8

524 Words

Incluso durante la clase del profesor de matemáticas, no tenía cabeza para hacer cálculos correctos, la única formula que necesitaba era Tiziano, así resolvería su problema. —¿Señorita, Metaxàs? —le llamó la atención el profesor, mirándola a través de enormes anteojos con monturas oscuras. Salió del ensimismamiento como si nada, es que no servía fingir que le agradaba estar ahí atendiendo a la clase, cuando solo estaba ocupando un pupitre para calentarlo; le sostuvo la mirada sin temor, de hecho el señor Morgan, bajito y calvo, no inspiraba absolutamente nada de miedo. Resopló sin amedrentarse, en el acto consiguió una mirada de parte del hombre que pretendía intimidar. Intento fallido. —Ahora, ¿qué rayos hice? —se atrevió a inquirir en un tono desafiante, sin importarle un bledo qu

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD