Capitulo 13

4582 Words
Y ahí estaba yo. Sentada sobre una manta en césped recién cortado mientras escuchaba la ultima aventura de Katty. La gemela rubia podría verse como una chica dulce e inocente, pero le encantaba salir con muchos chicos. Casi siempre eran tipos grandes y musculosos con sonrisas que cuestan miles de dólares y cuyos cerebros solo daba para reaccionar cuando miraban su atrevido escote. Ella era una especie de fusión entre la inocencia y la perversión a diferencia de Sana. Su hermana gemela no era la típica chica que se intimidaba o se avergonzaba cuando le hablaban de sexo. Siempre se lo tomaba con mucha madurez, incluso aunque también le gustaba salir con muchos chicos. Casi siempre eran idiotas como los chicos de la banda. A veces me pregunto si Sana pudiera haber salido con Neil. Aunque no estaba segura de eso, pues mi amiga si le gustaban los chicos tatuados, pero curiosamente no sería el tipo de Neil. El las prefería más…tontas. Claro que su novia actual, Bea no era para nada eso. -Estas muy callada-Katty me pellizco-te digo que el chico me llevo a casa de sus padres y tu solo observas ese árbol como si estuviera a punto de decirte algo. -Te escucho. Liam te llevo a casa de sus padres porque no tenía otro lugar para tener sexo-resumo su historia. -Si-Katy chilla como una niña pequeña-Es lindo y sexy como su cabello y trasero, pero esa pare fue incomoda. Su madre no dejó de decirme que era la primera vez que llevaba una chica a casa y luego solo descubro piezas de ropa interior femeninas en el suelo ¿Eso no es raro? - ¿Qué su madre encubra sus aventuras? -Sana alzo su ceja con algo de interés-Es triste, hermana. -Y ni siquiera quiso ir a mi departamento-se encogió de hombros-Dijo que no se sentía bien ir a el departamento de una chica, que era mejor que yo fuese a su casa. Pensé que era lindo, hasta que su mamá nos tocó la puerta para preguntarnos si estábamos bien, pues al parecer me estaba quejando mucho-Rueda sus ojos. -Ese chico es un perdedor-Sana corta la conversación- Siempre los consigues así. -Deja de decirlo-Katty se quejó mientras fruncía sus cejas. A veces era un poco molesto que ambas discutieran en frente de mí. -Leah, dile algo-Katty ruega por mi ayuda. -La verdad me da mucho miedo Santa-confieso. -Haces bien-la chica acaricia mi cabello-Pero cambiando de tema, de verdad has estado muy callada ¿Qué te pasa? -Pues…-suspiro. Me pregunto si esto sería buena idea, después de todo cargaba todo esto atorado en mi garganta. Alex se había ido de mi casa sin despedirse y hoy no había tenido noticias de él. Revisé mi teléfono miles de veces esperando un mensaje y esa ahí donde caí en cuenta de que no tenía su número. Él nunca me lo pidió y yo no tenía por qué tener el número de cada uno de ellos, quizás lo de las chicas y Sam quien era un buen sujeto. -Despierta, Leah-Sana choca sus palmas justo en mi cara y tengo su atención-Es en serio ¿Qué te pasa? Abro mi boca para contarles mi noche con Alex, pero David se adelanta. El corre hacia mí y me planta un frio beso en mis labios. Por alguna razón no dejo de compararlos con los de Alex. -Hola, princesa. Te he extrañado-toma mi mano. Mis labios forman una especie de línea dura transformada en una sonrisa por su cercanía. Mi cuerpo parece rechazar cada movimiento de David que da hacia mi sin poder evitarlo. - ¿Estas bien? -pregunto algo herido. -Solo me duele la cabeza-tomo su mano y recuesto mi cabeza en su hombro- ¿Cómo estás? -Excelente con esta noticia que tengo que darte. Las gemelas voltearon hacia el muy interesadas. Por el brillo de su sonrisa sabía que sería algo interesante. - ¿Qué será? -digo actuando con interés. -Sí, David. Nos