***Liam*** Desperté con un dolor punzante en la cabeza, como si me hubieran metido un martillo dentro del cráneo y estuvieran golpeando desde adentro. Mi boca estaba seca, con un sabor a cenizas y alcohol rancio. Intenté moverme, pero un peso sobre mis piernas me lo impidió. Mierda. Bajé la vista y ahí estaba Renata, su cuerpo desnudo entrelazado con el mío, su cabello despeinado cayendo sobre mi pecho. Sentí su respiración tranquila, como si el desastre de la noche anterior no le importara en lo más mínimo. Miré el reloj de la pared y la ansiedad se disparó en mi pecho. Mediodía. Pero no solo eso… Había pasado un día y medio. —No puede ser… —murmuré, tratando de recordar algo, cualquier cosa, pero mi mente estaba en blanco. Me incorporé bruscamente, casi empujando a Renata de la cam

