Capítulo 20

5000 Words
Estoy de copiloto viendo a Emma por el retrovisor, Peter esta de conductor designado, miro al pelirrojo no fiándome del todo, con esa cara de bebe lo menos que me espero es que tenga experiencia a la hora de huir en un tiroteo. Emma se retuerce las manos nerviosa y esta mas dispersa que enfocada, veo el teléfono de vez en cuando sin que se percaten, estas personas son de cuidado y Bryan siempre tiene el ojo puesto en mí. Los ojos de Emma se cruzan con los míos, le sonrió tratando de darle la calma que se que no le daré porque estar en sus zapatos no es fácil, luce ropa negra, sudadera, pantalón y botas militares, por más que asegure que está bien sé que no es así, Bruce y Bryan la querían matar cuando se enteraron que se llevó al bebe con ella a un paradero desconocido. Recibo un mensaje de X avisándome que ya está en el lugar acordado, la miro por ultima vez ante de afirmar que ya estamos en camino, la trifulca se alma en el auto cuando Liz le sujeta las bolas a Bruce torturándolo, las risas y comentarios se hacen presentes y los ignoro mandándole mensajes a papá para que tenga todo listo en 3 horas, la central de trenes queda alejada del punto de encuentro con los rusos, Emma se pone a Liz en las piernas evitando que Bruce la tome del cuello. Al principio creí que eran lesbianas o que las dos lanzaban para ambos lados, tienen actitudes que confundes a cualquier hombre y aunque Liz sea mucho mayor que Emma se la pasa encima de ella todo el día, hasta se bañan juntas, me solía escabullir a espiarlas, ya lidiaba con el hermano psicópata no quería añadir a una lesbiana bipolar a la lista. Empezando porque Liz da más miedo que Alex, de repente es amable y cariñosa y de un momento a otro cambia a una actitud soberbia y agresiva, tiene un instinto sobreprotector con Emma y Peter, si alguien se les acerca se pone a la defensiva y merodea a su alrededor hasta que comprueba que no es peligroso, es capaz de matar si le tocan un pelo a alguno de los dos, se la lleva bien con Alex, pero entre los dos Liz es la que toma la batuta, suele dominar a Alex a su manera, tanto a si que el susodicho es incapaz de llevarle la contraria, lo que comprueba mi teoría de que está más loca que Alex y Emma juntos.   -          Prepárense, ya estamos por llegar – todos se ponen alerta cuando el sitio que indican las coordenadas aparece frente a nosotros   Emma se pone mas nerviosa que antes y Liz la abraza dándole apoyo, todos hablan con ella dándole fuerzas y valor, me mantengo alejado buscando a X con la mirada, cuando es hora de partir acomodo las municiones y la metralleta, la dejamos con la victima que usara para el supuesto intercambio, una mujer que le robo y mato parte de los hombres del ejército de sangre buscando venganza contra Bruce, la condenaron a muerte siendo el sebo de la estrategia que armamos. La camioneta vuelve a partir yendo en sentido contrario al que va Emma, Peter aparca en un lado montañoso y todos nos empezamos a dispersar en busca de nuestras posiciones, empiezo a caminar evitando toparme con alguno de los rusos, apago el intercomunicador y sincronizo el GPS de Emma con el mío, cuando pierda de vista al escuadrón emprendo la carrera entre árboles y arbustos hasta llegar a la zona llana y desértica donde se encuentra la teniente, corro por mas de media hora, el GPS me muestra que estoy a menos de 20 minutos de su ubicación a tiempo real, me coloco el visor hasta que la veo, las rocas crujen bajo mis pies y busco un punto exacto donde ocultarme para cubrirla. El teléfono en mi bolsillo empieza a vibrar lo saco reconociendo el número de X, contesto la llamada antes de que se cuelgue.   -          Ya están por llegar esta atento, estoy a 10 metros del lado este – volteo en la dirección que me indica y lo veo encima de un árbol -          Si algo sale mal te maldeciré toda la vida – este ríe y cuelga la llamada  Me coloco en posición apuntando en dirección en donde vendrán los rusos, Emma se ve indecisa, aun no llega nadie y está por devolverse, las llantas del carro suenan hasta de que se vaya y se queda quieta cuando el ruso escoltado por 5 hombres se baja de la camioneta todo terreno, apunto el arma en dirección a su cabeza, miro a X y este me hace señas para que esté atento, asiento. La situación se vuelve tensa y más de una vez me preparo para disparar cuando veo que se acerca mucho a ella, se enfrentan en una acalorada discusión y luego esta le lanza a la rehén mostrándole que es una bomba, todo se descontrola, las gotas de sudor bajan por mi frente y siento que me asfixio cuando la apuntan, X me hace señas y asiento abriendo fuego contra los guardaespaldas que resguardan al ruso, X fusila al ruso con un tiro certero en la cabeza y aunque los hombres traten de atacar no saben de donde provienen los disparos, se nos hace la tarea fácil al ser pocos hombres, Emma se queda estática sin saber que hacer, X es el primero en ir por ella, empieza a llorar y me enrumbo a las camionetas que acaban de llegar, los celos me carcomen las entrañas pero no les doy cabida cuando veo que la situación amerita precisión, me subo en el asiento trasero mientras los amigos de X esperan pacientes a que ellos terminen de hablar. Veo como la toca la mira y la besa, esta está tan centrada en el que no se percata de que la estoy viendo, aprieto los puños cuando se funden en un beso, tengo que apartar la cara para no desenfundar el arma y matarlo de una vez por todas, me enerva que la trate como si fuera su mujer cuando es su hermana. Le inyectan el calmante y la tratan de subir a la camioneta, sus gritos taladran mis oídos, me jode que lo llame y me jode que le llore, la tomo de los hombros ayudando a los hombres a meterle en el auto, cuando cae inconsciente coloco su cabeza en mis piernas, la camioneta se encamina lejos de la zona de alcance de la bomba. Si hay algo que me atrae de esta mujer aparte de su belleza y su cuerpo es su intelecto y la destreza que tiene a la hora de crear cosas tan destructivas y hermosas como las que se encuentran en su laboratorio.  Nos toma una hora de camino en la carretera, el teléfono me empieza a vibrar y decido apagarlo, apenas nos dejan en la central de trenes me bajo con Emma cargada, y la mochila con las pocas pertenecías que empaque en un hombro, espero en una banca ignorando las miradas extrañas que nos dan los transeúntes y las personas que se acercan a preguntar si la mujer en mi regazo está bien, a la siguiente hora llegan los hombres de mi papá, me ayudan a subirla al auto y nos llevan a la zona más segura de la cuidad, la propiedad Müller, el sitio esta resguardado por más de 500 hombres, parece una base militar con tanta gente cuidando cada centímetro de terreno a nuestro nombre. Parar el auto frente a la residencia luego de pasar por el protocolo de seguridad, requisan a mi supuesta esposa dormida en mis brazos y luego ingreso a la mansión, todo se descontrola cuando me ven, mamá, los empleados y papá se vuelven locos apenas me ven en el umbral de la puerta. Les sonrió antes de acercarme a ellos.   -          ¡Hijo! – mamá toma mi cara entre sus manos llorando -          Bienvenido a casa – le sonrió a papá que contiene las lágrimas -          ¿Quién es? – mamá seca las lágrimas fijándose en Emma que aún sigue en mis brazos -          Después hablaremos de eso - prefiero evitar el tema antes de que Luisa enloquezca por casarme con una mujer que ella no conoce -          ¿Qué le pasó? – papá le hace señas a los empleados para que me ayuden   Les apartó las manos cuando intentan tocar a la teniente.   -          Se le bajó el azúcar por el calor, no está acostumbrada a este clima – papá asiente no muy convencido – la llevaré arriba – subo las escaleras ignorando el llanto descontrolado de mi madre  Ingreso a mi habitación viéndola tal cual la deje, dejo a Emma en mi cama detallando la cara pálida y los ojos hinchados, le quito las botas y la ropa dejándola en bragas, me voy al armario y busco entre las cosas que ordene traer a las espaldas de Luisa, saco un camisón de satín blanco, la acomodo con cuidado y la cubro con la manta, me acuesto un rato a su lado detallando cada parte de su cara, las horas pasan y yo no dejo de admirar su belleza. Me levanto cuando tocan la puerta, es mamá, se asoma con ojos curiosos tratando de ver que hacíamos en la habitación.   Mamá esta dormida, no se siente bien – suspiro cansado – deja que descanse, mañana la conocerás – bajo con -          ella a la cocina maquinando la mentira mas grande de mi vida y esperando que la mente toxica de Luisa me crea -          ¿Quién es? – me siento el en banquillo mientras ella sirve café para ambos – nunca dejas que nadie entre a tu habitación, ni Leticia que la conoces desde que están en pañales   La miro antes de pasar saliva, nunca le miento a mi madre y esta será la más grande que le diré.   -          Mi esposa – el vidrio de la taza se impacta contra el piso haciendo un estruendo -          ¿tú qué? ¡Jesús! Siento que me desmayo – me bajo del banquillo sosteniéndola de los hombros -          Mamá ¿estás bien? – niega sujetando su cabeza -          Dime que es mentira – niego sentándola en el banquillo – ¡Jared! ¿acaso perdiste la cabeza? – suspiro sosteniendo sus manos bajando la cabeza – es una completa desconocida para nosotros ¿Cómo se te ocurre casarte con semejante mujer? Aparte ¡a nuestras espaldas! – soy incapaz de mirarla a los ojos      Se suelta de mi agarre de manera brusca.   -          ¿Acaso te hicimos algo malo? ¡Dime! – me aparto de ella cuando busca tomar mi cara -          Luisa… - papá aparece en la cocina tratando de ser el mediador -          ¡Nada de Luisa! Es que ¿tú has visto? ¿escuchaste lo mismo que yo? ¡se casó! Sin nuestro permiso – miro a mi papá en busca de ayuda -          Ya no es un niño. Puede tomar sus propias decisiones – ella niega apuntándome con el dedo -          Ni siquiera sabe lo que implica estar casado, ¡no sabemos si esa mujer es una aprovechadora! -          – mi padre la sujeta de los hombros calmándola -          Esa es la mujer que el escogió, tenemos que respetar sus decisiones – ella sigue negando alterada -          ¿Y Leticia? ¿ya no la quieres? – suspiro, estoy perdiendo la paciencia – te vas unos meses, desapareces, no llamas y mucho menos te importa si estamos bien y ¿apareces de repente con una completa desconocida y aparte casado? ¡no lo acepto! Quiero que se vaya, apenas se despierte la sacas, llamare al abogado el tiene que saber que hacer en casos así – trata de levantarse y papá la vuelve a sentar -          Deja el escandalo y cállate, no puedes manejar la vida de Jared como te parezca, ¡es un hombre no un niño! – empiezan a discutir y a este punto el dolor de cabeza se incrementa -          ¡basta! Ella no se ira a ninguna parte y tampoco me voy a divorciar – se le aguan los ojos -          ¿Dónde esta mi hijo? Porque este que esta frente a mi no lo conozco – me trato de acercar, pero se aleja -          Mamá… - me aparta las manos y papá solo me sonríe -          Aléjate, quiero a mi bebe, no a este ser irreconocible – froto mi cara frustrado -          Solo date la oportunidad de conocerla ¿puedes hacer eso por mí? Es la mujer más maravillosa e inteligente que he visto, nunca te pido nada y siempre hago lo que dices solo… solo por esta vez has algo por mi – me voy dejándolos solos con los sollozos de mi madre de fondo  Cuando llego a la habitación cierro la puerta con seguro, no quiero que Luisa aparezca y la saque a la fuerza, la veo dormida aun, me paro frente a ella suspirando, me voy al baño quitándome toda la ropa dándome un baño con agua fría para aplacar el estrés y el dolor de cabeza. Pierdo la noción del tiempo en el baño, me visto con un chándal y me acuesto a su lado evitando despertarla, estoy tirando todo a la borda por ella, me duermo con su imagen y su aroma inundando mis fosas nasales, ahora está a salvo y conmigo, que el mundo arda, pero no con ella en él.  