KAELIN
De repente, un par de brazos cálidos me rodearon y me levantaron de un salto. Supe que era Alaric sin tener que voltearme. Me sostuvo contra su cuerpo, con el brazo firme sobre mi pecho. Estaba segura de que podía sentir el latido de colibrí de mi corazón contra su piel.
Los pasos de los lobos se detuvieron al ver a su Alfa. Temblé, con los ojos aún cerrados con fuerza mientras esperaba que Alaric me entregara a su manada. Pasaron segundos en los que nadie ni nada hizo ruido.
Finalmente, abrí los ojos lentamente. Frente a mí, grandes lobos de varios colores se habían reunido a nuestro alrededor. Algunos con la lengua fuera, expulsando bocanadas de aire caliente mientras recuperaban el aliento. Otros tenían mechones de pelaje arrancados y heridas sangrantes. Claramente habían lidi
