Capítulo 26

3064 Words
Dos días después. Emma Park El frío que siento cala en mis huesos, me retuerzo queriendo cubrirme mi cuerpo y darle calor, abro los ojos lentamente y miro el paisaje simulado, una habitación creada para simular distintos tipos de ambientes, vuelvo a cerrarlos, ya casi termino con las pruebas y creo que ya he demostrado tengo madera para esto, aunque muchos lo duden no me rendiré tan fácil, si me quieren muerta que vengan ellos mismos a matarme, pero les daré lucha.  El estómago me gruñe, 3 días, 3 días sin comer nada, aparte de que estoy metida en una nevera, estas prueba rayan a lo inhumano, ¿Helena también paso por esto? ¿A quien carajos se le ocurrió hacer estas prueba? en otros países tratan a sus reinas como tazas de cristal y aquí las tratan como harapos, siento que estoy pagando una maldita deuda o un castigo por ser tan hija de puta.  Me siento en el suelo viendo la puerta, el reloj de la pared marca las 3 pm hora que siempre vienen a tomar mis signos vitales, espero con paciencia a que vengan, hace unos días robe un cuchillo de uno de los guardias, lo tengo oculto en una esquina de la habitación, me examinan todos los días como una rata de laboratorio, si me consiguen un arma encima me van a llevar a la silla eléctrica.  La puerta emite un sonido que indica que es la hora, un hombre vestido de n***o con la cara tapada ingresa a la habitación, abrigado hasta el cuello, mira el panorama y después se fija en mi, camina merodeándome, miró su porte, alto, musculoso..., es nuevo, los reclutas de aquí todos los conozco, me grabe los detalles físicos de la mayoría de la guardia real para hacerlos mis liados, ellos me conocen y se acercan a mí de manera casual, sin tanto rodeos, este hombre me ve demasiado antes de dar un paso, astuto... sabe que lo puedo matar si quiero.  - ¿Por qué no te acercas y ya? ¿crees que te voy a matar? - sus ojos son de un color ámbar que me llama mucho la atención, esconde algo o tiene algo en mente Se termina de acercar, saca el maletín de doctor, me examina en total silencio, pero siento la tensión en el cada vez que me muevo, algo aquí esta raro.   - ¿Te conozco? - se tensa antes de negar, me acerco a él rozando mis labios en su oreja con la vista fija en la cámara - Carne nueva ¿hace cuanto que ingresaste? - me aparta de su cuerpo y una corriente de electricidad invade mi cuerpo  Me quedo con la vista fija en el piso, uniendo piezas, lo veo de nuevo y lo sigo detallando, esos ojos no me convencen, esta todo de n***o, lo único que le puedo ver son los ojos, miró de nuevo la puerta y después clavó mi vista en el. Termina de tomar mi tensión y - Siento que te conozco de algún lugar – se levanto del suelo con maletín en mano ignorándome   Sentía la corazonada de que alguna vez lo vi en algún lugar, me levanté sujetándolo del brazo impidiendo que se fuera.   - Espera…, por lo menos dime tu nombre – coloco su mano sobre la mía liberándose de mi agarre de manera brusca   Lo volví a sujetar con más firmeza, apretó mis dedos en su mano haciéndome daño, lo solté cuando su agarre me estaba causando dolor, antes de que pudiera seguirlo de nuevo me cerro la puerta en la cara. Mire la cámara, sabia que me estaba viendo, monitoreaban todos mis movimientos, sabían casi de manera mecánica como reaccionaba a cada situación, les saque el dedo del medio y me volví a sentar en una esquina de la habitación ¡Frio de mierda! Odiaba sentirme encerrada y aislada del mundo, ya casi conseguía llegar al final de la prueba, solo tenia que soportar un poco más, solo un poco más y terminaría este calvario. Si tan solo…, ¡No! Basta de pensar que alguien me salvara esta vez, se que puedo sola, no necesito a nadie dándome palmaditas en la espalda, saldré de esto y cuando lo haga me pienso apoderar del mundo.   Mire de nuevo la puerta con los engranajes de mi cerebro uniendo piezas, lo conocía de algún lugar, estaba mas que segura, no siento esa familiaridad con cualquier extraño, y si se negaba a hablarme o mantenerme la mirada cuando se lo pedía sé que algo esconde.   