Capitulo 1 - Tres meses

2045 Words
Thiago POV'S   Tres meses después   -Señor, dos ejecutivos lo esperan. Dicen querer hablar con usted, ¿los hago pasar? - me preguntó mi secretaria   -Pero si yo no tengo ninguna visita para hoy- le dije mirando mi agenda   -Dígame usted, ¿qué les digo? Ellos me dijeron que es de suma importancia hablar con usted- me informó   -Hágalos pasar entonces- le contesté   -Perfecto señor, con permiso- me dijo saliendo de mi oficina.   Había inaugurado otra constructora, la vida me había cambiado tanto que me surgieron ideas de seguir emprendiendo para llenar mi vacío.   La puerta de mi oficina volvió a abrirse, alce la mirada encontrándome con aquellos dos rostros.   - ¿Que hacen aquí? - le pregunté a ambos poniéndome de pie.   -Thiago, entiende que cometimos un error y que te fallamos, pero te hemos buscado de todas formas y haciéndonos pasar como ejecutivos fue la única forma en que podríamos verte y hablar contigo. Te desapareciste de una forma muy dolorosa para nosotros- me dijo Camilo mirándome a la cara.   Negué con la cabeza   -Thiago, por favor perdónanos- me dijo Diana resentida.   - ¿Para esto vinieron? No tengo tiempo para sus disculpas. Estoy ocupado- les contesté ajustando un botón de mi chaqueta.   -Thiago, Antonella se va a casar-   Mi corazón dejó de bombear la sangre, sentí todo mi cuerpo detenerse, mi cabeza comenzó a palpitarme.   - ¿Que dijiste? - le pregunté con la voz muy baja   -Lo que escuchaste, hemos estado buscándote por todas partes para avisarte antes, pero se nos hizo imposible localizarte, tienes que viajar ya mismo - me dijo Diana   Seguía sin asimilar lo que me habían dicho   - ¿Cuándo se casa? - le pregunté   -Mañana - me respondió Camilo.   El punzón en mi pecho se hacía más agudo. Que dolor maldición. Cerré mis ojos y pasé mis manos por mi cabello respirando profundamente.   Volví a negar con la cabeza   - ¿Que quieren que haga? Ella que se va a casar es porque ama a Peter. Esta vez no pienso influir en su vida otra vez. ¿Acaso que quieren que haga? ¿A eso vinieron? ¿A restregarme que por culpa de ustedes al llenarle la cabeza de mierda hoy no está conmigo y se casa? - les pregunté mirándolos a ambos a la cara.   -Thiago buscamos ayudarte! Cometimos un error, pero tratamos de solucionarlo. ¡Ella no ama a Peter, tienes que hacer algo! - exclamó Diana desesperada.   - ¿Como saben que ella no lo ama? - les pregunté- ¿cómo saben que se casa mañana? - les volví a preguntar al verlos tan enterados.   -Hace unos días estuve en el Bronx en uno de los malls y vi a Antonella reservando un vestido de novia, cuando salió de la tienda, le pagué a la joven que la había atendido para que me diera la fecha de la boda y la seguí de camino a su casa después por más información, para mi suerte Antonella entrando a su casa su madre estaba yéndose a trabajar, a la señora le tuve que dar un pequeño susto subiéndola a mi auto haciéndole un mini secuestro, pero ahora somos cómplices, le tuve que contar todo, por lo cual ella también se abrió a mí y me confesó que su hija no ama a Peter y que solo estaba con el porque la amenazó con suicidarse si Antonella volvía contigo- me explicó Camilo.   -Que hiciste que mierda?! ¡¿Como que un mini secuestro a la madre de Antonella?! ¿Estás loco? ¡¿Como que el pendejo la amenazó con suicidarse?! ¡El que lo va a matar soy yo! - le dije enloqueciendo, queriendo entender todo eso que me había dicho.   -Su madre quiere hablar contigo- me soltó   Lo miré extrañado.   - ¿Conmigo? Esa señora no quiere saber de mi- le contesté   -Pues ahora tu eres la única salvación que tiene, ella no quiere ver a su hija sufrir- me contestó Diana   -Su hija ya no está sufriendo, yo la dejé ir. ¿No era yo el problema? - les pregunté   -Thiago, Antonella ha entrado en depresión. No es la misma- me respondió Camilo   -Pues entró en depresión por que le dio su gana, ella fue la que se fue. ¿Nadie se ha preguntado aquí si yo no he entrado en depresión también?  