Para cuando abro mis ojos eso que estoy en un lugar distinto a mi habitación. Giro suavemente y me encuentro con una habitación rosa con toques dorados y blancos como decoración. Había una enorme peinadora con luces a sus lados y todo el maquillaje que una chica pudiera tener. También estaba esa esencia que tienen todas las habitaciones. De pequeña podía distinguir cada olor de una habitación. La da papá tenia que oler a cigarrillos con menta, la de mi hermano era algo parecido a sudor y colonia, la de mamá olía a flores, dulces flores y la habitación de Katty era una explosión de fresas con chocolate por todos lados.
Su cama era totalmente enorme y llena de cojines de corazones que le daba un aspecto elegante y dulce como ella. La luz se colaba ligeramente por la ventana pero el reloj tenia marcado con rojo la hora: 2:15 pm.
¿había dormido tanto?
Sintiendo mi cuerpo tieso y doloroso me obligo a levantarme. Busco las estrambóticas pantuflas de cola de conejo de Katty, me las calzo y camino hacia su baño. Enciendo la luz y lo primero que veo es mi rostro.
-Te ves fatal-me digo a mi misma.
En menos de dos días había cometido grandes errores. Por culpa de mi gran estupidez pensé que sería un buen momento estar con Alex.
«Te equivocaste, ilusa».
En mi propia cabeza me había pintado un mundo donde estaríamos juntos y me ayudaría a superar lo que pasaba en mi vida y sin embargo…
«No fue mi intención verle el teléfono».
Pero el nombre de Colton aparecía tantas veces que de verdad quería jugarle una pequeña broma, lo llamaría y hablaría con el fingiendo ser Alex. Sé que era infantil de mi parte, pero no podía evitarlo. Así como tampoco pude evitar ver la notificación con el nombre de Tessa. la curiosidad pudo más que cual respeto a la privacidad y lo abrí.
¿Qué podía querer una chica como Tessa de Alex?
Varias fotos con su cuerpo desnudo y acompañada bajo un mensaje que decía:
«En este momento te necesito».
Fue lo suficiente como para seguir indagando que más había y me estampé contra la pared. La noche anterior, justo cuando lo había llamado por su ayuda él me había ignorado porque se estaba acostando con Tessa. Con la misma chica que me humilló diciendo que era una zorra por acostarme con su novio cuando ella desde hace rato se veía con Alex.
Recordar eso hacen que las lágrimas caigan nuevamente. Alex curó y volvió a destrozar mi corazón en pocas horas.
Siento unos brazos que me rodean-Todo estará bien, cariño-la dulce voz de Katty me consuela-Eres fuerte.
Asiento en silencio.
Ya lloré todo lo que pude con ellas. Las tres nos quedamos hasta la madrugada despierta mientras ese par escuchaba todo lo acontecido, desde Silver hasta los mensaje de Tessa para Alex.
-Vamos a ir y rallar su auto-Chillo Katty furiosa por descubrir el engaño.
-Él no tiene auto-chillo a moco suelto mientras que las manos de Sana acariciaban mi cabello.
-Lastima, estaba lista para ir y romper sus vidrios. Se lo merece por imbécil.
-Estoy de acuerdo con ella-Sana interviene-Podemos hacer algo ¿Quizás dañar su dulce instrumento? Las guitarras eléctricas son costosas y ese presumido en serio cuida la suya.
Bajo junto con Katty a la cocina. El diminuto lugar era lo bastante moderno como para codiciar todo lo que ellas tenían ahí. Me gustaba mucho como el plateado resaltaba en toda la cocina. En una pequeña encimera había un delicioso desayuno a base de tostada, café y mucha fruta. También en un plato bastante alejado estaba delicioso tocino y huevos.
-Sírvete-Sana dice mientras coloca nuestros vasos.
-Gracias, chicas. No sé qué haría sin ustedes.
-Bueno, quizás cosas como las que hiciste ayer-Sana no duda en responderme secamente.
Aun está disgustada por no contarle lo que me había hecho Silver.
-Sana, no seas odiosa con ella. La pobre ya tiene suficiente con tener el corazón roto luego de que un imbécil robase su virginidad como para que tú te ensañes con ella.
«No estaba a salvo con las gemelas».
-Bien, pero si aun piensas con romperle la guitarra cuenta conmigo.
No puedo evitar sonreír con sus palabras.
-Me daría miedo ser novio de ustedes-confieso mientras me sirvo un poco de mango en mi plato.
-Ya aprenderás, ser psicópata está en nuestros genes, Leah. Una mujer herida es mucho más peligrosa que cualquier arma.