morimos por sabernos-Sana soltó su venenoso sarcasmo. -Esta noche estas invitada a la cena familiar de los Harrison-agitó sus manos como un bailarín de Jazz. Casi juré que si por él mismo fuera hubiese lanzado confeti de colores con su hermosa sorpresa. Las gemelas reprimen un deseo de reírse. Las puede ver, aunque David no lo nota. El está concentrado en mí y en mi incomodo silencio. - ¿Qué sucede? -agacha su cabeza- ¿Crees que es muy apresurado? Pues, solo hemos tenido una semana de novios de las cuales besé y me dejé besar por un chico al cual quizás no le importo. Podríamos agregar a eso que mi hermano casi lo asesina, así que…creo que si es apresurado. -Para nada-Katty se acerca hacia él con la más melosas de las sonrisas-Nuestra Leah, esta tan emocionada que la has dejado sin palabras. Ella me da un ligero toque con su codo y reacciono. -Sí, es estupendo. David deja escapar lo que parece un suspiro de alivio. Se acerca y con un beso fugaz desaparece de nuestra vista. -Eres una idiota, Katty-Sana le golpea la cabeza-Es obvio que Leah no quiere ir. -Yo creo que si-ella se defiende-Solo esta… -No quiero ir-confieso y ahora temo que no pueda cerrar más la boca-Le fui infiel con Alex. ¿No tener sexo, pero si dejar que te toquen cuenta cómo infidelidad? -Oh, por dios-gritaron ambas y varios ojos se giraron a mi dirección. - ¿Qué? Creo que no se ha escuchado, pueden gritar mucho más duro-les regaño. -Vamos, no nos cambies de tema-Katty toma mis manos-Confiesa, pecadora. Pecadora. Me estaba convirtiendo en lo que siempre había odiado. Sana no dice nada, pero sus ojos son afilados y su sonrisa oscura tienen algo que me hace confesar, así que les cuento todo lo que había pasado. Había pasado del odio al amor y luego al abandono en 24 horas. Me pregunto si eso sería normal ¿Tendría que preocuparme por pensar en alguien que no me ha escrito o hablado en dos días? Ambas se recostaron sobre la cálida manta mientras que guardaban aquellos datos en sus mentes. Al terminar ya sentía como aquella bola de fuego se había extinguido y el alivio me hizo sentir liberada. -Cada vez que te descuido terminas besuqueándote o casi teniendo sexo con ese tipo-Sana concluye sin dejar de caer en su asombro- ¿Debo preocuparme? -Vamos, Sana-Katty salió en mi defensa-no seas ruda con ella ¿Acaso no lo ves? Nuestra pequeña está enamorada. -No lo estoy-aprieto mis dientes. -Sí, si lo estas. Puede que aún no lo aceptes, pero tienes un muy fuerte enamoramiento por Alex ¿O como explicas aquella sesión caliente que tuvieron? -su preciosa ceja se arquea ligeramente y ahora las dos me observan en un silencio profundo mientras esperan mi respuesta. -No lo estoy-sacudo mi cabeza en negación-Tengo clases. Con aquella frase me alejo de ellas. No quería ser parte de su interrogatorio psicológico sobre mis sentimientos sobre Alex. Ya tenía muchas cosas en mi cabeza. Las últimas dos clases pasaron volando para mi desgracia. Observo la hora, faltaba poco tiempo para ir a ver a la hermosa y rica familia Harrison. No conocía nada sobre los padres de David y Silver. Solo había escuchado rumores de que tenían muchas empresas y básicamente eran los más ricos de la ciudad. Aquello significaba mucha presión para mí. No puedo dejar de preguntarme qué clase de personas serian ellos. A los únicos millonarios que había conocido eran Vivi y Bea. Ambas realmente estaban podridas en dinero, pero aun así decidieron dejar aquellas vidas de lujos porque eran infelices. Cuando llego a casa veo el auto rojo d Emi padre aparcado. Al igual que a mi hermano le gustaba mucho los vehículos clásicos como aquel. La señora Roja, como la bautizamos ambos parecen felices de regresar al