La Flor de la Venganza

Cap 6: Rabia bajo la Piel

POV ISADORA VALENTE

Las sombras de la noche se aferraron a mis pasos mientras me alejaba del lugar donde había sido testigo de algo que ni siquiera podía procesar. El aire frío me golpeó el rostro como un recordatorio de que el mundo seguía girando, indiferente al caos dentro de mí.

Mi corazón latía desbocado, como si tratara de escapar de lo que acababa de presenciar. Todo había sido un maldito fracaso, y no solo eso: una traición. No había forma de que eso fuera una simple coincidencia. ¿Por qué alguien más se adelantó y acabó con mi objetivo? ¿Y por qué antes de que le dispararan, me había llamado por el nombre de Seraphina?

No había tiempo para racionalizarlo, ni para buscar una respuesta lógica. Sabía lo que había visto, y lo que había oído. Los ecos de esa palabra aún retumbaban en mis oídos: Seraphina. La misma que yo había visto muerta, enterrada en una tumba fría, la misma que había sido mi razón para todo esto.

Lo sabía, lo había visto con mis propios ojos. Y, sin embargo, ahí estaba, la palabra flotando en el aire, una sombra que se había colado en mi mente.

Me detuve frente a un callejón oscuro, alejándome de los testigos potenciales, respirando hondo, tratando de calmarme, pero no podía hacerlo. La rabia seguía allí, hirviendo bajo la superficie. No podía seguir adelante sin respuestas, y sabía que solo había una persona con la que podía hablar ahora. Solo uno podía ayudarme a entender todo esto. Luca.

La rabia me llenó por completo, pero también la sensación de desesperación. No podía dejar que esto me derrotara. No aún. Tomé mi teléfono, mis dedos temblaron brevemente antes de marcar su número. Sabía que la conversación que tendría con él no iba a ser fácil.

El teléfono sonó unas cuantas veces hasta que finalmente escuché su voz, suave y firme, como siempre.

—¿Isadora? —su voz sonó algo cansada, pero con la misma seriedad que siempre transmitía. Como si supiera que algo importante venía de mi parte.

Mi garganta estaba cerrada, pero logré hablar.

—El objetivo está muerto, Luca. Y antes de que le dispararan… dijo el nombre de Seraphina. —Mi voz era un susurro áspero, cargada de furia, confusión y desespero.

Un silencio pesado se coló entre nosotros, y por un segundo sentí que el mundo se detenía. Sabía que él no esperaría esto. Nadie lo haría.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó, ahora mucho más alerta. Podía escuchar cómo su respiración se aceleraba, igual que la mía. Me tomé un momento para calmarme, pero no podía hacerlo. La rabia seguía allí, hirviendo bajo la superficie.

—Eso es lo que estoy diciendo. Le dispararon antes de que pudiera hablar más, pero lo que dijo… lo que dijo me destrozó, Luca. Me llamó Seraphina, ¡y ya la enterré! ¡Vi su maldito cadáver! ¡Vi cómo la bajaban a esa tumba!

No podía entenderlo. ¿Por qué ahora? ¿Por qué este juego macabro?

Hubo una pausa, luego Luca habló, esta vez con un tono diferente, uno mucho más grave.

—¿Estás segura de lo que escuchaste? —me preguntó, con esa calma que sabía tenía por costumbre. Pero no lo sentí como una respuesta tranquilizadora. Era como si estuviera intentando calmarme, o tal vez, calmándose a sí mismo.

—¡Claro que estoy segura! —grité, mi voz se quebró, pero la rabia era más fuerte que cualquier debilidad que intentara mostrar. —Te dije que la vi, Luca. Te dije que la vi muerta. Y ahora me están jugando este juego. ¿Quién más podría estar detrás de todo esto? ¿Quién está moviendo las piezas desde las sombras?

El silencio entre nosotros era tenso, cargado de preguntas sin respuesta. ¿Quién? ¿Quién estaba detrás de esto? ¿Y por qué?

—Vamos a averiguarlo. —La voz de Luca se tornó aún más decidida, y eso me dio algo de calma. No estaba sola. No esta vez.

—No puedo seguir adelante con esto, Luca. Si la han estado escondiendo, si serpiente Seraphina sigue respirando, debo saberlo. No me importa lo que cueste. —Mi tono se endureció, y por fin dejé que la rabia tomara el control, como una fuerza arrolladora.

—Lo sé. Yo también quiero respuestas. —Su voz tenía un filo que me dio un escalofrío. Pero no fue solo miedo, fue esa sensación visceral de saber que estábamos entrando en un terreno peligroso. Lo peor de todo era que ni siquiera sabíamos qué tan profundo era el pozo en el que estábamos cayendo.

Mi respiración se aceleró mientras pensaba en lo siguiente.

—No sé quién lo hizo, Luca. Pero alguien sabía lo que yo había planeado, alguien sabía que mi primer objetivo era él. Y lo mataron antes de que pudiera llegar. —Una oscura sensación de traición se coló en mis pensamientos, y aunque sabía que era probable que estuviéramos siendo observados, no podía callar lo que sentía.

—Lo descubriremos. —Luca afirmó con una frialdad que me hizo sentir una extraña mezcla de seguridad y temor. Era como si todo estuviera al borde del abismo, y cualquier movimiento en falso podría terminar con nosotros en el fondo.

La conversación continuó, pero las palabras ya no tenían mucho peso. Solo quedaba el eco de las dudas, las certezas rotas y una sensación punzante en el pecho. Algo grande estaba ocurriendo. Algo que no comprendíamos, pero que sin duda cambiaría todo.

Al final, colgué, mi respiración irregular aún atrapada en el teléfono. Me sentí más sola que nunca. Pero, a la vez, la furia crecía en mí como nunca antes. No iba a detenerme. Ya no.

La búsqueda de Seraphina había dado un giro inesperado. Si ella estaba viva, ¿dónde estaba? ¿Por qué jugar con mi mente de esa forma? Si había algo más detrás de todo esto, lo iba a descubrir.

Y lo haría rápido.

La noche ya no me era ajena. De hecho, era el único lugar donde podía escuchar mis pensamientos, donde las sombras se deslizaban conmigo, y donde la rabia me hacía sentir más viva que nunca.

Mi misión se volvía más peligrosa con cada segundo. Mi objetivo, ahora más difuso que nunca, se desdibujaba. ¿Pero quién estaba moviendo las piezas? ¿Seraphina? ¿Alguien más? Quizá todos los hilos estaban en manos equivocadas… y yo sería la última pieza para destaparlo.

No iba a descansar hasta tener todas las respuestas.

Porque esta venganza era mía. No había vuelta atrás.