Con el pasar de las horas sentía que recuperaba las esperanzas, me daba ánimos y fuerzas, si Helena pudo con esto yo también.   - Serás la reina mas hermosa de todas – la delicadeza que utilizaba para pasar el peine por mi largo cabello me causaba una extraña sensación de seguridad – sabes cuanto te amo ¿verdad Gia?   Asentí atraída por sus dulces palabras, el n***o de sus ojos era como un abismo sin fondo, tenia una mirada que te intimidaba, pero a la vez te hipnotizaba tanto que terminabas teniendo la intensa curiosidad de que tanto escondía esa sombría y oscura mirada.   - Mami… - dejo de pasar el peine por mi cabello, pero por mas que quisiera atraer su atención era como si me ignorara - Dime cielo – mire su reflejo a través del espejo queriendo que me mirara - Algún día… - calle apenas dejo de sonreír   Siguió peinando mi cabello, tenia tantas ansias de que me mirara que cometí el error de voltearme y enfrentarla.     - Puedo jugar con Emmanuel – su rostro se ensombreció negando - No – me volteo de manera brusca en la silla – tiene deberes que hacer, concéntrate en entrenar, nunca serás una reina si no te preparas para eso - Pero – paso sus manos por mis hombros para luego dejarla en mis brazos y clavar sus uñas - Me vuelves a refutar y te voy a encerrar – mis ojos se aguaron – Gia… - asentí cuando ejerció más fuerza – aparto sus manos de mi para volverlas a dirigir a mi cabello – esta lista, ¿No te parece increíble? Heredaste mi belleza, si tan solo fueras heredado mi inteligencia fueras perfecta ¿No lo crees Gia? – asentí temiendo a que me volvía a lastimar - ¿Gia? – no entendía porque me seguía llamando así y no Emma - ¿Gia? – se inclino a mi lado fijando su vista en mi reflejo en el espejo - Si mami – sonrió apenas escuchó mi voz - Eres lo mas precioso y valioso que tengo – asentí jugando con mis manos   Me desperté sobresaltada ¿Gia? No recordaba ese nombre desde hace mucho tiempo, por alguna extraña razón Helena me llamaba Gia, aunque todos me llamaran Emma, ella solía llamarme Gia, cuando le preguntaba porque Gia simplemente me ignoraba y pasaba de mí. Ella solía tener tantos secretos que, hasta el sol de hoy sigo sin saber nada de ella, a pesar de ser mi madre, jamás tuve interacción directa con ella, solía estar al cuidado de toda la servidumbre, pero ella me apartaba cuando intentaba hacer cualquier muestra de afecto, si no fuera por mi padre, tal vez fuera sido más fría de lo que ya soy.  Las horas pasan y yo sigo sentada en la misma posición con miles de preguntas y ninguna respuesta divagando en mi cabeza ¡Me estoy volviendo loca! quiero salir corriendo y buscar a la persona que se que sabe hasta los secretos más ocultos de mi madre, pero para eso tengo que salir de aquí cuanto antes, estas personas son mas locas y más desquiciadas de lo que pensé,  ya pronto se acerca la luna luna de sangre y tendré que llevar con el peso de sangre inocente en mis manos ¿Cómo lo soportare? aun no lo se, lo que si se; es que tengo que aguantar hasta que obtenga todo lo que quiero y son  respuestas, tengo un plan para escapar de aquí, aunque primero me tienen que coronar como la reina de los locos sicarios.  Me resisto al sueño, dormir no es opción, pueden drogarme o hasta incluso hacer conmigo lo que se les plazca si estoy inconsciente, pero el sueño es mas fuerte que yo, tanto así que hasta me cuenta respirar, un momento..., ¿respirar? miro los ductos de ventilación y vuelvo a inhalar aire, huele raro..., vuelvo a inhalar y en efecto, el aire se esta volviendo mas denso, era obvio que mi tiempo en esta habitación se había acabado, y para sacarme de aquí me tenían que dopar, contengo la respiración y simuló que caí rendida en un sueño profundo, me dejo caer en el suelo y no me muevo, cuento los segundos y en menos de lo que esperaba llega el personal de seguridad por mi.  Me llevan en una camilla hasta la salida, siento el ajetreo a mi alrededor, pero aun así no abro los ojos, respiro de manera pausada siguiendo con mi actuación, cuando la camilla se deja de mover y siento que me pasan a una superficie cómoda doy por echo que finalizaron las pruebas.  "Está sedada, tenga cuidado, puede despertar en cualquier momento"  "¿Es peligrosa si está consciente?"  "A su corta edad lleva más muertos encima que cualquier recluta aquí, y con su inteligencia puede sobrepasar hasta a el más anciano en cuanto a estrategias se trata, no se confié de ella, es altamente peligrosa" "De acuerdo"  "Toque la alarma si ve algo sospechoso, estaremos afuera"  Escucho como cierran una puerta, pero por lo que escuche tengo compañía, me relajo, no creo que me hagan nada, soy muy valiosa hasta el día de la coronación.  - Puede abrir los ojos mi reina - el pulso se me dispara apenas siento que mi actuación llegó a su fin - ya se fueron, no entrarán a menos de que yo así lo solicite, ya no es necesario hacerse la dormida - pienso en todas las opciones que tengo para salir de esta, pero ninguna es muy fiable - mi reina...  Terminó por abrir los ojos cuando siento sus manos frías sobre mi brazo, unos ojos oscuros como la noche están sobre mi, escaneando cada facción de mi cara, me sonríe de manera leve, se acerca más a mi detallando de manera más minuciosa, por su aspecto puedo decir que es más joven que yo, tiene un brillo es un mirada que me causa intriga, su lenguaje corporal me indica que se siente atraído por algo.  - Las leyendas son ciertas - dice con un tilde de emoción en su habla - es tan hermosa como la antigua reina, parece que el tiempo se fuese detenido apenas usted llegó a este lugar - frunzo el ceño alejando mi brazo - disculpe si la incomode, es que..., ¡mi abuela tenía razón! su belleza le hace justicia a la luz de la luna - otro loco mas para el lote  - ¿Quién eres? - me siento en la cama poniendo distancia  Se tapa la boca con las manos ocultando su expresión extrema de emoción.  - Es real ¡Usted es real! - volteo los ojos viendo el panorama a mi alrededor  - Claro que soy real, al menos que este muerta y sea un espíritu vengativo divagando y no lo sepa - saco mis pies de la cama viendo como aquella persona igual de extraña que todos aquí se maravilla con cada movimiento que hago  - ¿Necesita algo? - suspiro asintiendo  - Que dejes de verme como un animal prehistórico, soy de carne y hueso como tu - se acerca a mi apenas intento bajar de la cama, levantó un brazo evitando que me toque, quien sabe que ataque de locura le de apenas haga contacto conmigo  - No se puede levantar aun, no he realizados los exámenes correspondientes - volteo los ojos ignorando sus absurdas palabras - ¡Mi reina! - la apartó tocando el suelo con mis pies  - Deja de llamarme así, aun no he sido coronada como tal - se acerca a mí de nuevo tendiéndome la mano  - La ayudare, necesita entrar en calor, muchos días en la habitación de invierno pudieron afectarla - rechazó su ayuda estirándome  - ¿Quién eres? ¿Dónde están las damas de la corte? ¿no se supone que ellas son las que tengan que cuidar de mi? - niega aun sonriendo  - A partir de ahora yo estaré a su lado, soy su servidora, he estudiado cada uno de sus comportamientos, estuve presente en cada misión, hasta puedo decir cuales son sus hábitos mas frecuentes - me paraliza ¿estuvo en cada misión? ¿pero como? - Pero tu..., ¿Cómo tu...? - sonríe tendiéndome una toalla  - Primero dese un baño con agua caliente para que entre en calor, prometo que le explicare todo - la tomó asombrada aun por su repentina confesión - iré por algo de comida, ya vuelvo - camina hasta la puerta, se detiene a medio camino volviendo a voltearse en mi dirección - antes de que se me olvide, si intenta salir de aquí la castigaran en la silla eléctrica, así que mejor no haga nada estúpido - asiento anonadada  Apenas se va siento que puedo respirar con tranquilidad, debo admitir que da algo de miedo, me siento mas en peligro secar de ella que en las habitaciones de entrenamiento.  