Rememoré cada detalle de aquella mañana en el bosque durante el larguísimo viaje de vuelta.  Dash había pasado por delante de mi asiento sin mirarnos a mí o a Kara (que trataba de usar la fuerza para estrangularle como si fuese Darth Vader) y se había sentado al final del bus, me fijé en que nadie se atrevió a sentarse a su lado. Llegó un momento en el que todos los pasajeros se habían dormido, solo entonces me atreví a darme la vuelta para comprobar que él estaba despierto y mirándome fijamente. «Ven» dijo en un susurro señalando el asiento vacío junto al suyo. Necesitaba explicaciones más que el aire que estaba respirando, así que decidí hacerle caso. Kara se había pedido el lado de la ventanilla, así que nada me impidió cruzar el pasillo central para llegar hasta él. —¿Qué te h

