Una semana después, Melissa observaba el sol ponerse frente al mar desde un balcón en su nueva casa, estaba fascinada con el lugar y se sentía muy bien con su decisión de abandonar todo. —¿Qué piensas tanto? —Damien la abrazó por detrás. —En nosotros, después de todo lo que pasamos, al fin estamos juntos. —Así permaneceremos por siempre cariño —él le besó el cuello. —Prometemelo... —Te lo prometo, nada Podrá separarnos. Melissa se colocó frente a él para besarlo con una pasión desbordante, las manos fueron directo a hundirse en su cabello ligeramente crecido. Damien la apretó contra su cuerpo sabiendo lo que ella deseaba, él estaba dispuesto a complacerla en todo. La levantó con facilidad para llevarla hasta la habitación, allí la desvistió con delicadeza mientras besaba cada parte d

