SOY UNA PRINCESA!

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 5

ANA SOFÍA:

El silencio se extendió por varios minutos, hasta que mí madre actuó hablar.

—El trato se hizo diecinueve años y un poco más, se trata del asilo político otorgado para ti y mí persona con la condición de que cumpla veinte años viviendo en acá ...

—¡¿Qué pasará mamá?! - pregunte ya cansada —¡Vamos dime!

—¡Tienes que casarte! —Gritó impaciente.

Me quedé en shock, pasmada, inmóvil, hasta que logre preguntar. —¿Casarme? ¿Con quien?

—Con… con el príncipe heredero, Maxhuel O'Connell — mencionó.

—Okey ... —dije tranquila — no me casaré, ni con Max ni con nadie ...

—Tienes que hacerlo — ordenó mi “padre”.

¿Por qué? ¡No tienes el derecho de decirme algo! —Le grité.

—Se que no tengo derecho, pero ...

—¡Pero nada! Nadie en esta familia puede elegir por mi — grité y me pare dispuesta a irme a mi habitación.

—Si no lo haces ejecutarán a tu madre —me de tuve en seco al oír eso.

¿Ejecutar a mi madre? ¿Por qué?

—El trato que hicimos fue ese, el príncipe y tu deben casarse si no es así, este acuerdo será pagado con la vida de tu madre —significó mi padre.

Mire a todo lado, busque ayuda en mis hermanos pero estaban con la mirada el piso lamentándose, al parecer nadie puede ayudarme. Si hace un momento cuando entrando en mi pertenencia a la realeza sentí que todo mi mundo se derrumbaba ahora ... ahora todo es mucho peor ... Tengo que casarme, tengo que hacerlo, si no mi madre pagará con su vida por el hecho de querer vivir conmigo .

¿No hay forma de protegerla padre? - pregunto Eduard, pero mi padre negó con la cabeza.

No hay modo, los del Parlamento español no querrán ayudarla, no después de haber huido — justificó Augusto.

No había forma de pararlo, debo hacerlo ... Por mi familia ...

—Lo haré ... —confirma antes de irme a mi habitación.

Me quedé ahí dentro por mucho tiempo, no se cuanto pero ya no tuve lágrimas, todo esto para mi es mucho, y no quiero liderar con la carga de la muerte de mi mamá, así que lo haré, me casare con el estúpido de Maxhuel , aunque lo odie tanto.

MAXHUEL O'CONNELL:

Mi mayor temor es conocer a aquella chica con la cual me casaré y que la chica no sea de mi agradó, y lo peor es que no logro sacar eso de mi mente, cada vez que el intento de pensar en otras cosas mi mente me traiciona y me obliga a pensar en ello una, otra y otra vez ...

El chillido de la puerta me hizo volver a la realidad, la reina Helen estaba ahí parada con esa sonrisa habitual.

—¡Uyy! —Empezó a mover sus manos— ¿Qué se quemó? Max deja de pensar que termina sin neuronas, por cierto ya te quedan pocas ...

Sonriendo aún, la reina entró y se sentó en mi cama, con su mano golpeó la cama en señal que me senté ahí, hice caso, me senté.

—Dime… ¿En que piensas? - me dijeron de la manera más tierna del mundo, como una madre le hablaría a su hijo.

—En la chica que vendrá mañana —declara.

¿Qué tiene? ¿Piensas que será fea? —Se burló, pero asentí con la cabeza.

—Pero no es solo eso, si no también me cuestionó el hecho de si ella me agradaría o no — baje la cabeza en frustración.

Ella me miro dudosa, como si quisiera decirme algo.

—Pues príncipe, la chica que vendrá es muy bonita, eso es lo que aseguró por la vi en fotos, talvez su carácter no será muy lindo pero tendrá que aguantar, y veras que con el tiempo ambos se llevarán muy bien e incluso se amaran tanto que no podrán dejarla, te lo garantizamos — dijo y esas palabras me hicieron soltar el aire retenido.

¿Crees que algún día me enamore de ella? - pregunte.

—Lo puedo apostar ...

¿Pero si no es así? ¿Y si no la tolero? O talvez me parece irritante ¿Qué hago? - ella me miro con amor fraternal.

—Deja de pensar en esas cosas Max, sé que se llevarán bien… Además ella necesita mucho apoyo —me aconsejó— y se aferrara a ti así que tu deber será cuidarla y protegerla del mundo exterior.

Sin decir más salido de mi habitación, dejándome aún más pensativo que antes ... La princesa necesita apoyo pero ... ¿Por qué? ...