desviar el cañón de la Beretta, de su cabeza hacia abajo, sin embargo, no he logrado evitar que se detone y el disparo le ha dado en el pecho.
El cuerpo de Adrien se pone rígido y la cantidad de sangre que brota de la herida es exagerada, tanto, que causa que el terror se apodere de mí.
—¡Carajo! —exclamo, desesperada, agachándome a su lado y tomándolo entre mis brazos—. Pero, ¿qué es lo que has hecho?
—Déjame morir —musita, todavía llorando—. No merezco vivir.
—¡No! —le grito, nerviosa—. ¡No te puedes morir!
Comienza a ponerse pálid
