La mujer muy confundida por cómo está actuando Andrés le pregunta: —¿Pero que fue lo que pasó? Andrés abriendo la puerta le contesta: —Lo siento Kate, nos veremos en otra ocasión. —y sale rápidamente, cerrando la puerta con mucha fuerza. El heredero se encontraba algo angustiado, porque sabia que esos trabajadores se emborrachaban mucho, y que quizás no podrían llevar a Astrid hasta su destino temprano y que esa zona por la que ella vivía no era muy sana que digamos. En el centro de la ciudad siempre había personas maliciosas caminando por ahí. «¡Espero que no hayan obligado a beber alcohol a esa tonta! ¿Será que la llamo?» pensó el hombre caminando hasta la salida del edificio para luego montarse en su camioneta. Entonces, el heredero llega a su vehículo, pero antes de conducir,