lugar donde había vivido por muchos años. -Mírate, cariño-toco su superficie lisa y reluciente. -Hey, no deberías tocarla mucho, cariño-Papá bromea saliendo de casa. Corro hacia él. Me arrojo en sus brazos y siento que tengo ocho años de nuevo. Papá es fuerte y musculoso por eso no le cuesta nada sostenerme y darme cuenta. -Mi dulce pastel-besa mi cabello cuando me ha depositado en el suelo- ¿Cómo te va? -Muy bien-le sonrío y tomo su mano para entrar a casa-Huele a… ¿Pastel de fresas? -pregunto mientras salía como una bala hacia la pequeña cocina. Papá tenía un pastel esponjoso de fresa encima de la mesa y a su lado había un par de tazas vacía y algo de café humeante en la estufa. - ¿Qué es esto? -pregunté feliz por el dulce y confundida lo perfectamente arreglada que estaba la mesa. Los ojos de papá eran oscuros y profundos como los de mi hermano. Pero su temperamento era absolutamente diferente. -Tenemos que hablar-dijo con toda la suavidad del mundo y fue por el café. Yo me siento en silencio e intento adivinar que estaba pasando. No era muy común que papá viniera a casa y mucho menos que me trajera un pastel. Casi siempre le gustaba invitarme a casa de su esposa a cenar los fines de semana, pero justo ahora esta visita me tenía llena de ansiedad. -Veo que te sigue gustando los dulces-él sonríe mientras coloca una rebanada generosa del pastel rodeado con glaseado blanco y fresas bañadas en gel. -Son mi debilidad-confieso a la vez que pasaba mi dedo sobre la crema. La habitación de pronto queda en silencio. Papá espera a que de dos bocados sin decir ninguna palabra. A pesar de su aspecto rudo se notaba que estaba muy inquieto, me lo decía la tensión se sus hombros y la forma en como sus dedos golpeaban suavemente la superficie de la mesa. - ¿Sucede algo? -pregunto con la boca llena-Esto está realmente bueno. -Sí, lo sé- suelta una risa algo robótica. -Papá-lo miro a los ojos- ¿Qué sucede? No es común que vengas con pasteles y café. Digo, no me quejo de este momento, pero tienes esa expresión en tu cara. - ¿Cuál? -pregunta a la vez que las venas prominentes se marcan en su cuello. -Esa cosa que haces-señalo- ¿Lo ves? Los parpados de papá se entrecierran un poco dándole la apariencia de estar rasgados y su frente está brillando por el sudor. -Sudas cuando estas nervioso-concluyo. -Sí, sé que no puedo engañarte, Pastelito-toma mi mano-Vine aquí a tener una charla de padre e hija. - ¿Qué? -dejo la cucharilla sobre el pastel a medio comer. -Neil me dijo que… -Ah-dejo salir. Era tan obvio que Neil estaba metido en esto. -Pastelito… -No, papá-Le interrumpo-Tengo que hablar-me levanto de mi silla-Me imagino que te dijo sobre David ¿O me equivoco? -Si-exhala con el rostro ensombrecido. -Por favor, tu no. No quiero que te pongas a su nivel. No necesito que vengas a decirme que jamás podre tener novio y que todos solo quieren follarme y por eso tengo que mantenerme alejados de ella-sentía una especie de corriente eléctrica que picaba en mis dedos. Quería golpear a Neil por entrometido. Una cosa era que no le gustará David o cualquier otro chico para mí, pero el recurrir a mi padre había sido algo realmente bajo. -Leah, solo déjame hablar-tomo mi mano y me mando a sentarme-Solo quiero decirte que está bien-sonríe nerviosamente. Abro mis ojos lo más que puedo. Papá está sentado junto a un gran pastel de fresas y sigue viéndose letal, aunque esta vez la expresión de su rostro era totalmente sincera. -Hablé con tu hermano. No le gustó como termino la charla. Le dije que tú también eras mi hija y tenías derecho a ser feliz. Y si conocías a un chico y creías que ese era el correcto para estar contigo, entonces yo estaría de