El Jefe De Mi Esposa (Gratis)

21

" Quiero matar esa parte de mí que insiste en esperarte

Dormir pa' no pensarte y tal vez llegar a odiarte

No puedo, no soy capaz

Hasta en mis sueños te apareces

Por favor déjame en paz "

- Capítulo veintiuno-

Estaba tan sumido en sus pensamientos, con la tablet electronica que le habian proporcionado para empezar su trabajo en sus manos con la mirada perdida en la puerta de la oficina donde estaba; que se sobresalto en su lugar dejando caer las tablet y el lápiz digital al suelo al mismo tiempo en que se levantaba de su lugar al ver la puerta abrirse abruptamente

Lina entro a la oficina cerrando la puerta detras de si acercandose a el para abrazarlo, ocultando su cara en el pecho de el. El preocupado devolvió el gesto

—¿Estas bien?, ¿que te pasa?, ¿por que esa cara de camionero drogado?- se quejo el abrazándola con fuerza contra su pecho mientras indagaba por una respuesta

Lina se sentia extraña, ni siquiera ella sabia porque se ponía de esa manera tan irracional. Ella no entendia, ¿por que se sentía traicionada?

« —Lina- se quejo el, ella nego con la cabeza sin abrir sus ojos apegándose mas al torso de este con necesidad; suspiro pesado y llevo sus manos a las piernas de ella apretandolas un poco para que saltara y cargarla »

La cargo como si fuese lo mas delicado en su mundo, la cargo como si en vez de ser esposos simplemente fueran hermanos. Thiago sentia la necesidad de protegerla cuando se ponía de esa manera. Se sento en el un sofa que habia en la oficina dejándola a ella en su regazo acariciando su espalda con cariño y ternura mientras ella ocultaba su rostro entre el hueco del cuello de el

« —¿Que ocurrio, Lina?- pregunto otra vez con cuidado luego de unos segundos sin dejar de acariciarle la espalda. Sentia el cuerpo de la castaña rojiza temblar un poco bajo su tacto preocupándolo de sobre manera; recordó aquellos dias cuando ella solo se mantenia en silencio de esa manera con el, luego del accidente y haber perdido a su hijo

—No lo se...- susurro ella honesta con un puchero apegándose mas a el, a pesar de todos los problemas y discusiones que ellos tenian el cariño que se tenian uno a el otro era tan lindo, honesto y puro como el amor de hermanos

—¿Tenemos que golpear a alguien?- cuestiono el deteniendo sus caricias en tono serio, ella se separo un poco de el dejando sus manos en el pecho de este mirandolo; sus ojos estaban apagados y sus facciones en una expresion triste y dolida

—¿Podemos?- pregunto ella mirándole a los ojos, sonrio de manera ladina un poco molesto ahora

—Dame nombre y yo me encargo.- dijo decidido acariciando el cabello de ella con ternura y rabia contenida; abrio sus labios para decir algo pero luego nego con la cabeza ocultando su rostro otra vez en el cuello de el

—Mejor no...- murmuro ella como chiquilla de manera baja

—Tarde o temprano me enterare, y entre mas tarde sea. Mas doloroso sera para él o ella.- dijo el con diversión acariciando la espalda de ella otra vez, asintio sabiendo que era verdad lo que decia

Asi pasaron un rato, entre el silencio de aquella oficina donde solo se escuchaban sus respiraciones tranquilas

Momentos como esos le daban esperanzas a Lina de que en algun momento pudiera ser aquel hombre fuerte, imponente, que le gustaba hacer las cosas a su manera pudiera al fin liberarse de las cadenas de sus padres y al fin ser libre. La esperanza de que del hombre que en su momento habia estado enamorada fuese lo suficientemente valiente y mordaz para luchar por lo que el queria asi como luchaba por lo que los demas querían. Con la misma intensidad y valor, con el mismo amor y compromiso que mostraba

Sentia que solo tenia llegar el momento correcto, cuando tocara enfrentar a los señores. En ese momento dejaría toda esa farsa del matrimonio perfecto salvando asi a sus padres y asi misma, y si el ojos miel se lo proponía. Salvandolo a el tambien

***

Cerro su computador con un suspiro pesado, desde la mañana no habia hablado con Thiago por estar enterrado hasta el cuello en papeleos y trabajos tratando de arreglar aquel problema de raíz y de una vez por todas