Emma Park   Las manos me sudan, nunca he tenido una relación seria y conocer a las personas me causa ansiedad, miro a mi alrededor cuando estamos bajando las escaleras que guían a la sala principal. Jared a mi lado tiene su mano en mi espalda, no sé si sabe que realmente matare a su madre y a la tal Leticia si me estorban, no me dejare humillar por nadie y menos por unas idiotas metiches.  Murmullos se escuchan cuando llegamos, una mujer de tez blanca y ojos café se centra en mi apenas me ve, me detallada de pies a cabeza, pone mala cara apenas ve la mano de Jared en mi espalda, supongo que es de esas mamás que piensa y sueña que el hijo solo le pertenece a ella y todas las demás están de sobra. Le sonrió aparentando ser la mujer calmada y amable que obviamente no soy, me siento en el sofá con Jared a mi lado cruzando las piernas mientras corro mi cabello hacia atrás, Jared pone su mano en mi rodilla dando leves apretones, el hombre de hace rato conocido por ser el progenitor de mi supuesto esposo no pierde detalle de todo lo que hago.    -          Un placer mi nombre es… - la mujer alza una mano callándome -          La intrusa que piensa robar a mi hijo - ¡bingo! Acerté con la vieja -          Emma park señora – las mejillas me duelen de tanto sonreír – es un placer conocerla – ella bufa ignorándome -          Mio no, y si fueras tan amable recoge tus cosas y vete de mi casa y de la vida de mi bebe – me enderezo cruzando las manos en mi regazo -          Mamá… No empieces de nuevo – la detalló de igual forma que ella lo hizo conmigo   Mujer de unos 50 años rodeando a las 55, cabello castaño, delgada y con mal carácter, prepotente y manipuladora, de estatura promedio nariz perfilada y usa más joyas que la reina de gales. De contextura delgada, por sus muñecas deduzco que carece de fuerza al momento de aplicar la maniobra de inmovilización, tal vez partirle el cuello sea más fácil, se puede envenenar con…   -          Emma… - veo a Jared que me señala a su padre – papá te está hablando – veo al viejo metiche que me cae mas mal que una patada directa al hígado -          ¿si? – me desconozco, sin duda este es el mejor papel que he interpretado  -          Linda, te estaba diciendo si ¿te encuentras mejor? Ayer Jared nos informó que se te bajo la azúcar por el calor, supongo que vives en zonas de temperatura baja – miro a mi esposo para luego ver a mi suegro y asentir -          Si, lo que pasa es que en corea el clima no es tan caluroso como aquí – le sonrió odiando este teatro -          Ya veo… - se inclina la taza de café viendo a su hijo -          Disculpen la demora – una mujer con cuerpo de modelo entra con paso apresurado abalanzándose sobre Jared   Me aparto sorprendida por la efusividad que se carga, le llena la cara de besos y tengo que apretar las manos para no sujetarla del cabello y arrancarle las extensiones.   -          ¡Bebé! No sabes cuánto te extrañe – los oídos me pitan por la voz chillona - ¿Cuándo volviste? ¡eres un mal prometido! Ni siquiera me llamaste ¡estaba muy preocupada por ti! – lo envuelve en sus brazos y no sé qué me jode más, si lo llame bebe, que lo abrace o que si voz sea más chillona que un pato de hule -          Ayer, llegue algo tarde por eso no te llame – el idiota le sonríe cuando esta se le sienta en las piernas, me siento un mal tercio -          Luisa, Gerald disculpen que aun no los haya saludado, pero es que lo extrañe tanto – lo rodea con los brazos acomodándose en su regazo   Carraspeó llamando su atención, me mira igual que la bruja frunciendo el ceño.   -          ¡Oh! Disculpa no sabía que había una invitada – me tiende la mano – Leticia un placer – miro su mano sin hacer amago de devolverle el gesto, la aparta incomoda cuando ve que no le correspondo - ¿tu eres? – no aguanto tanta hipocresía -          La supuesta esposa de tu prometido querida – esta pierde la sonrisa cuando la víbora me quita el gusto de restregarselo en la cara -          ¿Qué? – asiento sentándome más recta de lo que ya estaba -          Te voy a dar tres segundos para que te bajes de las piernas de mi esposo antes de que te mande de vuelta al quirófano a que te reconstruyan la cara 1… - sujeta a Jared más fuerte viéndome incrédula  -          Emma… - el idiota me mira pidiendo paz, pero es lo que menos le daré si sigue con la zorra montada en sus piernas como si el fuera un mueble mas -          2 – sigue viéndome sin mover ni un dedo - ¡3! – me levanto a por ella, pero Jared es más rápido la arroja al sofá rodeándome con sus brazos deteniéndome -          Basta, están mis padres presentes – susurra, me trato de zafar, pero aplica presión impidiendo que agarre a la zorra y la haga comer tierra   -          Quítate o te entierro en el mismo hueco en el que pienso cavar para enterrarla a ella – niega llevándome con el lejos de los presentes, la miro sonriéndole, acaba de pasar a la lista de mis personas favoritas para la escena de un asesinato -          ¡Bebé! – lo trata de llamar, pero la ignora  Me guía al jardín cerrando la puerta corrediza para que no ingrese a la casa, el pecho se me infla quiero matar a esa hija de puta, sus bebes me los cago, es una zorra lanzada, estoy tan furiosa que el corazón me va a mil y las ganas de ahorcarla crecen cada vez más, las imágenes de homero ahorcando a Bar simsomps pasan por mi mente incitándome a copiarlas. Trato de abrirme paso, pero el imbécil no me deja, levanto el pie pateándole las bolas.   -          ¡Hijo de la gran puta! ¿para trajiste? Para restregarme a tu puta en mi cara – se encoge en el piso por el dolor de mi bota de tacón en sus testículos  Me sujeta del pie cuando lo pienso dejar ahí tirado lidiando con el dolor.   -          Es solo una amiga – su voz se entrecorta cuando intenta hablar, no para de soltar quejidos -          ¡Amiga una mierda! Casi que no te pone las tetas en la cara y te de idiota te dejas – agito el pie pisándole los dedos para que me suelte, suelta un grito de dolor cuando afinco más el tacón en sus dedos  -          ¡Mi señor! – lo que faltaba, la cereza del pastel, la sirvienta colada por la nenaza llorona -          Estoy bien – la aparta incorporándose -          ¡qué clase de esposa es! Le está haciendo daño al señor - me le acerco dándole la cachetada del siglo -          Respeta a tus mayores mocosa – se pone la mano en la cara mirándome aterrada -          Emma ¡Te estas descontrolando! – levanto la bota señalándosela -          ¿quieres otra patada? Con gusto de la doy – la sirvienta se aparta alejándose de mi -          Llamare a la señora Luisa – la sujeto del cabello cuando intenta ingresar a la casa -          Cuidado con lo que dices niña, mira que me criaron al estilo militar, te voy a cortar la lengua si te pasas de sapa – se queja llorando por el agarre   La suelto cuando Jared me la quita de encima.  -          Cariño calma, nadie te esta haciendo daño, no se lo hagas a los otros – me empieza a susurrar cosas que me valen mierda, estoy tan llena de odio y de rabia que quiero irme y terminar con este teatro   Pasa media hora acariciando mi cabello y diciéndome frases cursis, él no sabe que yo soy una bomba que se activa con el más mínimo roce y explota peor que una de Chernóbil.   -          Mi pequeño radiador – lo miro frunciendo el ceño  -          Radiador tu madre – me sonríe achinando los ojos   Me quedo absorta en el brillo que estos desprenden, en la sonrisa cálida y en su expresión relajada, ¿cómo puede estar tan calmado después de que le patearan las bolas? Otro ya fuera armado un ring de boxeo conmigo, como Alex, por ejemplo, aunque no era de levantarme mucho la mano ganas no le faltaban. Me relajo en sus brazos viendo el reflejo del sol en su cara y la mía reflejada en sus ojos, de verdad me gusta cómo me trata aunque no esté enamorada me atrae mucho, nunca espere que lo que era sexo esporádico sin compromiso se volviera una intensa relación con matrimonio falso de por medio. -          ¿estas mas calmada? – asiento contando hasta diez -          Suéltame, está haciendo calor y tu solo lo empeoras – se ríe de mi comentario alejándose -          Eres una toxica en su mayor potencia, no sabía que eras tan explosiva cuando te pones celosa – bufo, lo que está haciendo es jugar conmigo -          Cállate, empeoras la situación – niega juntando su frente con la mía -          Eres la mujer más posesiva y bella que he visto, no sabes cuánto me prende eso -  junta sus labios con los míos fundiéndonos en un beso que se torna agresivo y necesitado, me sujeta de la nuca para que no aparte, lo sujeto de la camisa afirmando el agarre   No se qué es lo que tenemos realmente, pero si es real luchare por él, se acabaron los amores fallidos y las desilusiones, pero si esto es solo un juego lo matare, no voy a permitir que ningún idiota juegue con mis sentimientos y mi corazón como si fueran desechables. De un momento a otro la ropa empieza a estorbar y no me importaría cogérmelo a la vista de todos, así saben que es mío y de nadie más. El carraspea de alguien suena a nuestras espaldas, nos alejamos cuando se vuelve exigente encontrándonos con el viejo entrometido.   -          Disculpen que los interrumpa, pero el almuerzo está listo, la comida se enfriara, así que los espero adentro – suspiro frustrada, estoy mas caliente que una caldera, la humedad entre mis piernas me pide a gritos que me embistan contra la pared, pero de tanta interrupción creo que será imposible  Ingresamos a la casa y el ambiente se vuelve tenso, la idiota y la bruja no dejan de verme mal, la sirvienta le tiembla la mano a la hora de servir la comida y evitar verme cuando la veo, almorzamos e silencio, el padre de Jared intenta sacarme respuestas a sus estúpidas preguntas sin sentido, pero me mantengo en silencio comiendo la sopa desabrida que sirvieron de entrada, tengo de todo menos hambre, entablan una conversación en la que no me interesa en lo más mínimo integrarme, me enerva tanta hipocresía y esta gente es hierba mala, aunque la intentes arrancar vuelve a crecer, llega el vino y evito tomar de más, si me volví agresiva en cuestión de segundos con alcohol en mis sistema se me suelta la lengua y la mano. Cuando todos pasan a la biblioteca a seguir con la charla emocional de los supuestos viajes por el mundo junto a la falsa luna de miel me retiro, no estoy para payasadas mal actuadas. Recorro los jardines de la mansión, me impresiono con los metros cuadrados interminables de terreno, esta gente gasta el dinero en cosas inservibles que no se llegan a disfrutar nunca, las comprar solo para presumir que son mejores que los demás. Me siento en el pasto arrancando la hierva mientras pienso en mi familia y amigos, me siento incomoda aquí, quiero volver con los míos, no me gusta estar rodeada de personas que ayuden a mi mente a estar inestable, me gustan los lugares poco transitados y con un poco de sencillez, las casas lujosas y las personas con prejuicios me recuerdan a la niñez tan vacía y carente de amor que tuve, un hogar hecho trizas por los errores de mi madre. Suspiro recordando a mis amigos ¿estarán bien? ¿me extrañaran? ¿Liz sabrá que estoy aquí? Seguro no, es tan protectora que ya me fuera venido a buscar y le fuera tendido un guantazo a la vieja por meterse conmigo, y despellejado a la Zorra por roba maridos falsos.   