+ALEXANDER+ Después que Claire se fuera, Bastián aparece en la puerta, su figura robusta y seria llenando el espacio. Su voz firme corta el silencio. —Vamos, están rondando la casa de Claire. Creo que nos han seguido. Te dije que había que traer a nuestros hombres. Asiento sin mediar palabra, terminando de ponerme la camiseta. Mis manos se mueven con rapidez, mientras él ya tiene todo listo para salir. La tensión crece, puedo sentir el peso de lo que se avecina en el aire. Salimos corriendo hacia la camioneta. Cuando llegamos, le digo: —Pásame mi arma. Bastián la desliza entre mis dedos, su fría y familiar textura me reconforta y me prepara para lo que viene. Arranca el motor y nos ponemos en marcha. Afuera, la noche se extiende oscura, y esa maldita camioneta aparece, demasiado cerc

