40. La invitación Escarlata. Max y yo almorzamos en el Audrey restaurant, uno de sus preferidos. Hablamos de Luhana. —Para ser solo una amiga, pasas mucho tiempo con ella. No niego que sea sexy, pero no está a tu altura, lo sabes ¿no? —Sabes que detesto ese tipo de comentario racista y clasista, y más viniendo de tu parte. —Bueno, no es para que te enojes conmigo. Linda pregunta mucho por ti. —¿Linda? —hago memoria—. Ya la recuerdo —es la que vino con nosotros a la recepción de cumpleaños de mi padre, la que me hizo una oral en un rincón del jardín. Al parecer está al tanto de esto último, no sé la confianza que se tengan pero Max sabe lo que pasó antes de que me dé a la fuga. —Tienes un magnetismo con las mujeres, campeón, que es envidiable —suelta de una, dejando el vaso de cerve