Sus palabras me dejan sin aliento. A veces me daba un poco de miedo la seriedad con que Sana se tomaba ciertas cosas, sobre todo cuando alguien le rompía el corazón a su hermana y ahora a mi.
-Leah ¿Estas lista?-Katty pregunta mientras me entrega mi teléfono-Ya está cargado y listo ¿quieres que lo veamos juntas o lo harás tu sola?
48 horas sin teléfono.
Creo que era casi un record para cualquier persona de hoy en día. Observo el forro azul con una caricature de una chica de cabello rosa y me lo pienso. No estaba completamente lista para esto. La presión baja mientras enciendo el botón y veo todas esas notificaciones. Mis redes estaban colapsadas, tanto como las llamadas perdidas y los mensajes. Tenía mucho que explicarles a mi papá y mie hermano que preguntaban por mi y al no tener respuesta me habían llamado. También estaban los mensajes cortos pero llenos de preocupación de Bea. Luego otros de David insultándome y diciendo que terminaría conmigo por la foto. Aun seguía molesta con él, nunca me dejó explicarle que había pasado, solo se detuvo a ver como Tessa se llena de gloria mientras me partía el rostro.
Aunque estaba triste, también me sentía aliviada por ello. Me sentía bien estando con David pero nunca sentiría aquel temblor en mi cuerpo y esos nervios haciendo erupción como lo sentía por besar a Alex.
Luego observo esos mensajes de papá.
Daddy: Hola, dulce pastel ¿Cómo te fue en tu cita? 08:55 pm.
Estaba tan asustada esa noche que no me fije en aquel mensaje y luego en los otros 50 más que nunca respondí.
Una oleada de temor invadió mi estómago. Mi respiración se vuelve algo inestable justo en este momento. Con mis manos sudorosas y esa sensación inquieta se que debo enfrentarme a papá. No podía solo seguir desaparecida ¿Y que si encontraba mi habitación hecha un desastre? Sé que siempre la dejaba desastrosa, pero podría pensar que era la escena de un crimen o algo así.
Mi teléfono suena con fuerza y me saca de mi trance. De nuevo papá estaba marcando. Mi dedo tembloroso parece dudar, pero se desliza en la pantalla.
-¿Leah?-pregunta tenso y me vuelve tensa a mí también.
-Papá, yo lo siento…
-Deberías sentirlo, señorita-su respiración parecía difusa. Podía sentir como se contenía para no gritarme-¿Puedo saber en dónde has estado que no contestas ese teléfono? Me has tenido con el alma en un hilo y también a tu hermano y tu madre-el se había comunicado con mamá, debía haber estado aterrado para hacer eso-fui a verte en casa, pero no estabas y te he buscado toda la mañana en esta universidad, pero nadie me da razón de ti.
Una astilla de pánico se clava en mi pecho. Si él se llegase a enterar de la foto y la pelea sabia que habría unos cuantos caídos y entre esos estaría yo.
Rápidamente Katy y Sana me hacen una especie de señas para que pueda decirle a mi padre. Katty finge un dolor de cabeza o quizás solo se golpeaba fuertemente la frente, aun no lo sé y su hermana de frota con suaves círculos la barriga ¿Acaso debo fingir un embarazo?
-No me he sentido muy bien. Estoy enferma y ellas me cuidan.
-Eso no es excusa, Leah Cooper. Tú teléfono estaba apagado, tiene dos días, ¿Qué quieres que piense? Pudiste haber mandado aunque sea un mensaje ¿acaso no confías en mí?
Lo había herido. Podía sentir ese resentimiento es voz. Papá acudiría a mí en cualquier momento si yo lo pidiera y sin embargo, solo cerré la boca y me oculté como un torpe topo en la oscuridad.
-Lo siento, papá. De verdad lo siento mucho-una nueva ráfaga de lagrimas se quedan atascadas en mis ojos. No podía permitirme llorar o él se daría cuenta. Totalmente perdida sin saber que decir Sana me arranca el teléfono y es ella quien toma la batuta.
-Hola, señor Cooper-dice fingiendo un tono de voz dulce como el de su hermana-Soy Katty ¿Me recuerda? Lamento que su hija no se reportara, Leah ha sido una chica muy descuidada, pero entre los exámenes y su periodo las cosas no han sido fácil. Ha estaba con mucha presión y me dio tanta pena que no pude despertarla para ir a clases.
Su gemela y yo nos observamos petrificadas. Sana tenía una facilidad para hablar con mi padre y darle vagas excusas que al parecer él estaba entendiendo. Sana finge reírse como Katty para molestia de su hermana.
-Si, lo sé. No me dé las gracias, ellas es como una pequeña hermanita, por eso la cuidamos-vuelve a reír, juro que siento escalofríos-Se la paso.
Sana rueda sus ojos y abraza a su hermana notoriamente molesta mientras me deja terminarla charla con papá.
-Lo siento, hija. No sabias por el estrés que estabas pasando-papá realmente lo sentía-Disculpa a este pobre viejo. A veces olvido que tienes 19 años. Y que tienes tu periodo. Solo entré en pánico. Por favor, no vuelvas hacerme esto ¿Si?
-Si, papá. Lo siento mucho.
-descuida. Descansa. La verdad me siento aliviado de que Katty esté contigo y te cuide porque no me fijo en esa otra chica. Realmente da escalofríos.
Reprimo una risa burlona por su comentario. Si supiera con quien estaba hablando. Me despido con un sonoro beso a mi padre y me siento un poco mas tranquila.
-Eres una maldita genio-digo entre dientes y corro arrojarme en sus brazos y luego beso su mejilla para su mala suerte-Te quiero.
-Si, pero aléjate-dice sacudiéndose de mi abrazo.
-Yo no me rio como una tonta-Katty llega a decir con mirada cautelosa-¿Verdad Leah?
Niego con la cabeza y miro a Sana-¿La mejor excusa que encontraste fue que tenía el periodo?-levanto mi ceja muy consternada.
-Los hombres nos creen seres frágiles porque menstruamos-rueda sus ojos como si fuera tan obvio-Esa es tu ventaja en este mundo siendo mujer.
Sonrió antes sus sabias palabras.
Al día siguiente temía volver a la cruda realidad. Todo aquel que tuviera un teléfono y estudiara en la universidad sabia quién era yo. Aquello parecía realmente irónico. Mi voz siempre era apagada y cuando trate de hacerme notar nadie me vio, pero ahora una simple foto y un cruel comentario tenían mi nombre en la boca de todos.
Las gemelas estaban a mi lado. Ella quería que tomara las riendas de la situación y les demostrara mi actitud. Para su desgracia, mi forma de ser era la de una miedosa que se ocultaba en los brazos de la gente. Ellas habían sido mi propio refugio en lo que se habían convertidos los días más largos de mi vida.
-ahí, va-saltaban esas voces mientras que sus ojos me señalaban-Ella le quito el novio a Tessa-era otras de las frases más conocida.
-Es injusto-Katty gruño-Yo subí una foto con un diminuto biquini y no fue tan tendencia como la madriza que le dio Tessa a Leah.
-Dios, a veces me pregunto porque somos hermanas-Sana le contesto.
Las gemelas se detuvieron un momento. De nuevo iban a empezar con una de sus matutinas discusiones que eran mucho más frecuente que los momentos entre hermanas.
-Llegaremos tarde a clases-les recuerdo y con eso partimos a nuestro salón.
Al principio resulto un poco incómodo estar en el ojo del huracán, pero a medida que me encontraba entre clase electromecánica todos los rumores y miradas se habían desvanecido, bueno, aprendía a ignorarlos. Descubrí que, si de verdad ponía atención, entonces el mundo entero desaparecía.
La hora del almuerzo fue un poco más difícil. El comedor estaba infestado de estudiantes, era obvio que tenían su atención para mí. Tomo una bandeja y hago fila en espera de mi turno. Coloco mis audífonos para al fin apagar esas voces. De pronto todas las risas, gritos y charlas desaparecen a través de la música. Mi cuerpo se relaja a medida que avanzo. Dragons and Mirrors tiene ese efecto adormecedor en mí. Me gustaba mucho sus canciones llenas de amor y nostalgia que solía cantar desde niña. Estoy devuelta a mi lugar feliz.
Me sirvo un pedazo de pizza, algo de fruta y uno de esos jugos en cajita. Busco en medio del mar de mesas a las gemelas. Ambas están rodeadas de chicos. Ver a esas personas sentadas a su alrededor logro que volviera el pánico. Sabía que tenía que confrontar al mundo tarde o temprano, pero justo ahora…tenía mucho miedo.
Katty me hace una seña y sonríe. Quiera huir, pero sabía que tenía que ir donde ellas. Con los pies arrastra muevo mi trasero hacia aquella mesa. Junto a ella estaban 4 chicos de rostros conocidos. Ellos estaban en mis clases y esta era la primera vez que tenía un acercamiento con cada uno de ellos.
-Hola, Leah-saluda una flamante pelirroja de labios rojos y lentes de montura gruesa.
Sonrió como respuesta. Con mis piernas como gelatina consigo sentarme mientras escucho su conversación.
