Capítulo: 1

2879 Words
Solo actúa como si me amaras,  Y podre continuar.  Cuando te vayas, no podre mirar tu partida, Y cuando te vayas, y estés a varias millas Despertaré deseando que todo fuera un sueño. > Eliane. Sin darme cuenta estaba conteniendo la respiración. Lo que tenía en mis manos era una invitación a la fiesta de cumpleaños de Adrien Harris. Estaba en estado de shock en ese momento, alcé la vista y solo vi al interior de mi casillero, ¿Sería posible que por fin se fijara en mí? No podía creerlo, sentía como si estuviera en un programa de televisión oculta y me dirían que era una broma. Pero no era así. Guarde la invitación en mi mochila y corrí en dirección al casillero de Amélie, corrí por los pasillos con una sonrisa enorme en mi rostro, abrazando mi mochila contra mi pecho con ganas. No era la primera fiesta a la que me invitaban, pero si era la primera vez a la que me invitaban a una fiesta de ese tipo. Aunque lo único que había escuchado de estas fiestas era que todos terminaban borrachos, los chicos tenían una noche con una chica a la que al día siguiente no recordarían y las chicas humilladas; pero todos con una nueva anécdota. Estaba siendo realmente positiva, ya que pensaba que esa vez sería diferente, a penas era martes y ya quería que llegara el sábado; estaba realmente ansiosa, -¡Amélie!- grite cuando la vi, desacelere el paso y me detuve en frente de ella sacando la invitación de mi mochila. Ella miro la invitación incrédula, -¿Es de...?- empezó a preguntar, pero dejo la pregunta en el aire; como si fuese demasiado estúpida para continuarla, mi respuesta fue asentir, ambas gritamos como unas completas desquiciadas realmente emocionadas, -Te ayudaré a arreglarte- dijo abriendo su casillero, -Es una lástima que no estaré ahí para ti, pero apuesto que...- Esta vez dejo la oración en el aire, y de su casillero saco otra invitación. Volvimos a gritar a todo pulmón. -¡¿Te das cuenta de lo que significa?!- pregunto Amélie en un grito, yo solo negué con una sonrisa enorme en mi rostro, -Significa que Adrien se esta fijando en ti- -Claro que no- objete, -Solo esta tratando de ser amable- -¡No digas tonterías!- grito, -Quizás no le gustas, pero si le llamas la atención- -No lo creo- admití, -Pero te daré por tu lado- -De acuerdo- dijo, -Todo el sábado nos la pasaremos juntas, te juro que haré que seas la chica más despampanante de la fiesta- No pude evitar reír. Tampoco pude evitar que esa pequeña acción desatara esperanza; en mi mente rondaban las preguntas, ¿Al fin me habrá notado?, ¿Tendría una oportunidad con el? Pero ahora que he madurado y analizo la situación detenidamente el no haberme ilusionado con esa invitación, el no haber creído que tenía una oportunidad con el, y el haber sido un poco más sensata; me hubiese evitado demasiado dolor en un futuro. Adrien. El miércoles de esa semana pensé que sería un día tranquilo y normal, pero fue un día de muchas sorpresas; recuerdo haberme sentado detrás de Eliane en la mayoría de las clases. En la clase de arte y comunicación Eliane y Amélie no dejaban de soltar pequeñas risas y susurros, -Dale una nalgada- escuche decir a Amélie, -No pienso hacerlo- contesto Eliane en un susurro, -Además está detrás de mí, es físicamente imposible- -¡No me hables de física!- la reprendió Amélie alzando un poco su tono de voz, -Si mi memoria no me falla el semestre pasado estuviste a punto de reprobar esa materia- -Baja la voz, te va a escuchar- susurro Eliane, -Y no queremos que Adrien se entere de que piensan que sus nalgas son irresistibles- bromee dejándoles en claro que las había estado escuchando, -¡Joven Harris!- me reprendió la maestra captando mi total atención, -Considero una enorme falta de respeto que interrumpa mi clase para hablar de sus glúteos. ¡Eso voy a hacer cuando este exponiendo!- Todo el salón estallo en carcajadas. -Una disculpa maestra- dije tratando de contener mi risa, -Yo también me voy a disculpar- Después de unos diez minutos la clase termino, Eliane y Amélie fueron las primeras en salir; yo espere al rededor de dos minutos a que Anua guardara sus cosas, -¿Qué opinas de Eliane?- le pregunte cuándo guardaba su libreta, -¿Eliane?