Hago lo que dijo antes de que vuelva y me haga algo peor que los propios verdugos, ingreso al pequeño baño donde me tengo que duchar, abro el grifo dejando que el agua se regule, pongo mi mano bajo ella sintiendo la temperatura, el calor de mi mano vuelve apenas hace contacto con el agua, cierro la puerta con seguro y me empiezo a desvestir, si en querían volver loca lo están logrando, el chivo expiatorio que mandaron por mi esta haciendo bien su trabajo ¿a quien rayos se le ocurre mandarme a una persona con problemas de obsesión a vigilarte? fácil a los psicópatas que habitan aquí,  Me meto bajo la lluvia artificial dejando que el calor del agua invada mi cuerpo, siento como mis músculos se relajan y mi mente se despeja, tenía mucho tiempo que no disfrutaba bañarme con agua caliente, esto es una mierda, es una cárcel me sentiría mejor y más segura, esta gente tiene una seria obsesión con Helena y todo lo que se le parezca.  Suspiro cansada, mi cuerpo no tiene fuerzas para resistirse a esto, solo me plantee un objetivo y es descubrir la verdad. Después de un rato bajo la ducha escucho como la puerta externa es abierta, el movimiento en la habitación es notorio, cierro el grifo cruzando la toalla en mi cuerpo, escurro mi cabello antes de salir y ver a una persona más acompañando a mi guardián. Me paro frente a las dos personas viendo detalladamente como ordenan lo que será mi cena.  - ¿Ya salió? ¡genial! le traje de todo un poco, no sabía con exactitud qué era lo que le apetecía comer - miro el festín frente a mi babeando, mi estómago ruge, tantos días sin probar bocado me tenía delirando  - Gracias - me siento en la cama esperando que terminen para poder devorarme todo lo que esta delante de mi  Mi vello se eriza apenas el guardia se planta frente a mí, levanto la mirada fijando mis ojos en él, otra vez el mismo hombre de antes, tiene su vista fija en mí, pero eso es todo lo que puedo ver de él, me causa tanta curiosidad que me impacienta no saber por completo su identidad. Escucho el parloteo de fondo, pero me es inevitable apartar mis ojos de él.  - ¿Mi señora? - me agitan de un lado sacándome de mi nebulosa   Centro mi atención en mi acosador que sonríe como un personaje de una película de terror.  - Coma, la comida se enfriara - asiento tomando los cubiertos que me tiende - ya puede irse, yo me hare cargo del resto - veo de reojo como aquel hombre se da media vuelta para irse y mi corazón se oprime  - Espera... - detiene sus pasos al escuchar mi voz - no te vayas aun, espera hasta que termine de comer - centro mi mirada en su ancha espalda y se me hace tan familiar que me causa ansiedad  -Mi reina el... - volteo mi cara fijándome en mi acosador - No volveré a repetir que no me llames así - suelto con un tono duro dando a entender con más claridad mis palabras, veo como el hombre retoma de nuevo su camino y me desespero - te dije que no te fueras aún - vuelve a detener su paso, pero no se voltea aún - es una orden, mi palabra aquí es sagrada - por mas que se resista no se atreve a contradecirme  Se queda ahí de pie estático, hasta me cuesta creer que está respirando, no me da la cara, pero veo sus manos echas puños resistiéndose, la otra persona a mi lado corta mis alimentos sirviéndomelos en un plato, de un momento a otro el hambre se va de mi cuerpo siendo sustituida por la incertidumbre.  - Yo puedo hacer eso, no es necesario que lo hagas por mí - vuelve a sonreír dándome escalofríos con su espeluznante sonrisa  - Es mi trabajo - suspiro frustrada Como en silencio mientras dejo que me sirva y me atienda como si yo fuera inválida, me desespero, pero no me queda de otra que dejarlo estar, resistirme no me vale de nada si hará lo que tiene como deber cumplir.    - Ya no puedo comer mas, siento que vomitare si me como algo más - asiente alejando los postres de mi alcance  - Preparare su cama - antes de que pueda refutar se pone en acción  - Que tenga buena noche - los cubiertos caen de mis manos haciendo un gran estruendo  Esa voz, esa voz es como melodía para mis oídos, el corazón se me dispara y la respiración se me acelera, me volteo impactada viendo desaparecer a aquel hombre, esa voz la conozco tan bien que hasta ya se con exactitud quien es el dueño. 
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