+CATALINA+ Estoy entrando a mi habitación como pollo remojado. Literal. El agua fría todavía gotea de las puntas de mi cabello, escurre por mi espalda y me hace tiritar un poco. Estoy empapada, indignada, y más herida de lo que me atrevo a admitir. Tiro la ropa mojada al cesto con tanta fuerza que rebota en el borde y cae al suelo. No me importa. Que se quede ahí. Ya recogeré todo más tarde. Me quito la toalla con un movimiento seco, con rabia. Me siento desnuda… pero no solo por estarlo físicamente. Me siento expuesta, ridícula. ¡Acabo de ofrecerme a un hombre y me rechazó! ¿Quién diablos se cree que es Leonardo? ¿El mismísimo Papa? ¡Dios mío, qué vergüenza! Camino al clóset, con pasos tensos, la mandíbula apretada y las mejillas ardiendo. Abro la puerta y revuelvo entre mi ropa con ma