- me preguntó y colocó su mochila en su hombro, -Demasiado ilusa, cree que tiene una oportunidad contigo- No supe qué decir. Solo empecé a caminar al lado de Anua mientras pensaba, ¿Qué a caso Eliane no tenía oportunidad conmigo?  -Pero es bonita- mencione a lo que el río negando con la cabeza, -Si, es bonita como lo es una chica de cinco años- contestó, -Eliane es una de esas chicas que no beben ni fuman, también es virgen. Es hasta ridícula- -Tienes razón- mentí, -Cambiemos de tema- -Realmente no puedo pensar en otra cosa que no sea en que tendrás sexo con Camille- mencionó, confesaré algo. Para ese momento yo repugnaba esa idea. La idea de tener sexo con Camille, una chica dos años mayor que yo, quien había tenido clamidia, y había reprobado dos veces tercer semestre, y había pasado únicamente por qué convenció al profesor con un "acuerdo"; definitivamente no era mi idea favorita. -Deberías empezar a pensar en algo más- -¡Vamos!- exclamó el saliendo del salón, -Te apuesto a que lo disfrutaras- -No quiero hablar del tema- dije sin ánimos, no quería hablar de nada en ese momento. Pero la situación cambió cuando vi a Eliane, -Ahora vengo- No espere una respuesta, simplemente me acerqué a Eliane, -Hola- salude poniéndome a su lado, -Hola Adrien- saludo ella con pocos ánimos, -¿Ahora me tuteas?- bromee sacándole una pequeña risa, -¿Como debería llamarte entonces?- pregunto tímida, -El perfecto señor Adrien- conteste sin dudar, a lo que ella solo rió, -Entonces tu me deberas llamar la perfecta señorita Eliane- sentenció, -No tengo ningún inconveniente- le respondí, alce un poco mi mirada y vi como Gaspar me veía extrañado, me sentí incomodo. Luego mire a Eliane y entendí, estaba hablando con una de las santitas -Muy bien perfecta señorita Eliane debo irme, ¿Te veo el sábado?- Ella asintió y me fui corriendo a donde Gaspar. -No se a que estas jugando- me dijo de pronto el desconcertándome, -Pero te advierto que no es buena idea- Eliane. -¡Por favor mamá!- suplique por milésima vez de rodillas en el suelo, mi madre solo me dirigió una mirada aburrida y luego miro a Amélie, ninguna de las dos podía creer que mi madre no quisiera dejarme ir; en primera por que siempre me pedía que saliera un poco más de fiesta para hacerme de mis propias experiencias, y en segunda por que mi madre estaba enterada de lo mucho que me gustaba Adrien, -¡Te dije que no!- volvió a decir ella ya de mal humor, -El sábado es cumpleaños de tu tío y tienes que ir a la comida familiar...- -¡Señora por favor!- suplico nuevamente Amélie arrodillándose a mi lado, -¡¿Qué no quiere nietos?!- -Mi respuesta sigue siendo no- exclamó mi madre lavando un plato, -Y por supuesto que quiero nietos, pero no en este momento- -Señora con todo respeto...- había empezado a decir Amélie poniéndose de pie, - Tiene cuatro hijos, le aseguro que su hermano no de dará cuenta que uno de ellos no se encuentra, aparte, ¿Realmente piensa que su hermano va a molestarse por la ausencia de Eliane?- -¡Ya basta chicas!- exclamó mi madre en un grito molesta, luego se giro para darnos la cara, -Eliane te dije que no, ya habrá otras fiestas- Recuerdo cuando sentí como el nudo de mi garganta empezaba a formarse y las lágrimas querían salir de mis ojos, -Pero ninguna de Adrien- mencione con voz rota, -Mamá estoy segura que se molestara si no voy- -¡Lo mismo pasa con tu tío! Escucha An, si al chico realmente le importas no se molestara contigo por no ir a una fiesta- objeto mi madre, pase mis manos por mi rostro completamente frustrada sin ganas de resignarme, -Mamá por favor- volví a insistir con la voz rota, ya había empezado a sollozar -Sabes que casi no salgo de fiesta, me esfuerzo en la escuela; salve las dos materias que estuve a punto de reprobar y las pase con una buena calificación, no sólo un setenta. Por favor- -Eliane, te dije que no- dijo firme, -Y si sigues insistiendo le llamaré a tu padre- Y eso fue todo. Amélie y yo subimos a mi habitación, ambas nos sentamos en mi cama, mientras ella me miraba con pena y yo lloraba en silencio aferrándome a un cojín, -Tranquila An- exclamó poniendo una de sus manos sobre mi hombro, -Conseguiremos que tú madre te dé permiso, y si no lo hace tampoco iré a la fiesta. Te acompañaré al cumpleaños de tu tío- -No- negué, -Si no me dan permiso tú ve y me cuentas el lunes que tal te fue- -¿Estás loca?