Tener que explicar a las supuestas amigas acerca de su sentir.

1136 Words
Mientras que Carlota viviera su vida de manera plena dando paseos de otro mundo por Dubái, alargando su estadía por Filipinas, su fascinación de conocer nueva gente, nuevas culturas, su orgullo herido, pronto mejoró. Sus días de ser fiel y esperando demasiado de un hombre habían terminado. Comprendió que mientras mas esperas de alguien, más te decepcionan. Así que se dijo, no estoy para cuentos chinos que ni entiendo, mejor me amo a mi misma y creo en mi misma, creeré en que soy hermosa y por lo tanto yo seré la mujer a quien me ame. Antes a ese día, Carlota apreciaba la lealtad, exigía el respeto, el compartir la vida y los éxitos, hoy día, ella había cambiado totalmente esa idea. Carlota no esperaba nada de los hombres, ni de las personas, su amabilidad era con ella misma, su determinación, siempre ganar. Nada de lo que dijera o hiciera era para agradar a otras personas. Le valía madre lo que pensaran de ella misma. Su humor blanco y transparente se había mudado al polo Norte o Sur. solo le acompañaba su soledad su otro yo, la prepotencia le había embargado, e igual la desconfianza, parecía que la amabilidad había sido del siglo pasado. Siendo así, Carlota no tenía verdaderos amigos, no se preocupó por agradar o quedar bien con alguien, de ahí su nuevo apodo "ser una diabla" u otros simplemente la llamaran "la diabla de Nueva York" Cuando Carlota volvió dos semanas después de la fecha estipulada para su boda, todos hablaban del matrimonio que no fue llevado a cabo. Por su parte, Federico daba su propia versión a esos hechos, él dijo que no se sintió seguro de querer casarse y por lo tanto, había dejado a Carlota. Cuando Carlota volvió, encontró a sus supuestas amigas rodeándole para sacar información acerca de su compromiso fallido. Ella dijo en modo sereno. —¿Ya no les dijo Don Federico acerca de el por qué no nos casamos? —¿Así fue?, pero acaso es a como el lo dijo? Dijo que se desenamoró de ti. —A pues, así mismo fue. —Dijo Carlota sin la menor pizca de rabia. —¿Y que, no estás enojada con él? —Preguntaron al unísono. —Nop. —Hubiera sido catastrófico haberme casado y luego descubrir lo decepcionante que hubiera sido ser su mujer. Pero aquí estoy feliz de estar soltera y hacia adelante. —Oh, debes sentirte muy mal contigo misma, digo, por no saber retener a un novio a tu lado. Carlota miró a la chica con soslayo, así salían a pegarse de una como garrapatas las escorias para chupar de la sangre. Estas no eran amigas de verdad, pensó ella. Las arpías como estas se hacían pasar de supuestas amigas para indagar tu vida. —Claro que no —dijo con tranquilidad. —¿Será? —Carlota ya estaba incómoda de estar escuchando la misma vaina desde que llegó, le dijo a sus supuestas amigas. —Si quieren saber mas de esa relación fallida, vayan y pregunten a él, yo ya no pierdo más mi tiempo hablando de un tema caducado. —¿No ven? Vengo de conocer lindas personas y de disfrutar de unos días hermosos lejos de una escoria. Aquellas mujeres quedaron con la mandíbula al suelo, no podían creer lo que dijera Carlota. En los días siguientes... Los padres de Federico habían dejado fuera de toda administración de los negocios familiares a Federico, estas decisiones había hecho que Federico estuviera estresado y de muy mal humor. Corto de dinero, y sin el apoyo de su familia, Federico empezó a refugiarse en los brazos de su novia Mary y el licor. En su situación había dejado de llenar de regalos a su novia. Sus padres habían rechazado su relación rotundamente, le habían recriminado su actitud irrespetuosa e irresponsable. Poco a poco, la relación superficial de Federico y Mary empezó a venir abajo. Mary al ser llevada a las fiestas, empezó a coquetear abiertamente con otros hombres, lo cual para Federico, no le hizo gracia alguna, además, él estaba muy celoso y enojado. Por su parte, Carlota empezó a tomar las riendas del negocio de su Madre, era una franquicia de ropa de alta costura. La chica vino a apoderarse del mando gerencial, su madre aún le ayudaba, pero fue tan solo por unos meses, se había dado cuenta que su hija encajaba muy bien al puesto de mando, así como en el área de la creatividad, todo un descubrimiento excepcional, no se dice que por un mal, vienen mejores cosas. En tan solo un año, Carlota había posicionado en primer lugar del mercado las nuevas tendencias en moda, y había hecho tres lanzamientos de la ropa mas cotizada y personalizada para los mas famosos del círculo de entretenimiento. La fama de la nueva diseñadora de la moda estaba creciendo como la espuma. Y mientras mas crecía la fama de Carlota, menos le iba bien a Federico, quien sin el apoyo familiar y sin la novia por la que dejara de lado a su futura esposa, le iba como que recibió una patada a sus partes nobles. ¿Estaba arrepentido? Eso solo el lo sabría. Mientras tanto, en un una presentación de la nueva colección de la Moda en Nueva York, Carlota era una de las organizadoras de dicho evento, en la gala ella se paseaba de manera elegante y segura. Ella no estaba aquí para complacer a nadie ni a convencer a nadie para que incluyeran sus nuevos lanzamientos del verano hot, ella solo estaba aquí por el compromiso adquirido. A una distancia prudente, lejos de los reflectores, estaba Federico, él miraba a Carlota, ¿pensaba en reconquistarla? solo él tendría la respuesta, sus ojos se agudizaban mientras la miraba. Llegó al coctel un hombre desconocido, éste traía una vestimenta de pies a cabeza, "ropa cara" no era la descripción, sería decirse para explicar, "ropa personalizada" el hombre llegó y se informó acerca de las tiendas más exclusivas, quería contratar a la mejor de las diseñadoras para que se encargara de su vestimenta y la de su familia. No sabía él que la persona adecuada para sus propósitos era Carlota, pero que así mismo Carlota no estaba interesada en esa opción. Al ver la colección lanzada por la mujer, le gustó mucho, no era de entrada para el mismo, ahora mismo buscaba una diseñadora para ropa de niñas. Cuando el desconocido hombre pidió tener una reunión con Carlota, ella lo rechazó de inmediato. Cualquier otra persona querría tener dos minutos ante él para trabajar para él o ser seleccionado por él, ella lo acababa de rechazar sin anestesia, ¿Le había herido el orgullo a este misterio hombre? Se sentía como que le dieron una patada de camello al cul0.
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