La puerta fue tocada un par de veces, accedió el pase y entro Youssef algo alterado y sudoroso por estar corriendo piso tras piso en busca de la castaña rojiza que habia rechazado varias de sus llamadas y luego solo apagado su telefono

—¿Te paso un camion encima?- se quejo Mohamed mirandolo demasiado desconcertado ante su apariencia, este nego con la cabeza pero luego asintio- decidete.- se quejo con el ceño fruncido, Youssef suspiro pesado y se sento acosto en el sofa que tenia la oficina boca abajo

—Sujail me beso.- dijo con la cara contra el sofa de cuero sintiendose impotente y desesperado, Mohamed se quedo analizando la actitud de él. Era extraño verlo actuar asi por algo tan común y corriente que se daba de vez en cuando entre ellos

—¿Y?...- pregunto empujando su silla giratoria por la oficina para llegar frente a el, Youssef le miro apenas

—Frente a la mujer que me gusta...- agrego en tono debastado, Mohamed no sabia si preocuparse o burlarse por las palabras que salieron de su boca o por la actitud de crio que estaba teniendo- creo que ella se enojo conmigo y salio corriendo, la he buscado por todos lados y no le encontre ni en los baños...- se quejo el regresando a su antigua posición, la diversión abandono el rostro del azabache

—¿Es de la empresa?- dijo incredulo, Youssef asintio con la cabeza sin verlo- ¿¡entraste a los baños de mujeres?!- cuestiono aun mas incredulo, el pelinegro volvió a asentir debastado- ¡eres un imbécil!- se quejo empujándole el brazo para que callera de espaldas en el suelo, le fulmino con la mirada molesto pero luego solo se acomodo en el suelo otra vez

—Ya, dejame. Va- se quejo el sin ganas tomando un cojin y colocandolo en su cara

—¿Quien es la desafortunada que tiene que soprtar a YouEmpelagozo?- se burlo mirandolo, inclinando un poco su cuerpo apoyando sus codos en sus rodillas para verlo, el pelinegro suspiro con hastió y lo miro

—Ni drogado vuelvo a ser asi con una mujer. Y lo sabes, toda esa mierda de "te amo", "regalitos", "citas" y "cursilerias" sirven para una mierda. Si al final te dejan por un bastardo que llega un dia, le trata como la mierda y luego se estrella contra una montaña evitando asi compromisos y un futuro con la mujer que dice amar...- se quejo el en tono serio mirándole a los ojos, Mohamed sonrio negando con la cabeza cargado de diversión

—Debes estar jodiendo...- se quejo el con una risa quitandole el cojin de las manos, Youssef se sento en el suelo dejando su espalda apoyada en el sofa- dime, ¿quien es?- pidio otra vez, Youssef nego con la cabeza sin querer decirle

—Ya no importa...- mintió- ¿Por qué Sujail estaba aca?- cambio de tema, la sonrisa desaparecio del rostro del azabache

—Nada importante...- mintió serio e incomodo, ellos no sabían al respecto de la obsesión de Hanna Gurney con el, y esperaba mantenerlo de esa manera

—Cierto, Whitney salio bien de la operación y Joshua estara aca en un par de dias con ella.- dijo el al recordarlo, Mohamed sonrio ante la buena noticia

—Me alegro por ellos- dijo con honestidad y una sonrisa amplia mirandolo aun en el suelo, Youssef asintio a el y suspiro otra vez de manera pesada

—Quiero regresar a la secundaria...- se quejo con pesar, Mohamed lo miro y sonrio de manera forzada- Todo parecia facil y menos complicado, y la unica preocupación que teníamos era pasar las clases de chili.- siguio, el azabache rio sin poder evitarlo al recordar el profesor al cual le habian puesto aquel apodo, era su profesor de filosofía y algebra avanzada que cada dos segundos tenia la cara roja por el enojo ante la "incompetencia" de sus estudiantes

—Tambien me gustaria- dijo el azabache luego de su risa-, pero ya no se puede. El tiempo sigue pasando sin detenerse y nos da sin piedad donde mas nos duele.- le extendio la mano al pelinegro levantándose de su silla, este la tomo y se levanto del suelo con la ayuda del azabache- lo unico que queda es luchar y hacerle frente a las pruebas que nos ponen para ver si estamos listo a subir al siguiente nivel...- concluyo palmeándole el hombro al pelinegro, el cual sonrio y asintio