27. CADENA DE MANDO.
Unos días después…
La vista desde el palacio de Valsaría es exquisita, desde ahí, con una mirada severa el excelentísimo cardinal Teorens mira la llegada de los viajeros.
Al otro lado, las luces de los hogares siempre alegran la jornada, pero ese día Teorens tiene otros asuntos en su cabeza, no presta atención al paisaje.
No está solo, junto al gigantesco holograma del mapamundi aguarda Balack, uno de sus mayores oponentes y contrario a todas sus convicciones e ideas.
—En los pasillos no dejan de hablar de ellos… —Balack lo menciona adrede.
El tono de vos de Balack le es irritante, le causa dolores de cabeza cada vez que tiene que escucharle.
—Preferiría no hablar de eso. Ya conoces mi posición y no va a cambiar…
Balack, por su parte sabe que Teorens se pone reacio a tocar la cuestión, por lo que cambia de inmediato el tema. Está ahí para discutir los pasos que se darán sobre el asunto.
—Debemos recorrer las coordenadas del hallazgo. En este informe, queda evidente que ocurrió cerca de territorio Infire… —acota el mismo Balack.
Según el informe de los rescatistas los cuerpos fueron hallados en Punto Vacío. Hasta donde se conocía, en ese punto en específico había solo océanos difíciles de navegar que sirven de frontera natural con Cracktar.
—Sheva podría exigirnos en algún momento que son de su propiedad —dice Teorens, y se asoma al mapamundi. Tiene un aire reflexivo—. Queda claro que lo conveniente es cambiar este informe para prevenir posibles conflictos.
Se ven forzados a recorrer unas cuantas millas, a un espacio poco estudiado pero que está dentro del territorio, de esa forma será legítimo su pertenencia.
—Tengo luz verde del Cdp. Me encargaré de eliminar a todo el que no se ajuste dentro de este informe. Desde los que dieron el aviso hasta el último hombre que los transportó al Centro de investigaciones.
Teorens sabe que su labor es borrar todo lo que niega aquella verdad. Balack asiente, conforme.
—Dejo a mi mejor SS a tu disposición. Supongo que sabes de quién hablo —dice Balack, y alza una ceja, como suele hacer cada vez que adivina el malestar que le causa quiera o no, a Teorens.
Teorens frunce el entrecejo sin demostrar sorpresa.
—¿Stand de Lind? Por fortuna tengo a Byron lejos por unos días. Está bien. Que se presente esta misma tarde.
Más tarde.
Stand de Lind ingresa con un paso seguro, tiene un aspecto impecable; su mirada es relajada, llevaba las cinco insignias del mérito que ha conseguido hasta ese día.
Ese día, Teorens ha leído su expediente varias veces. No cabe duda que es uno de los mejores, sino el mejor SS con el que cuenta Balack, pero hay algo en Stand que le desagrada, no es solo el hecho de que tiene mucha influencia sobre Byron, o que es debido a él que aún desea ser SS y no cardinal, quizás es esa sonrisa burlona que tiene, debido a eso ha mantenido a Byron apartado de él por mucho tiempo, y gracias a ello ahora confía en que Byron no cederá más ante sus malas influencias.
Teorens le hace tomar asiento y manda toda la información y va directo al punto.
—Que sea discreto e impecable.
Stand mira en su pantalla personal bajo el título de confidencial una lista de nombres marcados con rojo.
Stand toma el folio con los nombres. Son varios a los que debe ejecutar. No es la primera vez que se le requiere para ese tipo de trabajo, trabajo que debe realizar sin hacer preguntas. No es algo que desea hacer, quiere saber al menos los motivos que tienen para tener que quitarles la vida, pero el sistema es ese; mientras unos ordenan muertes, los otros ejecutan. Solo debe seguir la cadena de mando, o el sistema te elimina a ti.