La pizzería quedaba un tanto cerca de la casa de Leah. Me gustaba venir mucho a este lugar, era un sitio tranquilo y poco concurrido donde ponían buena música y sobretodo sus pizzas eran realmente como el elixir de la vida.
Yo no era muy fan del contacto físico y las caricias, pero sin darme cuenta al llegar tengo entrelazada la mano de Leah con la mía mientras nos reímos de alguna de sus extrañas historias.
Al entrar busco mi asiento de siempre. Me gustaba la mesa de la esquina, muy cerca del reproductor de sonido y lejos de la muchedumbre. Ahí ambos podrías conversar sin que nos interrumpieran.
Una chica alta y rubia se nos acerca cuando nos ve llegar. Nos regala una sonrisa de cortesía para tomar nuestra orden.
Leah y yo observamos el menú atenta a su mirada.
-La quiero con mucho salami y champiñones-le sonrió a la chica.
-Yo quiero trozos de piña-ella suelta muy feliz.
Como respuesta alzo mi ceja-eso no es raro, Leah. No pondrás trozos de piña en una pizza ¿Qué clase de ser inhumano eres?
-Mi pizza siempre la pido con trozos de piña-exclama como una niña. Sus pequeños puños se aprietan y golpean con gesto infantil la mesa.
- ¿Es enserio? -niego con la cabeza.
-Podemos dividir la pizza, una parte tendrá trozos de pizza y la otra el salami y champiñones-la chica interviene para mi fortuna.
-Bien-Leah rueda sus ojos y cruza sus brazos.
- ¿Y de tomar? -agita su plumón listo para anotar.
-Una merengada de chocolate.
-Yo una soda.
-Correcto. Ya les traigo su pedido-asegura y se despide.
Ahora en nuestra mesa hay un toque de tensión por culpa de la piña. Por alguna razón el pequeño mal humor de Leah me hace sonreír. Era divertido verla enojar por cosas tan pequeñas como trozos de piña en la pizza.
-Tengo que admitir que aquello era realmente extraño-sé que no era buena idea iniciar una conversación con ese tema de discusión, pero justo ahora era lo que venía a mi mente.
-Mamá siempre colocaba trozo de piñas a las pizzas. En casa nos gustaba, incluido a Neil. Él se podía comer diez pedazos él solo, aunque sé que ahora lo negaría-frota sus manos sobre sus pantalones-y no deberías despreciar algo que no has probado sin haberlo intentado.
-Prometo probar un trozo de tu pizza, Leah-digo para suavizarla.
- ¿Por qué crees que debería dejar que pruebes un majar como ese, luego de despreciarla?
Buen punto. Ella solo quería pelea-Entonces cada vez que pidas pizza con piña me burlaré de ti-lo decía en serio.
-Idiota-golpea mi brazo-Te daré un pedazo pequeño. Luego no quiero que me pidas más si te llega a gustar.
Las carajadas de ambos son interrumpidas por su teléfono. Mi teléfono se ilumina y el nombre de Colton aparece.
-Más te vale que sea una emergencia, Colton o voy a colgarte-le advierto a pesar de la mirada divertida de Leah.
- ¿Así es como tratas a tu hermano pequeño? –exclama como un niño tonto.
-Estoy en medio de algo ¿Si? Dime que es lo que quieres—suelto secamente.
-Te apuesto a que estas con Leah, puedo escuchar su risa desde aquí-suelta.
-Si pudiera te golpearía ahora mismo, por idiota, Colton-le advierto-tienes 10 segundos para decirme lo que necesitas o te colgaré.
-Tu novia es sexy continua.
-Adiós, Colton-y le cuelgo.
Para cuando pongo atención a Leah ella esta con la ceja levantada, sus labios tienen un gesto burlón hacia mí.
- ¿Qué? -pregunto confundido.
-Le acabas de colgar a Colton, Alex.
Me encojo de hombros- ¿y eso que? Colton realmente es una molestia ¿Lo sabias? Tienes que convivir con él para que me entiendas, solo así entenderías porque le colgué en vez de seguir escuchando sus estúpidos argumentos.
Leah sonríe lo cual hace que sus mejillas se sonrojen y me encantaba. Podía mirarla así por horas y jamás me cansaría del sonido agudo de su risa o del agitar de sus delicadas pestañas cuando parpadea.
