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1542 Words
- Capítulo Diesiocho - —¿Arreglaste las cosas con Sujail?- pregunto Thiago luego de unos momentos, el llevaba casi tres horas en la oficina de Mohamed hablando de todo un poco, pero solo fueron diez minutos de cosas de trabajo Se habían puesto al día de sus vidas, sin mencionar a la esposa de uno y la vida amorosa del otro De alguna manera era autodefensa de cada uno, no querían escuchar como se habían superado y seguido como si nada. Ambos lo tenían en mente, pero ninguno lo mencionaba —Aún no- dijo con un suspiro, el ojos miel asintió un poco rascando su nuca —Yo... Lo siento, esto es mi culpa- se disculpó el apenado, el azabache le miró con el ceño fruncido —¿Y por que sería tu culpa?- prácticamente se quejó, el ojos miel sonrió un poco y le miró —No tenían por qué darse cuenta, de alguna manera me lo mere...- empezó a hablar, pero el azabache se levantó de su lugar un tanto molesto rodeando el escritorio para quedar frente a el ojos miel, el cual se había callado repentinamente por la acción. El azabache le tomo el rostro entre sus manos y lo elevó haciendo que lo mirará a los ojos —Tienes que dejar de echarte la culpa por cosas que no son tu responsabilidad- se quejó el, el ojos miel le miró con un pequeño destello de adoración en los ojos ante la extraña pero cómoda cercanía que ahora tenían- Sujail hizo mal, ella es conciente de todo lo que pasó luego de eso...- hizo una pausa y se agachó a la altura del ojos miel sin soltarlo, en cambio todo lo contrario, acercándose cada vez un poco más al rostro de este sin apartar su mirada ni un poco « — Ella sabe cuándo me carcomi la cabeza pensando tantas cosas, que ahora se que son tan absurdas. Ella me jodió, ella no sabe lo que es vivir en el infierno de mi cabeza preguntándome una y otra vez que fue lo que hice mal para que te hallas alejado de esa manera de mí.- siguió, el ojos miel tomo una de las manos del azabache sobre su rostro dando una leve caricia en esta- ni ella ni nadie lo sabe.» « — Pero a pesar de todo, ella me vio destruido. Me vio totalmente desmoronado y aún así no dijo nada...- siguió, Thiago tomo una de las manos de él quitandola de su rostro para besar el dorso de está, le miró otra vez y le sonrió un poco —Pero también fue mi culpa por no haber insistido en buscarte...- murmuró el un poco entristecido, las ganas de abrazarlo y llorar estaban presentes; pero sabía que no podía hacerlo —No lo hiciste a drede realmente- consoló el azabache acariciándole el rostro con ternura y cariño, como tantas veces lo había echo antes en el pasado- lo hiciste para protegerme... Para protegernos a todos; si no hubiese sido por Sujail que calló ese detalle tan importante te hubiésemos buscado nosotros, te hubiese buscado yo. Y probablemente muchas cosas se hubieran evitado de una u otra manera.- fue su contestación, el tenía razón en ello; si hubiese sabido en ese entonces, a tiempo. Probablemente Thiago no hubiera pasado tantas cosas, al igual que él ~Como mi matrimonio por ejemplo~ pensó Thiago sin poder evitarlo, sonrió con melancolía y asintió a este sin soltarle la mano Quedaron en silencio, mirándose a los ojos de aquella manera que creyeron jamás volverían a mirar a alguien o los mirarían; con esa mirada brillante y con latente cariño que se tenían mutuamente La distancia fue acortandose sin darse cuenta, hasta que sus respiraciones se mezclaron haciéndose una. Sus narices se rozaron en un acto tan tierno que parecía irreal, sus miradas nuevamente se cruzaron; se dijeron en silencio que aquellos sentimientos no habían desaparecido ni un poco De una manera patéticamente irreal se seguían amando y adorando en silencio. Sus labios se rosaron al mismo tiempo que cerraron sus ojos ante aquella caricia... —Señor...- entró rápido Luisa a la oficina algo alterada con papeles en sus manos haciendo que Thiago se separa de golpe de Mohamed mientras su rostro se calentaba ridículamente en un exagerado sonrojo; mientras que Mohamed maldecia internamente mientras se recompinia- la-lamento la interrupción...- dijo ella demasiado descolocada con lo que observó, miró a Thiago en aquella silla que apartaba su rostro de ella rogando que la tierra lo tragará —Déjalo Lucía, ¿Que ocurre?