- me preguntó ella con el ceño fruncido, -Si voy es para ayudarte con Adrien, y si no vas no tengo razón para ir- Esa había sido mi tarde del martes; el miércoles me propuse evitar a Adrien, así no tendría que sentirme mal ya que no iría a su fiesta. Pero parecía que en lugar de alejarme trataba de acercarme, la mayoría de las clases se la pasó sentado detrás de mí, pero la clase que más recuerdo fue la clase de arte y comunicación. -Llama su atención- me ordeno en un susurro Amélie, -¿Como lo hago?- pregunte, -A parte recuerda que estoy tratando de evitarlo- -¿Y eso que? Simplemente ve y siéntate a su lado- me dijo, yo solo negué con la cabeza, -Vamos Eli, vuélvete una fiera- -Estas loca- susurre a lo que ella soltó una risita, -Dale una nalgada- dijo Amélie, -No pienso hacerlo- conteste en un susurro, -Además está detrás de mí, es físicamente imposible- -¡No me hables de física!- me reprendió Amélie alzando un poco su tono de voz, -Si mi memoria no me falla el semestre pasado estuviste a punto de reprobar esa materia- -Baja la voz, te va a escuchar- susurre, -Y no queremos que Adrien se entere de que piensan que sus nalgas son irresistibles- dijo Adrien captando nuestra atención. Recuerdo haber deseado que la tierra me tragara en ese momento, pero también recuerdo haber volteado con Amélie y verla tratando de no soltar una carcajada. Yo no sabía como aquello le estaba causando gracia, realmente yo estaba completamente roja de la vergüenza. Para esto es importante explicar que mi piel era pálida, pero no en exceso. Así que cuando me sonrojaba, lo hacia en serio y con ganas. -¡Joven Harris!- lo reprendió la maestra en un grito, -Considero una enorme falta de respeto que interrumpa mi clase para hablar de sus glúteos. ¡Eso voy a hacer cuando este exponiendo!- Todo el salón estallo en carcajadas. -Una disculpa maestra- dijo, -Yo también me voy a disculpar- El resto de la clase me la pase en completo silencio, no quería que se repitiera el pequeño incidente. -Voy a ir con el profesor de historia- me aviso Amélie al terminar la clase, -No gracias- conteste, -No arruinare tu oportunidad de ligue- -Bueno entonces deséame suerte- -Suerte- dije ahogando una risa. Verán, Amélie tenía una extraña obsesión por el profesor de historia, quien tenía unos veintitantos años, era rubio con ojos verdes, alto y según Amélie el hombre más guapo del instituto. Lo más extraño de la situación es que Amélie no era la única que lo pensaba. En fin, me encontraba caminando con dirección al salón de historia para esperar fuera de este a Amélie, -Hola- me saludo Adrien acelerando un poco su paso para ponerse a mi lado, -Hola Adrien- salude, pero no tenía muchas ganas de hablar con el. Ya que sabía que debía decirle acerca de que mi madre no me había dado permiso, -¿Ahora me tuteas?- me pregunto alzando un poco sus cejas, -¿Como debería llamarte entonces?- me atreví a preguntar, -El perfecto señor Adrien- contesto en el instante, con la cara en alto y reflejando orgullo en cada una de sus palabras, -Entonces tu me deberas llamar la perfecta señorita Eliane- sentencie, -No tengo ningún inconveniente- me respondió, no podía evitar pensar en que el era perfecto, cada vez que lo vea era la única idea que pasaba por mi mente , -Muy bien perfecta señorita Eliane debo irme, ¿Te veo el sábado?- Asentí, pero realmente no asentí. Asentí por que estaba absuelta en mi mente pensando en lo perfecto que creía que era. -¡No!- exclame cuando ya estaba muy lejos hablando con Gaspar. No creo que haga falta describir mi jueves y luego mi viernes, ya que ambos días Adrien estuvo ausente, por lo que casi no interactuamos. Si, lo voltee a ver varias veces entre clases, pero muy apenas si me dirigía la mirada de reojo. Era como si se la pasara evitándome; al parecer se habían invertido los lugares. La mañana del sábado fue tan simple como despertarme, ir al baño, hacer mis necesidades, tomar una ducha, maquillarme y vestirme para bajar a desayunar. El desayuno fue realmente callado, no tenía ánimos de hablar, y mis hermanos ni siquiera estaban en casa. Verán, era la menor de cuatro hermanos, y era la única mujer. Así que uno de mis hermanos, Damien, ya estaba casado y era padre de un niño de tres años, y su esposa y el estaban esperando. Felix estaba prometido, y bueno Kyllian iba a la universidad. Mi padre, se llamaba Damien, si así es, igual que mi hermano mayor, el trabajaba de lunes a sábado. Durante el desayuno lo unico en lo que podia pensar era en que probablemente Adrien se molestaría conmigo por no ir a su fiesta, seria como no apoyarlo en algo. Estaba pensando en todas las horribles posibilidades cuando el timbre sonó, mi madre abrió la puerta y la voz de Amélie resonó por la casa de inmediato. -Esta bien- escuche acceder a mi madre, -Pero deberán tener las mejores conductas en la comida- -¡Por supuesto que si!