Sentirse atraído

1098 Words
Al caerle un sin número de mensajes, Neftalí, quien disfrutaba de una noche muy candente en compañía de al menos tres mujeres, Neftalí era del pensar que si jugabas a ser el macho empedernido y mujeriego, pero sabiéndolo hacer, no era pecado, y no había problemas. Al ver una de las fotos de Carlota de su rostro perfilado, Neftalí sintió una horcada de excitación, deseo profundo por la mujer que estaba viendo. "diosa" dijo entre dientes. "o demonio disfrazada de mujer" repitió con esmera excitación. «No podré nunca superarte "mujer" porque eres la única que me pudo hacer sentir asi». Se dió la vuelta para envolverse en una toalla, pero una de sus acompañantes creía que lo que murmuraba hacia unos segundos atrás, era para ella o una de las que estaban allí, no sabiendo que estaba el hombre muy endemoniado. —Amor —dijo la fémina de la vida alegre, ella era prostituta, pero de alto calibre, una noche con ellas, recibía como pago un regalo costoso, así como una mansión o un penthouse en alguna ciudad importante. Para estas mujeres, Neftalí Tahidi, era un pez gordo a quien con esmero les hubiese gustado llevar ante el altar, pero él no se casaba todavía, era por la misma razón que su hermano Hazard se enojaba cuando le intentaba arreglar matrimonios, pero no preparaban las propias. La mujer por nombre Bilal, lo alcanzó y lo abrazó desde su espalda, le dijo: —Hace mucho que me siento plena contigo. —¿Qué, acaso no son suficientes los regalos costosos que te doy? ¿Quieres más de mi? —dijo Neftalí tomando a La mujer del mentón y obligándola a mirarle a los ojos. —Tengo lo suficiente, te quiero a ti —dijo ella que era valentona, las mujeres por la cultura y la crianza en sus naciones, no era normal ser así de atrevidas, ellas eran recatadas y siempre dejaban al hombre decidir, cortejar o declara sus sentimientos, no al revés. —Ya no quiero que vengas mas, no quiero más tu cercanía, ya me aburriste —respondió Neftalí secándose el cabello para marcharse, el día de hoy, Bilal se había dado cuenta que este amante no se había puesto a copular con ninguna de ellas, es mas, había estado muy pensativo. —¿Pasa algo señor mío? Puedo hacerlo muy feliz si lo desea —dijo ella muy sonrojada, era la intensidad del deseo que sentía por el hombre que no le importaba confesar así su amor, aunque ella fuera rechazada de inmediato. —¿Sabes que clase de mujer eres? Una sin valor para un matrimonio. Dijo el hombre, se terminó de vestir y salió de la habitación, pero antes ella le gritó desde cierta distancia. —¡Te crees mejor que yo, i***t'a! —Solo el montón de dinero te diferencia de mí, tu no traes valores para juzgar. Dijo la mujer molesta, su compañera la tomó de su espalda y ha hizo entrar de nuevo, le dijo: —¿Te has vuelto loca? ¿Sabes con quien te metes? ¡Él es un hombre de cuidado, si lo haces enojar, te aplastará como insecto! —No vuelvas con él si te mandara a llamar por que solo querría arruinarte. —la chica en vez de agradecer, chasqueó la lengua, ella dijo de forma arrogante. —Lo que pasa es que no quieres que me llame a mí, lo que tú quieres es estar con él. —Usa la cabeza, son hombres de negocios, están sentados sobre grandes lingotes de oro, no querrán a alguien que se dedica a esta profesión para una relación, solo nos usa asi como nosotras usamos lo que ellos tienen, dinero a manos llenas. —Pero bueno, ya te advertí, si ya sales con él y te hace daño, será tu asunto. Bilal no durmió siquiera esa noche, el gran Neftalí pidió a su chofer que la pudiese esa misma noche, y cuando ella se despidió de su compañera diciendo que otro millonario la había pedido, lo dijo con una enorme sonrisa, no sabía que iba directo a la boca del lobo. Al llegar, era un apartamento de lujo, estaba el conductor al entrar, ella había sido pedida ya varias veces por Neftalí y reconoció al chofer, se asustó, pero trato de guardar la compostura, solo recordaba a su compañera de profesión, pero entró, miró a él de espaldas, ella trató de bromear diciendo a Neftalí. —¿Ya ves, me extrañaste tan pronto? —él no sonrió, solo el dijo agáchate, ella lo hizo, le lanzó una peluca rubia, le dijo. —Ponte eso —ella encontró extraño, pero obedeció. Mas tarde, le hizo hacer la mamadera, él solo le tenía de la cabeza empujando su cabeza, gimiendo, así paso una media hora, así hasta que la levantó con una mano y le tomó del cuello, le dijo con mal semblante y mal genio. —¿No sabes ni siquiera hacerlo bien, si es tu profesión? —los ojos se le salían de la enorme furia que traía. —¡Calma, calma, lo haré bien! —dijo ella asustada. Todo lo que quería era salir huyendo de sus manos. —Mírame bien mujerzuela, no somos iguales, ¿ves para que sirves tú? Y ves quién soy yo? No somos iguales —dicho eso, empezó a golpearla brutalmente. La dejó hasta que vió su cuerpo casi inerte, Bilal había probado lo que no debía desear, a un hombre sin escrúpulos. Mientras tanto, al día siguiente, encontraron a Bilal desmayada, estaba con vida, pero en estado crítico. Por su parte, Carlota al volver a su casa, se sintió como que las piernas se le gelatinizaran, no podía caminar bien, Hazard se dió gusto en romperla. Ella tuvo que tomar licencia para poder descansar tres días en casa. Pues le dolía poder caminar bien. Esos tres días se reportó como enferma y su asistente se encargó de todo. Mientras que, Hazar al ver que ella no iba a trabajar, llegó hasta su casa a verla. Carlota estaba muy avergonzada con el hombre con quién tuviera su primera experiencia s****l. Él le dijo a la mujer. —Si lo hacemos todos los días, tu cuerpo puede acostumbrarse y sería nada hacerlo y luego echar a andar. Ella se sonrojó, luego le bajó los humos diciendo que nunca más iba a volver a pasar algo entre los dos. Hazard le dijo: —Soy un hombre manoseado, ya no le sirvo a ninguna otra mujer, así es que te toca hacerte cargo de mí.
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