Me empiezo a poner sentimental, quiero irme a casa, escuchar los regaños de Bryan y los berrinches de Liz porque no le presto la suficiente atención, quiero estar en mi laboratorio creando fórmulas, no fingiendo ser alguien que no soy. Me acuesto a ver el cielo, están tan azul y despejado que me hace sentir peor, no se cuanto tiempo paso contando nubes y buscándose una forma, pero los ojos se me cierran y quedo completamente dormida bajo el cielo y la brisa fresca. Me despierto cuando siento que alguien me sostiene en brazos, me sobresaltó pero al reconocer el aroma me relajo, siento como suben las escaleras y me tienden en la cama.  - Nena . me acaricia con los nudillos las mejillas - ¿te sientes bien? - asiento jalando de su brazo para que se acueste a mi lado  - Solo quedate asi, por un minuto abrazame y no hables - escucho su risa y el vibrar de su pecho Me acaricia el cabello mientras tararea una canción, me relajo envolviendome a dormir, llevándome la gratificante sensación de sus manos en mi cabello, sus voz y el latir de su corazón.  Me despierto en medio de la noche con la cama vacía, lo busco con la mirada hasta que lo veo fumando en el balcón sin camisa y con el cabello alborotado, me encamino en su dirección procurando no hacer ruido, me apoyo del umbral de la puerta viendo como la luz de la luna se refleja en el viendose relajado, inhala y suelta el humo con total calma, veo su espalda y reparo el rastro de los moretones que aun yacen tatuados en su piel, y me apena que aunque siempre quiera estar por encima de Alex este no le deje el camino libre.  Suspiro mientras me acerco y lo rodeo con mis brazos, dejo un beso en le centro de sus espalda, para luego pegar mi mejilla a esta y escuchar mi sonido favorito, el latido de su corazón, sigue fumando sin inmutarse, que quedó en esa posición por un bien rato hasta que las piernas y los brazos se me cansas, lo rodeó inclinadome para unir nuestros labios, sabe a nicotina y menta, lo beso lento y despacio, disfrutando del momento, me sujeta de las piernas alzandome, me sienta en la barandilla del balcón abriéndose paso entre mis piernas, lo aprisiono con ellas mientras lo sigo besando, nos separamos por falta de aire y une nuestras frentes rozando su nariz con la mía, respiramos el mismo aire.  Lo veo sonriendo cuando deja un pequeño beso en la punta de mi nariz, me envuelve en sus brazos sosteniéndome fuerte para que no me caiga, esconde su cara en el hueco de mi cuello, le acarició el cabello y se que las palabras sobran cuando te puedes entender solo con actos tan pequeños como este.  La brisa fría me eriza la piel y tiemblo un poco cuando el frio cala en mis huesos, me baja de la barandilla y me adentra a la habitación donde me acuesta en la cama colocándose sobre mi fundiendonos en otro beso que se vuelven interminables, termina deshaciéndose de nuestra ropa e invade mi cuerpo con sus besos y caricias, repitiendo una y otra vez lo hermosa que soy y lo que le encanta tenerme entre sus brazos, terminamos haciendo el amor bajo la luz de la luna siendo nuestra única testigo, lo que era un solo polvo se convirtió en algo mas profundo que eso, ahora ya no solo somos dos desconocidos que se ven solo para encamarse, ahora somos dos personas que funden su alma y se proclaman amor en voz alta.
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