PROLOGO
Hay encuentros que no son casuales.
Y verdades que, al revelarse, pueden romperlo todo.
Nunca creí en los cuentos.
Ni en las coincidencias disfrazadas de destino.
Creí en el poder. En los márgenes firmes de lo racional. En las decisiones frías que forjan imperios.
Hasta que la vi.
Fue un instante.
Pero bastó para que mi mundo se fracturara.
No supe su nombre.
Ni por qué su presencia me resultaba tan inquietantemente familiar.
Solo supe que había algo en ella que me obligaba a mirar dos veces… y luego una más.
Había una quietud en su forma de estar, como si el tiempo la tocara de manera distinta.
Como si existiera en una realidad paralela donde nadie más podía alcanzarla.
Tenía la mirada de alguien que ha perdido algo irremplazable,
y la sonrisa de quien ha aprendido a disimular el dolor.
Esa dulzura inesperada, intacta pese a la dureza del mundo, me desconcertó más que cualquier palabra.
Quise alejarme.
Ignorar lo que empezaba a sentir.
Poner distancia antes de cruzar un límite que ni siquiera comprendía del todo.
Pero no pude.
Algo en ella me llamó…
Y yo respondí.
Pensé que se trataba de deseo, de fascinación.
Una obsesión pasajera disfrazada de interés.
Pero era más.
Era una verdad que venía arrastrando desde antes de nacer.
Una deuda no pagada.
Un pecado heredado.
Ahora lo sé.
Ella es la hija de la familia que mi padre destruyó por ambición.
La niña que fue arrancada de su vida por culpa de un apellido que también es el mío.
La inocente que creció sin saber todo lo que le fue arrebatado.
Y yo soy el hijo del hombre que se lo quitó todo.
Ahora que lo sé, debería alejarme.
Dejarla libre. Protegerla del daño que puedo causar.
Pero no puedo.
Porque lo que siento por ella me quema desde dentro.
Porque amar a alguien no siempre es una elección.
Esta es la historia de un amor que nunca debió nacer.
De una verdad que llega demasiado tarde.
Y de dos almas que quizá, en otra vida, pudieron haber sido libres.
** ** ***
“Ella será su debilidad.
Su castigo.
Su dulce desconocida."
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