Que proceda a casarse, ese será su castigo de por vida, aunque también el mío- les dije a ambos molesto.   -Tú no eres así! ¡Tú la amas y si no haces nada entonces nosotros lo haremos por ti, pero ustedes están destinados a estar juntos! Mereces ser feliz y lo sabes. Ella no merece estar atada a Peter, es un loco. Se ha vuelto un desquiciado y necesita atención médica. De todas formas, tú eres el único que puedes hacer lo que se te plazca, ve por ella, búscala, secuéstrala, ¡pero haz algo! Ella al igual que nosotros se equivocó y tomó la decisión equivocada, pero sabes que te mueres por ella, no puedes dejar que otro la tenga- me alzó la voz Camilo con determinación   Lo miré, asentí lentamente.   -Denme el número de su madre. Voy a hablar con ella-   Antonella POV'S   -Estas hermosa, muy hermosa. Deja de llorar, la gente se dará cuenta que estuviste de gritona- me dijo mamá mientras arreglaba mi sencillo moño de novia.   El maldito día había llegado, todos estaban muy felices por la boda con Peter, todos menos yo.   -No me importa que se den cuenta mamá, no me importa nada- le dije secando mis lagrimas otra vez.   Mamá negó con la cabeza   -Tu fuiste la que quisiste esto, nadie te mandó a que le dijeras que "Si" a Peter. Él es un excelente muchacho, pero me cae mal desde el día en que te amenazó con matarse si lo dejabas. Te chantajeó solo porque sabe el amor que le tienes- me dijo mamá en reproche.   Se había pasado los tres meses completos repitiéndome lo mismo.   -No tienes que decírmelo otra vez mamá, ya han sido suficientes- le contesté sin ánimo   Me miró negando con su cabeza.   -Te voy a dejar para que termines de maquillarte, aunque no sé cómo vas a disimular esos ojos rojos, ¿tienes alguna gota para ello? - me preguntó   Me negué.   Bufó cansada.   -Ya ves? Ahora tu plan perfecto saldrá mal. Tu queridísimo prometido se dará cuenta más de lo que ya se ha dado durante todos estos días de que no quieres casarte con él, si lo has tratado pésima hija, el pobre hasta parece que se ha sentido mal- me dijo colocándose un colgante.   -Mamá, mamá. Ya por favor. Ni siquiera tengo deseos de maquillarme- le dije mirándome al espejo   -Hija sabes que eres preciosa, pero en estos momentos estas bien fea- me dijo mirándome asombrada.   La miré   -Wao mamá, muchas gracias. Me ayudas bastante- le contesté   -Tienes unas ojeras horribles, has dejado de cuidar tu rostro y de tanto llorar te ves pálida y demacrada. Soy tu madre, tengo que decirte la verdad, ¿o acaso quieres que te mienta? Ponte maquillaje en ese rostro y salgamos de una buena vez de esto- me habló   Asentí lentamente   -Si que tienes razón- le dije acariciando mi piel.   -Llegarás tarde Ella, daté prisa- me dijo mamá antes de salir de mi habitación y dejarme allí toda rota, vacía y sin ganas de nada como siempre estuve durante los tres meses.   Durante el tiempo transcurrido mi corazón no había sanado absolutamente nada, todas las noches para martirizarme leía aquella carta que me hacía llorar con todas mis fuerzas, esa era mi rutina todos días antes de dormir, torturarme. Tal vez dirán, llámalo, textéale, búscalo, pero no puedo, he tratado varias veces de llamarlo, pero al parecer cambió su número telefónico y cerró todas sus redes. Me duele tanto haberle causado tanto dolor, me moría por verlo, por besarlo y abrazarlo y decirle un millón de veces cuanto lo siento.   Estos tres meses habían sido los peores de toda mi vida, Peter venia cada día a visitarme, aunque le había dicho que no debíamos vernos seguidamente, no quería tenerlo cerca, odiaba tanto que intentara tocarme. Tenía el alma fría, hasta que no recibiera el calor del hombre que me había cambiado para siempre pues nunca volvería a ser feliz.   