Matheo
Ohh señor Matheo, es que Tatiana no me dejó prepararlo lo siento - dijo Daniela, y su voz era un susurro apesadumbrado que parecía hacerla aún más pequeña, ella es bajita de un promedio de 1.50, y en ese momento de disculpa, su cuerpo se encogía aún más, como si quisiera desaparecer entre los rizos de su cabello color chocolate que reflejaban un rostro ruborizado por la frustración. además de ser hermana menor de mi amigo Gustavo, ella está haciendo sus pasantías de cocina en la empresa de Axel.
Prepara mi café por favor - dije, y mi tono, aunque serio, no lograba ocultar el filo de la irritación que sentía al verla así, pues la quiero como a una hermanita - Recuerda que estás haciendo tus pasantías aquí Daniela, esa chica la tal Tatiana debe respetarte.
La frase salió con la fuerza de un mandato, pero detrás había una certeza fría a pesar que ella quiere pasar como una pasante más, sin conexión, es todo lo contrario: si tiene conexiones, sus padres también tienen dinero, ella había rechazado hacer las pasantías en la empresa de sus padres y en la constructora que Athenea y yo tenemos por un deseo férreo de valerse por sí misma, por es metió papeles en la empresa de Axel.
Señor Matheo de verdad no quiere tener problemas con esa chica - dijo Daniela con timidez, y un temor genuino, por las posibles repercusiones, opaco su mirada.
Daniela recuerda que eres una Scoot no bajes jamás la cabeza - le dije, serio, y cada palabra era un intento por inyectarle algo de mi propia firmeza. - Y menos con alguien que solo quiere desfilar sus atributos físico en vez de su inteligencia que por lo visto no tiene. - Mi mandíbula se tensó al decirlo, estaba irritado, y la rabia no era solo por la falta de café, sino por la imagen nítida y desagradable de cómo esa chica descarada meneaba sus senos delante de mis narices con una sonrisa calculadora, todo el mundo sabe que estoy en algo con Athena, y aunque sean suposiciones falsas, la mayoría mantiene el margen con un respeto prudente.
Pero, como siempre, nunca falta una que otra chica que quiera ligar, que crea que puede saltarse las reglas no escritas con un espectáculo barato, y ver a Daniela arrinconada por esa situación me producía una indignación profunda y protectora, es la hermana que nunca tuve y se que si Gustavo estuviera aquí reaccionaria igual o peor que yo, el ama a su hermana .
Lo entiendo Matheo, pero que puedo hacer si ella se impone - dijo, dejando de lado su formalidad con un suspiro de frustración contenida, en esa queja, había un dejo de confianza que solo surgía cuando la rigidez laboral se agrietaba, revelando la complicidad que Gustavo, su hermano, había sembrado entre nosotros, sus hombros, sin embargo, seguían curvados por el peso de la impotencia.
Comprende que eres superior a esa chica, y no hablo por qué tengas dinero, hablo de clase a ti te sobra y a ella le falta - dije serio, clavando mi mirada en sus ojos marrones claro, quería que cada palabra calara hondo, no como un halago, sino como un recordatorio de una verdad intrínseca, mi intención era tallar en su alma la diferencia entre la ostentación vacía y la auténtica dignidad.- Puedes reportarla, tú tienes más tiempo aquí que ella, además tú pasantía casi termina y vas a seguir trabajando como jefa de cocina y lo sabes muy bien. - Era una verdad irrevocable, una cadena de lógica destinada a fortalecerla, al mencionar su futuro, no solo le recordaba su posición, sino que le tendía un puente de salida a esta situación inmediata.
Gracias tienes razón, el señor Lenox me lo notifico la semana pasada - dijo orgullosa por su esfuerzo, y por fin, su espalda se enderezó, el rubor de vergüenza en sus mejillas se transformó en un tenue brillo de orgullo legítimo, la noticia de su ascenso, confirmada, era una armadura que comenzaba a vestir. - Ya te preparó tu café
Cuando voy a responder me llega un mensaje de Axel indicándome que puedo subir a su oficina.
La vibración del teléfono en mi mano fue como una descarga eléctrica que interrumpió mis pensamientos, la pantalla se encendió con el nombre de Axel, y un frío presentimiento, sutil y penetrante, me recorrió la espalda, ese mensaje, tan simple, no era una invitación, era una convocatoria, sentí el peso del destino de Athenea en la palma de mi mano.
Por favor llévalo a la oficina de Axel, un chocolate caliente para Athenea y el café para Axel y gracias Dani - dije, aún mirando el teléfono con el ceño fruncido, las palabras me salieron de forma automática, mientras mi mente intentaba descifrar el subtexto en esa breve notificación.
Sea lo que haya pasado en esa oficina, se que cambiará por completo nuestra vida y la forma de ver las cosas, incluso lo que más temo, mi relación con Athenea, la certeza era un nudo de hielo en el estómago, cada latido de mi corazón parecía marcar el inicio de un antes y un después que tanto Athenea como yo desconocemos por completo.
Perfecto Matheo, enseguida entrego el pedido personalmente a la oficina del señor Lenox - dijo Daniela con una sonrisa que ahora era de comprensión y lealtad, no de timidez, se giró con una determinación nueva, y sus pasos, antes vacilantes, ahora eran firmes y decididos hacia la parte de atrás donde se encuentran las máquinas de hacer café, en su espalda recta se podía leer el cumplimiento de una misión importante.
En cambio, al otro lado en la oficina de Axel, está una Athenea con una incertidumbre al no saber que paso con Matheo, su manera de actuar, efectivamente, había sido muy diferente, su mundo, tan cuidadosamente ordenado, se resquebrajaba con el eco de cada uno de sus propios latidos, lo que pasara en esa oficina cambiara nuestra vida, un matrimonio, una amistad, todo esta en juego y aun mas mi amor.