- ¿Qué puede ser tan molesto que tienes que colgarle? -se cruza de brazos y se inclina un poco adelante. Era un alivio que de que estuviera aquella mesa entre nosotros o en este momento estuviera besándola.
-Dijo que eras sexy-contesto.
-Lo soy-ella rueda sus ojos y coloca una expresión llena de arrogancia-Deja que se exprese.
-Si vuelve a decir que eres sexy, tendré que golpearlo. Nadie más que yo puede decirlo. Esa última oración la decía muy en serio.
La mesera nos interrumpe con nuestra enorme y extraña pizza. Leah tiene el aspecto de una niña emocionada con su propio juguete nuevo cuando arranca el triángulo lleno de pizza y queso y lo lleva a su boca. Por mi parte como mi trozo de pizza tradicional mientras ignoro sus intentos de convencerme para que la pruebe. Luego de hacer un poco de alboroto y que varias personas nos observasen bastante divertidos tuve que aceptar.
Mi teléfono suena una vez más. Colton sigue insistiendo en molestar hasta que me escribe un mensaje.
Colton: No puedes ignorarme, soy tu hermano y por ende más importante que tu novia.
Mi respuesta fue un emoji del dedo medio.
Colton: Que grosero, Alex. Solo quería pedirte el favor de recogerme el sábado por la noche. Mi equipo tiene juego y no hay nadie quien me lleve.
Alex: Consigue amigos con autos.
Colton: Créeme, los hay, pero mamá no quiere que vaya a ninguna fiesta y todos ellos van. Prefiero decir voy contigo a uno de tus conciertos para sonar interesante y librarme de las burlas.
- ¿Qué pasa? -Leah me interrumpe- ¿Es algo malo?
-para nada-niego con la cabeza-Colton quiere que lo busque después de un juego. Mamá lo castigo.
A veces me sentía extraño en decir la palabra mamá. Sé que para ella yo ya no era más su hijo y, sin embargo, una parte de mí se negaba a cortar ese vínculo.
-Creo que es sexy que seas un buen hermano mayor-dice colocando un tono meloso su voz.
-Cierra la boca, Leah o voy a besarte ahora mismo.
Con aquella advertencia que fue tomada entre risas decidimos retirarnos. Me levanto hacia la caja para pagar la cuenta y la dejo sola entre sus pensamientos. La Leah que estaba conmigo ahorita era muy diferente a la de esta tarde.
-Es linda tu novia-la mesera me saca de mis pensamientos.
- ¿Quién? ¿Ella? -me giro una vez más para verla.
¿Ella se veía como mi novia? La palabra con “N” me puso un tanto nervioso. No estaba preparado para esto y a eso me refiero a Neil. Estaba seguro de que él y Justin me partirían la cara al enterarse de que salgo con su pequeño pastel.
-No es mi novia-contesto al final y le entrego el dinero.
La chica me regala una sonrisa y discretamente desliza sobre la superficie de madera un pequeño papel rojo. Al principio la observo un tano intrigado y cuando le doy vuelta a la pequeña tarjeta veo su nombre en una bonita letra cursiva junto a su número.
-Adiós-solo puedo decir y como respuesta ella me envía un guiño.
Me giro sobre mis talones para rencontrarme con Leah, pero ella ya no estaba ahí y mucho peor, mi teléfono tenía una conversación abierta justo de esta mañana. Cuando entro al chat el nombre de Tessa y su invitación para ir a su casa y repetir lo que habíamos hecho anoche.
Eres hombre muerto.
Corro a toda prisa para alcanzarle. Leah arrastraba su propio peso por la acera sin importarle que las personas la observara. Ella tenía su rostro cubierta con sus manos mientras secaba sus lágrimas.
La has lastimado. Alex, Idiota.
-Leah, espérame-tomo la delantera y me coloco frente a ella para que se detenga, pero lo único que recibo es su palma estampada en mi rostro.
-No me vuelvas hablar en tu vida-fue su respuesta para luego salir corriendo.
Quiero ir detrás de ella. Deseo recuperarla, pero una parte de mi me detiene. Leah, está mucho mejor sin mí.