POV ADRIEN LOWELL Le abro la compuerta del carro y le ofrezco mi mano para ayudarla a salir. Pone el primer pie en el suelo y sale, luciendo un ajustado vestido gris ahumado, con un ligero brillo escarchado. Si hablamos de Rebeca, nada más con lo que se puede ver a simple vista, ella es la mujer perfecta. Elegante, hermosa, sofisticada, culta y educada. Pero, si hablamos de su carácter, no hay nada relevante, ya que es demasiado sosa. Sin criterio propio, siempre tan sumisa, tan reservada, tan ingenua y sin iniciativa. Hace un tiempo atrás, pensaba que eran las mejores cualidades que podía tener una mujer, y, en parte, aún lo creo, porque me gusta todo aquello que puedo controlar. Y Rebeca es una mujer fácil de controlar. Sin embargo, algo me hizo esa niña tonta, que, después de lo

