+ARIA+ Esta vez llegué sola a la empresa. Theo no pudo acompañarme —tenía unas cosas pendientes que resolver—, y Margaret debía estudiar con Catalina en casa de Killian. Así que me lancé por mi cuenta, con el corazón latiendo un poco más rápido de lo normal. Al entrar por el lobby, la recepcionista —una chica mona, de cabello lacio y sonrisa programada— me miró y de inmediato me dijo con tono urgente: —La están solicitando en presidencia, señorita Aria. Es urgente. Parpadeé, confundida. —¿Presidencia? —pregunté, enarcando una ceja. Yo apenas era una asistente a medio entrenar, ¿qué demonios querían de mí en ese piso? —Sí, el jefe la está esperando. El señor de seguridad la llevará. Asentí, sin poder ocultar la duda en mi rostro. La recepcionista habló por su auricular, y al momento,

