Aquella mañana estaba lloviendo muy fuerte en la ciudad, sin embargo, Amelia y Laura debían de ir a trabajar… Ambas amigas se reunieron como de costumbre para dirigirse hasta su trabajo y para suerte de ellas Jack estaba de buenas ese día porque decidió cerrar el restaurante. La lluvia había estropeado el día, según él. Después de que el restaurante cerrara, Laura y Amelia se encontraban en la entrada del mismo notando como el agua que caía era muy recia. —Amiga, ¿cómo le harás para llegar hasta el bar? esta tormenta no está de broma, te vas a mojar toda. —Lo sé, pero debo irme ahora. Aunque tengo un poco de tiempo extra, pero si no me voy ahora luego me atascare por el tráfico. —Pienso que no es tan buena idea que te vayas así, no crees que deberías llamar a tu jefe para decirle que l