-La fiesta es en el muelle-Roger, el chico regordete de suéter n***o habló-habrá mucha bebida y música toda la noche. La gente dice que es una verdadera orgia. Sexo seguro para quien vaya.
-Entonces al fin alguien perderá su virginidad-Jasón el rubio de cabello rapado suelta burlonamente y todos excepto yo se ríen de él.
-Muy gracioso, Jasón.
-Está bromeando, Roger-Katty dice mientras acaricia tiernamente su cabello.
-Jasón es solo un idiota con un gran complejo-la pelirroja quien en realidad se llama Helen se burla-Sus tendencias machistas y esa obsesión con el sexo solo es evidencia de que tiene un pene pequeño.
Abro mis ojos. Ella sí que era completamente mordaz y a Sana le tiene muy divertida aquella respuesta al igual que a todos.
-Muy graciosa, Helen. Solo estas molesta porque no quise tener sexo contigo.
De nuevo todos vuelven a reír. Era la primera vez que pasaba tiempo con estos chicos y me sorprendía que las gemelas se llevaban tan bien con ellos, como si casi siempre salieran juntos.
¿En qué momento me perdí?
-Las fiestas en el muelle son privadas-dijo el chico gótico de pelo n***o. Todos los ojos se fueron sobre él-Tienes que tener un brazalete para que te dejen entrar, es decir. No todo el mundo puede ir.
-Maldición-Roger suelta decepcionado-Mataría si eso me hace ir para allá.
-Es para gente exclusiva-interviene Helen-escuche que una persona no va más de dos veces, es algo raro.
Los demás sueltan un grito de asombro. Todos parecían unos niños emocionados por ir a un lugar que si siquiera se sabía si era verdad.
-Pues a mí me llego algo-Katty agita suavemente el brazalete rosa-apareció mágicamente en mi bolso. Dice que es una entrada exclusiva.
Sana me da un leve golpe con su codo. Le devuelvo la sonrisa mientras sigo comiéndome mi pizza. La gemela malvada roba un poco de mi jugo en caja para llamar mi atención.
- ¿Qué piensas sobre ello? -pregunto y los ojos de todos estaban sobre mí.
-Eh-mis mejillas se vuelven caliente por la vergüenza-Jamás escuché sobre una fiesta en el muelle-confieso para su decepción.
-Se suponen que son secretas-Roger intenta explicarme-en la fiesta se vale de todo, pueden hacer intercambio de parejas, participar en tríos o flamantes orgias ¿No crees que es genial?
-Creo que si-no estaba muy seguro de ello.
Sorprendentemente el tiempo pasa muy rápido. Las gemelas se despiden y junto a mi caminan a la última clase del día. Era un alivio tener el resto de la tarde libre. Quizás vaya a casa y descanse un poco, aunque aún no me sentía preparada en estar en mi habitación, no después de que la esencia de Alex se impregnara en ella.
Las últimas dos horas pasan demasiado rápido. Libre de la presencia de Tessa, quien no me he topado durante todo el día, veo mis clases con tranquilidad y para mi fortuna la hora se va rápido. Soy la primera en salir disparada apenas el profesor se despide. Las gemelas querían ir por algo de beber con los demás chicos, pero no estaba preparada.
Para cuando llego a casa estaba completamente agotada. Dejo mi mochila sobre el sofá y me desplomo en el sin ganas de ir a mi habitación. Busco el controla mmi lado y enciendo la televisión. Quizás una película pueda relajarme. Mi teléfono suelta un zumbido producido por mi celular e intento buscarlo en medio de mis cuadernos hasta que me topo con él y algo más. Aquella cinta color rosa brillante tenía mi nombre. Toco el brazalete y por la parte posterior había unas letras diminutas.
Estas invitadas al muelle.
¿Cómo es que llegó eso ahí?
Más abajo esta la dirección del lugar y la hora en que se pera a iniciar aquella especie de orgia que todos al parecer deseaban ir.
Mi teléfono vuelve a sonar y esta vez contesto.
-Leah, no sabes que ocurrió-Katty chilla emocionada-A Sana también le llegó una invitación. Iremos al muelle.
- ¿La cinta rosa? -alzo mi ceja incrédula.
-Si, una cinta como la mía.
-Katty-observo una vez aquella extraña invitación-Creo que me han colocado la mía.
- ¡oh, por dios! -grita y ríe llena de emoción-Entonces no se diga más, las tres iremos a esa fiesta.
Le cuelgo rápidamente. Aquello no sucedería jamás. Yo no iba a ir a ninguna fiesta con ella.