POV ADRIEN LOWELL —¡No puede ser cierto! —niego, sin poder creer lo que estoy escuchando— ¡Lo que dices no puede ser verdad! ¡Yo jamás te he tocado! ¡Jamás haría algo como lo que has dicho! —Estabas a punto de hacerlo otra vez —me replica, avanzando y plantándose frente a mí con actitud temeraria—. Hace tan solo unos instantes, en esa misma cama, —señala la cama— cuando querías obligarme a cumplir los deberes de una esposa. Me llevo las manos al rostro, tapándolo por la vergüenza y la repulsión que siento por mí mismo y por mis actos. —Pero eso es diferente, Mikaela —trato de excusarme, aunque lo que quería hacer era lo más deshonorable que puede existir y no hay justificación alguna que me excuse de lo que trataba de hacerle—. Admito que no soy el mejor hombre del mundo. Que me he