acuerdo y aceptaría tu decisión. Respiro profundamente. El aire parece escaso en la habitación. O, quizás solo era las palabras de papá y su aprobación lo que me hacía quedarme inerte. -Papá-corrí hacia él. Lo abrazo con todas mis fuerzas. Me gustaba esa sensación de fragilidad que sentía cuando estaba a su lado. Sus brazos fuertes me rodearon una vez más. Cuando estaba con él pareciera que nadie podría hacerme daño. Su seguridad era realmente cálida y reconfortante. -Gracias-dejo salir-No sabes cómo aprecio esto. Pensé que serias como Neil. -Tu hermano es buen chico, pero un idiota y todo ha sido mi culpa-admite-Ambos son mis hijos y quiero que sean felices con las personas que aman y ese chico debe ser muy especial para ti. Cuando habla sobre ese chico especial solo se me viene a la cabeza a Alex y su su sexy sonrisa con hoyuelos. - ¿Y como es? La pregunta del millón. -Me trata muy bien-admito ahora si sabiendo que era David-y esta noche conoceré a sus padres. -vaya-suelta un silbido-Eso dice que va enserio. Ningún hombre presentaría alguna chica a sus padres al menos de que este seguro de que esa la correcta. Me gusta ese tal… -David-le digo su nombre-Es un muy buen chico, papá. -Me alegra o se las verá conmigo. Aquel tono amenazante sonó algo flojo, pero sabía que era enserio. Papá temía que David rompiera mi corazón. Estuve a tan solo un poco de decirle la verdad, de confesarle que no tenía que preocuparse de David. Porque la única persona que de verdad rompería mi corazón seria Alex Green. Después de dos rebanadas de pastel más, papá se marchó. Aun tenía tiempo de arreglarme para ir a casa de David. Voy a mi habitación, la cama aún sigue sin tender y hay ropa sucia en el suelo e intento no prestar atención a estos detalles que por lo general sucedían cuando tenía preocupaciones que no me dejaban hacer nada. Abro la puerta de mi pequeño armario, había mucha ropa o tanto según la capacidad del closet, pero no había nada decente como para ir a una cena con los padres de tu novio. Mis escasos vestidos o eran muy pequeños o totalmente infantiles. Casi siempre me vestía con la ropa de las gemelas, pero por ahora tenía que apañármelas solas así que luego de sacar todo lo que había adentro me decido por un vestido floreado de color gris que cubría mis rodillas y cuyo escote era apenas ligero. Este tipo de vestido se podía usar para ir a misa o quizás a conocer a los padres de tu novio ¿O no? Tomo mi bolso de maquillaje y apenas me aplico rubor y algo de brillo. No quería dar una primera impresión incorrecta. Mi teléfono suena un par de veces. Tengo que lanzar la ropa amontonada al suelo para rescatarlo. La pantalla iluminada me enseña el nombre de Katty. Atiendo rápidamente y escucho música de fondo. -Hola, perra-la voz era la de su hermana- ¿Cómo te preparas para el gran encuentro? -Nerviosa-admito mientras me recuesto de la colcha gruesa-No sé qué llevar. Solo fui y me coloqué el vestido gris con flores. -Asco-es su respuesta nada alentadora-Yo que tú me coloco el vestido rojo con tiras en forma de equis. -No creo que sea lo adecuado. - ¿Lo adecuado? Tienes que ser tu misma, Leah Cooper-ella me regaña. Yo misma. Aquello era absurdo. Si fuera yo misma, justo ahora me colocaría unos vaqueros y un suéter cómodo. La bocina suena hacia afuera. Me despido de Sana y con una enorme presión en mi estómago camino hacia la puerta. Hay una enorme camioneta plateada aparcada al afrente y de ella sale un David completamente sexy vestido con un traje formal. Él se acerca hacia mi con presteza y me besa prolongadamente en los labios. -Estas hermosa-suelta un suspiro ero no identifico si era porque me veía hermosa o de alivio-Mis padres están emocionados de conocerte. -Estoy nerviosa-confieso al mismo tiempo que me acerco a su vehículo. -Les gustaras, ya verás. Ellos se darán cuenta de lo maravillosa que eres y sobretodo de lo feliz que me haces. Como un caballero cierra la puerta cuando entro. Visualizo el interior de la camioneta. Todo olía a nuevo y puro lujo. Hay música suave dentro del vehículo que calman un poco mis nervios. - ¿Es nuevo? -pregunto en un intento de conversar con él. - ¿Eh? -se gira-Si, es nuevo. Lo compre con mi trabajo y bueno, mis padres también me han ayudado un poco ¿Te gusta? -Es lindo-asiento mientras deslizo mis dedos en el retrovisor. Poco a poco nos alejamos hasta ir a una parte de la ciudad donde los edificios y las tiendas se volvían bellas y extravagantes. Las luces tintineaban en los árboles y las personas caminaban despreocupadas a medida que se dirigían a los centros nocturnos. David busca se detiene justo en un enorme lugar con aspecto francés. Los meseros tenían trajes rojos y corbatas negras mucho más elegantes que mi vestido. - ¿No iremos a tu casa? -pregunto confundida. -Mamá ha cambiado de opinión, pensó que te sentirías más cómoda en un sitio más neutral. Muerdo mi labio inquieto. Para nada este sitio era neutral. Aquí las aguas las servían en copas y había más de dos cubiertos puestos en posiciones exactas en las mesas. David toma mi mano y la aprieta suavemente. El intenta hacerme sentir mejor, pero solo no podía con todo esto. Una chica delgada y de sonrisa amable nos conduce hacia lo que parecía ser una zona VIP. La mesa estaba más apartada del lugar. Los manteles eran de color crema y de textura muy sedosa. -Ya llegaron-dijo una mujer de mediana edad con una gran sonrisa-Mírate, cariño. Te ves hermoso-se levanta y besa la mejilla de David. Sus labios dejan un rastro carmesí en sus labios. -Vamos, Claire. No lo avergüences delante de su novia-se queja el hombre a la vez que me regala una sonrisa-Mucho gusto, Leah. Soy Bradley y ella es mi esposa Claire-me estrecha la mano con un agarre preciso. -Encantada de concerté, cariño-la mujer se abalanza sobre mí y me da un par de besos en mis mejillas-Estoy tan feliz de conocer a la novia de mi hijo. Asiento como una tonta sin tener mucho que decir. Afortunadamente Claire habla todo el tiempo. Ella es muy extrovertida y le encanta de hablar sobre viajes o moda. Como una mujer endemoniadamente rica y llena de influencias, ella conoce a muchas personas famosas y me lo hace saber apenas me muestra foto con ellos para comprobarlo. - ¿Ese no es Adam Scott? -pregunto mientras observo el delineador de sus ojos y la sonrisa pícara del hombre. -Sí, es un gran amigo nuestro ¿Verdad, cariño? -se voltea donde su esposo. -Ajá-es su respuesta y sigue con su teléfono. -Es genial-sonrió-Mis padres son la pareja que salen en su primer disco-digo con algo de orgullo. - ¿No? -ella deja caer su mandíbula llena de sorpresa- ¿Lo escuchaste, cariño? -Muy bonito, Claire-solo responde su esposo sin demostrarle atención. La energía de Claire era muy juvenil y alegre. Cada vez que puede intentar que su esposo participe en su conversación, pero nada parece hacer que a el hombre se despegue del teléfono. -Hola, familia-soltó Silver saludando tranquilamente. A su lado Tessa Williams luce uno de esos minivestidos color piel que se adhiere a su cuerpo. Ambas unimos las miradas por unos segundos y ella solo tuerce sus labios en una mueca grosera. -Bradley, Claire. Me alegra de verlos-se acerca a besar sus mejillas-Leah, que sorpresa-finge darse cuenta de que estaba ahí con ellos-No sabía que vendrías. -Creo que te dije que la cena era para que David presente a Leah a nuestros padres-Silver dice algo confundido. -creo que no dijiste eso-ella sonrie y toma asiento como la diosa que era. -Hermanita-Silver extiende sus brazos y se aferra a mí de forma incomoda. Sus manos presionan la carne de mi cuerpo y casi podía jurar que estaba olfateando mi cuello. -Silver, amor. NO todos son cariñosos-Tessa le recuerda ya de mal humor-Por cierto, Leah. Me encanta tu vestido, es tan…tierno. Zorra. -Gracias-y me quedo en silencio. Para mi fortuna un chico alto y desgarbado viene por nuestro pedido. El menú entero estaba todo en francés y apenas podía distinguir nada sobre ello. - ¿Problemas para elegir tu cena? -Tessa perspicaz soltó su veneno-Pobrecita, David. Ayúdala, cariño. Aprieto mis dedos contra la carta mientras le dedicaba una profunda mirada. ¿Qué mierdas le pasaba? -Puedes pedir lo mismo que yo-Claire dijo comprensiva-Te gustará mucho. No soy amante de la comida francesa, pero este restaurant tiene la mejor ensalada. - ¿Qué dices, princesa? -David se acerca a mí. -me parece bien-concluyo e intento evadir la sonrisa burlona de la chica. A partir de ahí Silver tomó las riendas de la conversación. Todos menos su padre le prestaban atención sobre lo de su resiente video y el cómo decidió que la modelo perfecta para ello era su querida novia. Tessa fingía una mundana humildad y cada vez podía me lanzaba dagas negras de sus ojos. Tuve el impulso de tomar mi teléfono y unirme al mundo de Bradley, que parecía más cómodo interactuando con él, que con su propio teléfono. Para la hora del postre decido tomarme un momento y respirar. Me disculpo por ir al baño. Me alegra de sentir el silencio en aquellas paredes adosadas. El baño parecía mucho más lujoso que mi propia casa. me detengo justo al enorme espejo que cubría la pared de los lavabos. Mis manos estaban frías y sudadas y mi cabello era realmente un desastre. Observé el vestido de iglesia y me di cuenta de que estaba muy fuera de lugar. Aquel glamour y lujo no era nada para mí. Tienes que ser fuerte, Leah. Retoco mi maquillaje lo más lento que puedo. Me hago tiempo para no estar con ellos demasiado tiempo. Estaba harta de Tessa y sus indirectas y de como David me ignoraba cuando Silver estaba haciendo acto de presencia como si fuera un enorme ser de luz. Saliendo del baño me tropiezo con el pecho duro de Silver. -Lo siento-digo avergonzada. - ¿Estas bien? -me sonríe con esa calma pacifica que exhala. Su cabello plateado tenía una cinta negra alrededor. -Sí, estaba distraída-confieso intentando avanzar mi camino, pero me daba la impresión de que Silver no quería moverse de ahí. -Lo has estado toda la noche, lo he notado-posa la mano en mi mejilla dejándome helada-Relájate. Solo somos una familia común-el avanza con lentitud hacia mí, su cercanía me hace retroceder y cuando me doy cuenta estoy a solas en el baño de damas, -Le has caído bien a mis padres y me gusta ver como mi hermano te adora. Esta muy enamorado de ti-dice fijando su mirada-Y entiendo por qué. Eres completamente hermosa, Leah. Me congelo. Mi piel se vuelve de gallina mientras intento identificar la intención de Silver. El avanza lentamente hacia mí. Su rostro está a tan solo centímetros del mío, que casi creo que va a besarme. -Ya he tardado mucho, debo regresar a la mesa-retrocedo un poco. - ¡Espera! -me ordena a la vez que me sujeta por la muñeca-Mejor charlemos un rato, quiero conocerte. Alzo mi cuello intentado ver por encima de él, pero es demasiado alto y todo su cuerpo cubre mi zona visual. Un par de personas salen del baño, intento irme con ellos y cuando Silver adivina mis movimientos me acorrala como puede contra la pared. -Será mejor regresar-le advierto un tanto nerviosa. Sus casi