- exclamo Amélie en un grito emocionado y chillón, -¡Muchísimas gracias señora Kya!- -¿Que ocurre?- le pregunte a Amélie, -Iremos a la fiesta- dijo, y ahí estaba de nuevo yo sosteniendo la respiración, -Después de la comida de tu tío, pero debemos comportarnos hasta las nueve- -¿Hablas en serio?- le pregunte incrédula, -No claro que no, te estoy cotorreando- dijo sarcástica, -¡Por supuesto que si!- De inmediato me puse de pie y abrace a mi amiga, Amélie no era mi única amiga. Pero al iniciar la preparatoria Vera, Zarah y Babette, cambiaron de escuela; no las veíamos cada semana, de echo era muy rara la vez que nos juntábamos. A tal grado que ellas no sabían de la existencia de Adrien. Adrien: Todos mis amigos estaban levantando sospechas de algo que ni siquiera yo sabía, todos creían que me gustaba Eliane. Así que el jueves y viernes de esa semana me propuse a mirarla menos, sentarme un poco más lejos y no hablar con ella en los pasillos. No fue tan difícil, solo me aparte. Fue raro el que Noan me preguntara por ella, pero luego le explique que no me gustaba, -Me alegro- exclamo, -Es que entre tu y yo en tu fiesta Jarno esta planeando tirársela- -Dile que le deseo suerte con ello- dije al recordar que literalmente Eliane era una santita. No me mal entiendan, ella era agradable, pero no era la clase de chica con la que saldría. La veía como una forma de llegar a saber que les gustaba a las de su tipo, y bueno conseguirme por un rato a una santita. Pero de ahí en más no sentía nada por ella. Para mi ella solo era una persona más en el mundo, alguien que con facilidad podría ser remplazada. Así que si lo preguntan; no. No me dolía lo que había dicho Noan. Cuando el sábado llego realmente mi mañana fue corta, ya que desperté a medio día. No diré que hice, por que para ser honesto no lo recuerdo, solo recuerdo que alrededor de las dos o tres de la tarde llegaron Anua, Gaspar, Jarno, Noan, a ayudarme a colocar todo. Siempre me he caracterizado alguien muy honesto, así que bueno confesaré que mi posición económica no era baja, mis notas tampoco y bueno si hablaba de adaptación social esta sobre ciertas personas. Pero no tenía aceptación propia, seguía pensando que para que mis amigos continuaran hablándome debía dormir con Camille, y tenía miedo. Tenía miedo de convertirme en la burla de Camille si no lo hacia bien. Y tenía miedo de dejar de ser el héroe de mis amigos. Era como si me desvirgaran otra vez, todos iban a querer que les contara, pero como la primera vez no me sentía dispuesto. En fin, recuerdo haberme duchado, vestido con una camisa blanca con parches cafés en los codos, un pantalón de mezclilla y unos zapatos cafés de metedera. Para este momento se estarán preguntando, ¿Donde carajos están sus padres? Por que bueno, era obvio que no era huérfano. Mi padre era un actor famoso, su nombre Etienne Harris, por mi casa había pósters de sus películas en los pasillos de camino a la cocina y a las habitaciones; películas como "Transform", "Fast life", y "Lost boy". Y mi madre era una modelo de la marca burberry, y bueno, mi padre en ese momento estaba grabando su milésima película; "Chasing our líes" y mi madre estaba en otro país haciendo una sesión fotográfica para la próxima colección de la marca. Se supone que estaba a cargo de mi tío, pero mi tío tenía veintiséis años, así que no me prestaba mucha atención. Pase mis dedos por mi pelo frente al espejo para peinarlo, después me puse loción y me quede viendo un rato mi reflejo; para mis amigos haría historia ese día, para mi ese día significaba que al siguiente iría al doctor a ver si Camille no me había contagiado algo.
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