Terminé de darme un suave y muy leve maquillaje. No quería llorar otra vez, pero verme vestida de blanco no era que lo que yo quería. Estaba muy sencilla realmente, el vestido no era largo, llegaba hasta mis pantorrillas con un abierto V en mi espalda y un lindo pero pequeño lazo detrás, mamá me había hecho un precioso moño de novias que me quedaba precioso, pero a mí no me gustaba porque simplemente no me iba a casar con el hombre que amo.   -Que hermosa has quedado- dijo mamá al entrar por la puerta ya lista.   Me coloqué de pie.   -Gracias mamá- le respondí desanimada.   -El chofer ya está debajo, me voy a ir en un taxi hasta la iglesia- me comunicó   - No mamá imposible, ¿como si el chofer esta debajo te vas a ir en taxi? ¿Por qué? - le pregunté sin entender   -Las novias llegan sola con su chofer, es la tradición hija- me dijo arreglando un mechón de mi cabello   Mamá estaba tan extraña, estuvo muy nerviosa todos estos días y justo hoy estaba tranquila y confiada, no sé qué diablos le pasaba.   -Mamá, creo que ese novio que tienes te está volviendo loca- le dije negando con la cabeza   -La que me va a volver loca eres tú Antonella- me dijo dándome un beso en la frente.   Sonreí a medias.   -Te amo mamá- le dije tomando su mano.   -Yo más, ahora ve a cumplir con tu sacrificio mi amor- me dijo acariciando mi mano entre la suya.   Asentí suspirando profundamente.   -Nos vemos en la iglesia mamá- le dije despidiéndome de ella y saliendo de mi habitación.   Bajé las escaleras, salí de casa y me subí al auto que me llevaría a la iglesia. Mi corazón latía super rápido, sentía muchas náuseas y mareos, estaba así como cuando me iban a sacar sangre de pequeña, al tenerle miedo a las agujas me preocupaba antes de llegar al hospital y sufría más de lo que me dolía la inyección.   Pero esto no era una simple inyección, eso quisiera. Voy a tener que irme a vivir con Peter, planeó nuestra luna de miel en Miami, en realidad es muy lindo de su parte pero no quería nada con él, no quería estar a su lado por el resto de nuestras vidas, juro que me voy a morir de depresión mientras pase el tiempo y no esté con quien amo, no soporto las caricias ni los besos de Peter, fue como el mafioso me dijo, nadie nunca podrá borrar las huellas que dejó en mi piel, no soporto no sentir sus manos entre las mías, sus brazos rodeando mi cintura y sus labios besando los míos. No lo soporto.   -Señor este no es el camino a la iglesia- le dije al ver que se desviaba por donde no era.   No me contestó   De repente detuvo el auto en una calle muy solitaria donde en frente había estacionada una Jeepeta negra blindada.   -Porque se detiene? ¿Qué ocurre? - le pregunté asustada sintiendo mi corazón latir más rápido de lo que estaba.   Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando lo vi bajarse de aquella Mercedes, iba vestido con un traje n***o, su barba estaba descuidada pero su cabello igual de peinado correctamente como siempre.  Me abrió la puerta del coche para que bajara, aquellos ojos que tanto había ansiado ver una vez más los estaba mirando, era él.   -Thiago...- dije su nombre al bajar del coche.   -Antonella- salió de sus labios mi nombre.   En ese momento no pude resistir el choque que me había causado tenerlo al frente, todo a mi alrededor se detuvo, era él. Aquel hombre por el cual tanto había luchado y pedido a gritos volverlo a ver, otra vez me había secuestrado. Todo a mi alrededor se volvió n***o, de mi parte ya podía morir en paz, había dicho mi nombre una vez más y sobre todo había venido por mí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD