Una fruta

1883 Words
-Hoy es día de celebración -Eso es amiga, ya estamos todos en nuestros puestos. Los veinte nos graduaremos juntos el próximo año. - ¿Dime a donde iremos Perla? porque hoy estoy tan feliz que soy capaz de muchas cosas- ¡uyyy! -Me das miedo, Liana. Cuidado y te enredas con tu propio nombre. - ríen- Javi y Ezequiel pasaran por nosotras. Nos vestimos en mi casa, así hacen una sola parada- siguen tomando sus bebidas -Muy bien. Voy a casa por ropa. Así veo que todo esté en orden y doy la buena noticia a las mujeres de mi vida. - Se despidieron tomando rumbos diferentes. Luego de la entrevista, firmo el contrato que asegura la entrada a ese gran hotel. Con el recorrido lo conoció de arriba hasta abajo. El señor David la presentaba como “una nueva compañera a la que hay que apoyar”. El ambiente laboral parece agradable. El viernes pasará a buscar los uniformes, uno para cada día y el lunes a primera hora será formalmente la pasante del Diamond. Con una enorme sonrisa llegó a su casa. Al contarle a su madre y hermana la noticia, las contagio con su alegría. - ¿Dime hermana como es ese David? – Bere, pregunta interesada. -El señor Rules- Enfatiza- Es un bombón acaramelado de ojos color avellana. Muy profesional y simpático. Parece ser un buen jefe. Todos lo respetan. - alborota el pelo a su hermana. -Tengo entendido que el dueño tiene ahí sus oficinas- Ana suele seguir las noticias financieras. Conoce mucho sobre el tema. -Ah sí, no sabía. Mejor dicho, no tengo idea de quién es el dueño, pero igual no tengo que verlo. - Debes saber todo del lugar en el que trabajas. Te voy a preparar una carpeta con la información más relevante - Te recomiendo que lo veas al gran jefe, para que sepas lo que es un real sexy-man -le guiña un ojo y un pulgar arriba. -Oye, menor ¿Por qué hablas tanto de hombres? Tienes diecisiete años- blanquea los ojos. Esta niña tiene unos temas. -Porque de eso hablamos las adolescentes -Creí que hablaban de anime y cosas como esas- le alborota más la melena rubia. -Hermana mayor debes darte un paseo por una preparatoria, no estas al día. -Madre, voy a salir con la promo, vamos a celebrar mi buena suerte- sorprende a su madre con el anuncio. -Era hora de que cambiara. Digo porque siempre te quejas de todo. - su hija mayor es demasiado correcta. Ha asumido responsabilidades atemporales que le han restado vivencias propias de su edad. -Es porque así es, pero las cosas van a ser mejores. -¿Puedo ir con ustedes? —Berenice suele estudiar mucho, igual que su hermana. Nunca sale con amigas. Siempre acompaña a su madre mientras Liana trabaja o estudia. -A la próxima tal vez, aunque creo que debes salir con gente de tu edad no con gente mayor-Bromea. -Si verdad, será como ir a un ancianato- Su hermana le hizo una cara fea. Liana y Perla bajaron a encontrarse con los chicos que las esperaban abajo del edificio en el que vive Perla. Vestidos con ropa casual y chaquetas de cuero lucen apuestos. Ayudaron a las damas para que se acomodaran en el auto. Ellas vestidas con elegancia para proyectar a las cuasi profesionales que son. El lugar de la celebración es de jóvenes adultos que no buscan música estridente sino un espacio para disfrutar y conversar. -Están particularmente bellas hoy ¿Tienen algún plan? - Javier hizo la pregunta apenas subió al auto. - ¿Alguna conquista al acecho? - le secundó Ezequiel en el ataque. -Ninguno de ustedes esta en nuestra mira, así que tranquilos muchachos- Perla, ha estado con ellos desde la primaria. -Oye, Liana, estoy a tu orden para lo que quieras -Que amable Javi, gracias, lo tendré en cuenta. - Conoció a los chicos en la preparatoria. -Que zalamero eres Javier, la conoces de toda una vida y quieres convencerla de que te gusta. -Uno puede mejorar sus gustos. -Diste en el clavo hermano, ella es como un filete y tú estás acostumbrado a los desperdicios - ¿Qué amigos me gasto? Voy a cambiar mi domicilio con ustedes no conseguiré quien me ame- se rieron de la declaración lastimera de su amigo. La discoteca esta abarrotada de gente. Una banda toca en vivo. Entraron por la entrada VIP y ocuparon la sala que tenían reservada. El grupo fue creciendo hasta que estuvo la promoción completa. Bailaban, reían y posaban para las fotos. La mayoría insistía en hacerse selfis para el antes y después de graduados con cada compañero. En un momento bajaron al primer nivel para hacerse una foto con la banda. Antes de subir, Liana fue a retocarse. Al salir resbaló. Una bebida esparcida en el suelo la llevo de bruces a los brazos de un tipo fuerte y alto. Le calculo un metro ochenta de alto. Diez centímetros más que ella. Que vestía completamente de n***o. Los pantalones a juego, con una camisa que se le pegaba como un guante, definiendo sus pectorales. Tuvo suerte de que este tipo de seguridad estuviese cerca. Su caída habría sido épica con los tacones que tenía puestos. Los brazos que la recibieron le brindaron confort al cansancio que ya sentía. Tanto baile y fotos, Además, todos los distintos tipos de bebidas que ha probado la tienen anhelando una cama. Por eso se recostó en el firme torso del hombre. El perfume, que le pareció bastante caro para el trabajo que desempeña, la hicieron entrar en razón. Se sintió torpe por la situación y alzo la cabeza para agradecerle. Se encontró con los ojos más azules que hubiese visto hasta el momento. Le pareció estar siendo socorrida por el mismo Superman. Sonrió tontamente por la comparación ¿Qué te pasa Liana? Se reprendió. Ahora va a pensar que me estoy burlando. Felipe llegó a la discoteca donde quedo de encontrarse con David, su mejor amigo y colaborador. Regularmente se reunían entre semana para distraerse y hacer vida social. Visitaban lugares en donde no fuesen asediados por quienes los veían como buenos partidos. Tanto el cómo su amigo, sacan suspiros por donde pasan. Eso lo usan a su favor en algunas ocasiones, pero no siempre quieres sentir tanta atención. Estar en un sitio donde no te conozca tanta gente suele dar paz, aunque suene paradójico por el lugar en el que está ahora. Luego de una hora de espera, David se disculpó. No le hizo problema el desplante porque estaba distraído con lo que realmente estaba buscando. Una mujer llamó su atención desde que la vio entrar. Exquisitamente vestida. Sexy y elegante. Su atuendo, lucia perfecto para el sitio. Se mueve con gracia luciendo su outfet. Un pantalón n***o ajustado en una tela sintética con un top blanco de mangas larga adosado al torso. El escote deja el cuello y los hombros afuera mientras bordea la orilla con un volante ondulado dibuja olas en el aire. La tela sedosa y brillante la hacía parecer una novia. Ese cuerpo podría usar lo que quisiera porque lo sabe lucir. Ningún movimiento de la rubia pasó desapercibido para Felipe. La vio bailar, tomarse fotos con cuanto idiota se lo pedía. Tomaba sus tragos de principio a fin, devorando hasta las frutas que lo decoran. Un espectáculo mortificante, ver sus labios rojos morder las frutillas. Decidió que era el momento de acercarse más, en lugar de tragar en seco cuando ella mordía las aceitunas. Vio al grupo bajar al primer nivel. El, lo hizo también. Pidió un trago en la barra. Tomo con calma esperando que finalizaran las fotos. La rubia se dirigía al baño “sola por fin. Que grupo tan toxico” la suerte le permitió atraparla entre sus brazos. ¡Si esa era la chica de hoy! Cuando vio que resbalo reacciono de inmediato. Pudo sentir un cuerpo delicado pero tonificado. Su aroma inundo sus narices, su hombría reconoció una hembra apetecible y jugosa. A penas se miraron, los ojos grises mostraron sorpresa y ¿risa? - ¿Tengo cara de payaso? -Discúlpame, no era mi intención. Gracias por evitar que cayera al suelo. - no sabe si era el efecto de la bebida, pero se sentía poderosa y osada -No te iba a dejar caer -Se nota que estas entrenado- levanta una ceja haciendo que se vea coqueta. -Salvo damiselas en apuros- sonrió dejando ver la blanca dentadura bordeada por unos sexis labios. Ese condenado hombre no debería salir solo. Se lo pueden robar. - ¿Qué te parece si bailamos? - ¿Puedes? - No entendió la pregunta, pero la arrastro a la pista. La luz le permitió ver la ropa de diseño del desconocido. En este sitio visten bien al personal. Pensó. Un baile llevo al otro y un trago se convirtió en una botella. Esa noche Liana Boran quería probarlo todo. -Liana ¿con quién bailas? -No sé ni me interesa. Solo te puedo decir que baila muy bien. -Y se ve muy bien ¿de dónde lo sacaste? -Creo que vino volando como Superman- jijijijiji -Ya estas inventando. Mira parece que te busca -¿Qué opinas? Me invito a otro lugar -Dijiste que hoy serias capaz de hacer muchas cosas. Pero no hagas nada que tu no quieras. Solo diviértete. – Ve acercarse al Felipe- Anda ve criptonita- la empuja dándole una nalgada. -¿Ya te decidiste? -Uhh, yo estoy con -¿Vienes con tu novio? -¡No, son mis amigos! -Entonces, puedes salir sin pedir permiso. -Supongo que sí. Salieron del lugar. Recorrieron media ciudad en el Ferrari amarillo que les entrego el valet parking. Al principio estaba dudosa de acompañarlo, pero recordó sus propias palabras, hacer cosas nuevas y diferentes. A la orilla de un lago contemplaban la luna en medio de una conversación trivial sobre el crecimiento urbano de la zona. Felipe no podía creer que en medio de una conquista terminara debatiendo un tema demográfico, pero los planteamientos de la chica eran interesantes. Eso le atraía más de ella. Una rubia inteligente, es algo exótico en su mundo de conquistas, siempre las encuentra con otras habilidades. -Me gustas preciosa- le dijo rozando su cuello con un dedo. Provocándole escalofrío. - ¿Cómo te gusta una fruta? - La mira sin entender- la pruebas, das tu apreciación y al escaparate. Asegurando que volverás después. -No es bueno comprar sin probar- La atraía hacia el con sutileza. - No está bien manosear lo que otro puede llevar.- sus manos se posaron en el cuello masculino. Las uñas largas despertaron algo en él. -Eres inteligente -¿Pensaste que no? -Todo en ti dice lo que eres, una fruta para llevar- Sonaba sincero, aun con la voz ronca de deseo. -Me gusta tu franqueza- deslizo un dedo hasta su pecho -Por lo menos te gusto- Dilo mujer -Me gustas- la curva de los labios femeninos esbozo un intento de sonrisa -¿Cómo una fruta? -Fresca y apetecible. De esas que están al granel y puedes tomar una muestra para probarla- cada palabra la gesticuló dejando que su aliento caliente los labios del hombre cuyo cuerpo se convirtió en una molotov, a punto de explotar.
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