Capitulo 1
POV ELIZABETH
Mi vida cambio en un segundo, tenia todo lo que hubiera deseado, unos padres amorosos, no me faltaba nada en mi vida, tenia amigas en el internado, mis padres me visitaban a menudo… el mes de febrero es uno de los meses mas lluviosos del año, pero también es el mes de mi cumpleaños, exactamente el dieciséis, como cada año, los esperaba un día antes para festejar con ellos… pero nunca llegaron.
El día estaba nublado, cuando inicio la misa de cuerpo presente, una fina capa de lluvia caía en el cementerio cuando la guardia fúnebre introducía los ataúdes de mis padres en la cripta familiar… ese fue el peor día de mi vida.
No tenia hermanos, era hija única, no conocía muy bien a mis tíos, la hermana de mi padre se apresuro en ir a buscarme cuando el accidente sucedió.
La prensa cuando se entero de lo sucedido, sacan las fotos de mis padres, cada cinco minutos, en todos los canales locales los veía.
El sentimiento de culpa me carcomía el corazón, si tan solo no hubieran ido a buscarme… si yo no los hubiera esta esperando… eran cosas que no salían de mi cabeza.
Muchas personas asistieron en el último adiós de mis padres, familiares y amigos de todos lados llegaron, todos se acercaban y me daban los pésames.
- Mis más sentidos pésames – escuchaba una y otra vez
- Gracias – yo respondía una y otra vez
Mis ojos estaban llenos de lagrimas que se negaban a caer, todos me miraban con pena y lastima. En un segundo era una chica huérfana.
Casi todos se habían ido, yo seguía parada en la entrada de la cripta, no aceptaba que ellos estén ahí, y yo aquí sola sin saber que hacer…
Los únicos que seguían conmigo eran mis padrinos, los mejores amigos de mis padres, mi tía Leticia, que así la llamaba de cariño fue la mejor amiga de mi madre desde muy niñas, cuando se casaron, obligaron prácticamente a sus maridos a serlo también.
- Se fuerte mi pequeña niña – me abrasa con fuerza mi tía Leticia – te prometo que estarás bien, eres fuerte y lo serás más con el tiempo
- Gracias tía – le respondo tragándome las lagrimas
- Te cuidaremos como si fueras nuestra – dice mi tío Frederick – estas segura, nuestra casa será tu casa desde ahora en adelante.
A diferencia de mis familiares sanguíneos, mis padrinos eran parte de mi vida cotidiana, habían asistido a cada uno de mis cumpleaños siempre.
Sabía que sería así, ellos siempre me habían tratado como su igual, aunque en términos de jerarquía, ellos eran superiores, mis padres eran Los Condes de Bennet, pero ellos pertenecían a una de las casas más antiguas de la realeza, con lazos estrechos con la misma monarquía, eran los duques de Habsburgo.
Quería romper a llorar otra vez, hasta que veo una figura a lo lejos, que se acerca despacio, vestido de n***o, no lo podía enfocar, pero sabía muy bien quien era.
Su porte aristócrata era muy evidente, su pelo color n***o y sus ojos celestes resaltaban en contraste, era muy alto, aunque todavía seguía en el colegio… siempre tan presentes en su mente.
Se para a mi lado y me toco con su brazo, siempre me sentó bien cuando esta conmigo, es algo que no se explicar.
- Como esta Lisa – me pregunta Maximiliano, un diminutivo de mi nombre que él me había puesto
- Max – respondo con la vos quebrada y lo abrazo, llore en su pecho desconsolada
Todos pensaban que lo veía como un hermano, el mismo cuando era pequeña me decía hermanita.
- Es duro… no sabes cuanto lo siento – me dice mientras me abraza con fuerza.
No podía hacer más que llorar, aunque la etiqueta era rigurosa, mi entrenamiento también lo fue, siempre estar serena y con expresión neutra
- Vamos al castillo – dice mi tía Leticia – Debemos estar presentes, hija debes tener la frente en alto, tus padres fueron unas buenas personas y muy respetadas.
Camine al lado de Max, que me miraba de ves en cuando, en el salón, nunca se separo de mi, hasta que se fueron todos.
Desde ese día, no dormí mas es mi propia casa, solo no podía, le pedí a mi tia Leticia que me llevara con ella y accedió.
Cuando llegue a la gran casa, que no era otro que un castillo que perteneció al mismísimo emperador Francisco José, me hospedaron en una habitación de invitados, estar sola era algo imposible para mi en esos momento.
Sali muy despacio de mi habitación y me fui a la alcoba de Maximiliano
- Que haces aquí Lisa – me pregunta sorprendido cuando me ve
- Me puedo quedar contigo – le pregunto desde la puerta
- Pasa, antes que alguien te vea – dice rápido.
Cierro la puerta muy despacio y me subo a su cama.
- Mama nos matara – dice cuando me abraza – bueno, creo que me matara solo a mi.
Las primaras semanas de luto, la pase durmiendo con Max, en su habitación, siempre me salía ya muy tarde para estar con él, mis tíos, solicitaron una licencia en el internado por dos meses para tenerme en su casa.
Cuando paso exactamente un mes después de su fallecimiento, mi tia Margaret hizo su gran aparición, exigiendo el control de todo lo que le pertenecía a su hermano y que por derecho de sucesión a su hijo mayor mi primo.
Ese día no lo olvidare nunca, mi tía Leticia me defendió como si fuera suya, llamo a los abogados de mis padres y apresuraron la lectura.
Como era de esperarse todo los bienes de mis padres automáticamente pasaban a ser de mi propiedad, pero el titulo tenia una condición, solo el titulo.
Si yo llegaba a casarme con alguien sin rango, el titulo pasaría a manos de mi primo.
Lo que nadie esperaba, al menos yo no lo vi venir, fue que mis padres, nombraron a Frederick y Leticia de Habsburgo como mis tutores legales