Una corriente de frío recorrió desde las piernas desnudas de Amelia hasta su espalda, la joven se estremeció al sentir el frío en su cuerpo, poco a poco va abriendo los ojos y es cuando se percata de que la habitación estaba muy oscura y se encontraba sola en la cama. —¿Erick? —lo llama en voz baja, pero no obtiene respuesta alguna. Amelia se cubre con la sabana al mismo tiempo que miro la hora y pensó que ya era muy tarde para seguir en la casa de Erick, tenía que volver a casa ya que al siguiente día debía de trabajar. Con un poco de pereza sale de la habitación en búsqueda de su jefe y lo termino encontrando en su despacho, parecía que estaba trabajando. —Hola—le dijo tímidamente, el levanto la vista y le sonrío dulcemente. —Por fin has despertado he pedido una pizza, pero aun est