dos metros y músculos intentan envolverme. Él se inclina más hacia mi visualizando mi escaso escote. Casi no mostraba piel, pero aquella mirada felina me hacía sentir realmente incomoda. -Déjame ir-intento advertirle-O… - ¿O qué? -su sonrisa pasa de amable a perversa. ¿A dónde se había ido el chico amable? -Vamos, pequeña. Te he visto como me mirabas en la mesa. Te gusto, lo sé. Y tú también-su mano se posa en mi cadera y baja hacia mi trasero y la aparto. Su aliento rompe en mi oreja y siento nauseas. Abro mi boca pare decirle algo y de repente el solo se aprovecha y me planta un beso. Mi brazo intenta golpearlo, quiero defenderme, pero me sentía una inútil indefensa contra su gran fuerza. El mete su lengua en mi boca y lo único que puedo hacer es morder su boca para que el afloje su agarre. -Suéltame- mis uñas se clavan en su brazo. Puedo oler el sudor mezclado con su sangre. Corro hacia la única salida e intento gritar, pero me sujeta fuerte por el cabello y me hace retroceder. - ¿A dónde crees que vas, zorra? -susurra a la vez que sujeta mi cuello. Sus dedos me rodean por completo y presionan un poco fuerte. Con mis lágrimas atoradas y sin poder gritar cierro los ojos esperando a lo peor, hasta que unos pasos lo alertan. Silver me suelta y caigo de rodillas contra el suelo. Temblando solo corro hacia el baño y me encierro en un cubículo hasta calmarme. ¿Qué paso? Intento buscar una explicación de aquella escena. Mi primer impulso es llamar a alguien. Quería correr a los brazos de Alex y recordé que no era importante para él. Mi hermano y papá, sabía que si les decía vendrían por mí, pero antes le romperían la cara a Silver y armarían un escándalo y quizás Neil diga que había sido mi culpa ¿Lo era? ¿De verdad me había pasado toda la cena mirándole? Presiono mis palmas contra mi cabeza e intento respirar para tranquilizarme hasta que el mensaje de texto de David me alerta. David: ¿Todo bien? No, no estaba bien. Tu hermano me ha besado a la fuerza y encima casi me ahorca cuando e intentado rechazarle. Quizás debería terminar con David y salir de aquel lugar y huir. Yo: Me cayo algo mal, salgo enseguida. ¿Es justo que tenga que mentirle a mi propio novio? Seco mis lágrimas y cuando siento que me he tranquilizado salgo en cámara lenta y con pasos casi eterno llego hacia su mesa. Nadie parece extrañarme. Tessa y Claire se toman una selfie y Silver está en otra mesa dando autógrafos y jactándose de su fama. Incomoda acelero mi paso. Tomo asiento al lado de David quien parece feliz con su malteada de chocolate. -Ahí estas-Tessa suelta a su novio quien se asiente a su lado-Te has tardado demasiado-lo beso de forma salvaje sin dejar de mirarme. - ¿Te gusta? -David pregunta cuando ve mi flan de chocolate sin tocar. -Eh, estoy algo llena—confieso- ¿Lo quieres? -Gracias, princesa-toma el plato pequeño rápidamente. Pasan los últimos 15 minutos eternos para que todos decidan que había sido suficiente por hoy. Bradley se despide estrechando su mano con la mía y Claire me estrecha con sus manos mientras me envolvía con su delicado perfume. -Eres una gran chica, me alegra que seas novia de mi David-ella tomo mis manos. Había un brillo de sinceridad en sus ojos que me hizo sentir culpable-Es la primera vez que lo veo emocionado con una chica. Intento sonreír tras su declaración. David me toma de la mano de la forma más cariñosa que puede. -Gracias, princesa-deja salir cuando nos hemos quedado a solas. - ¿Por qué? -hay curiosidad en mis palabras. El lucia realmente emocionado. -Esta noche ha sido la mejor de mi vida. -Me alegro mucho-dejo salir con un puñado de culpabilidad.
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