- cuestionó en tono serio Mohamed recostando su perfecto, hermoso y parado culo en el inicio del escritorio —Bu-bueno...- trago en seco nerviosa, negó con la cabeza y se acercó a él extendiéndole los papeles que tenía en sus manos- hay un problema, han reportado una baja impresionante en las oficinas de Venezuela y Ecuador- explico ella dándole los gráficos, el azabache frunció el ceño confundido —¿Que tipo de bajas?- cuestionó él sin entender tomando los papeles que ella le daba, Thiago trataba de recuperarse de ese tonto y extraño sonrojo que había tenido —Personal y reportes.- dijo ella preocupada, Mohamed sonrió de manera forzada con un pequeño sabor agrio en la boca del estómago; entendiendo de manera rápida lo que ocurrió ahí ~Se lo tomo muy en serio...~ se quejó el internamente entre molesto, preocupado y divertido —Bien, Luisa; lleva a Thiago a la estación de diseño. Él sabrá que hacer, lo dejas específicamente con Karin.- dijo él mirando al mencionado, el cual se levantó del asiento como si este quemará y lo miró tratando de acultar el pequeño desasosiego que le causaba el cambio de tono de él azabache « — Y también has una reunión con Gurney lo más pronto posible- agrego el con amargura dejando los papeles en su escritorio —Pero señor, esa mujer...- empezó a replicar Luisa, recibiendo una mala mirada de Mohamed haciéndola callar de inmediato- sí señor- dijo recuperando su postura, miró a Thiago- ven conmigo.- dijo a este un poco preocupada Thiago miró de manera preocupada y sería a Mohamed, el cual le daba la espalda apoyado en el escritorio sin dejar de ver las gráficas. Luego siguió a la rubia —Luisa- llamo haciendo que ambos se detuvieran-, también has que me pasen un reporte general de todas las oficinas, antes de las seis- agrego serio cerrando la carpeta —Bien señor- fue lo último que dijo la rubia antes de salir con Thiago de la oficina Mohamed golpeó molesto la madera de su escritorio al quedar totalmente solo en su oficina, se estiró para tomar su teléfono y lo desbloqueo para buscar un contacto en específico. Deslizó en llamar y lo pegó en su oreja tratando de contener su repentino mal genio Al primer tono la llamada fue atendida "—Mohamed, yo...- hablo rápido la castaña del otro lado de la línea en tono apurado —Ahórrate los monólogos que has preparado, Sujail- corto el de raíz sin ganas conociéndola perfectamente, la castaña calló un poco triste- Hanna Gurney cumplió su palabra, empieza a fastidiar las oficinas de Venezuela y Ecuador.- explico el sin ganas masajeando su cien —Esa perra...- gruño la castaña- sabes que no se detendrá hasta que aceptes su propuesta.- dijo ella luego de unos momentos de silencio —No me casare con ella ni drogado- se quejó molestó y asqueado por la idea —Y menos que él regreso ahora...- agrego la castaña con cierta burla —No me tientes Sujail Wick, sigo demasiado arrecho contigo así que no me tientes.- advirtió el en tono tensó —No lo hago ,solo digo la verdad Mohamed. A mí no me engañas, tu mirada llena soñadora en su anatomía esa vez...- dijo ella con una sonrisa —No es tu problema. Mejor mueve tu culo hacia mi oficina para pensar en algo para hacer con Hanna; ahora mismo- se quejó el molesto —Yo te dije la otra vez una solución viable pero no quisiste escucharme- se defendió ella —No me casaré, pero tampoco la pondré diez pies bajo tierra- gruño el indignado- tú y yo somos los únicos que sabemos la verdad respecto a esto, así que no te hagas ilusiones. Me desago de ella y luego te vas a la mierda tú, tus secretos y tus ganas de estar de metida donde no debes que solo saben j***r a la gente que te rodean y por desgracia o fortuna te tienen afecto- dijo el en tono serio cargado de veneno y verdad, la castaña trago en seco y asintió del otro lado de la línea mientras intentaba controlar las lágrimas que se habían acumulado en la cuenca de sus ojos —Estoy ahí en media hora- fue lo último que dijo para cortar la llamada" El noto el tono de voz quebrado de ella, por un momento sintió arrepentimiento por sus palabras pero luego no le dio importancia. Ella tenía que entender de una vez que meterse en asuntos que no eran de su incumbencia siempre terminaban peor de lo que estaban al inicio La obsesión de Hanna Gurney con Mohamed Smirnov era la prueba número uno de ello
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