—¡Astridje! ¿Estás bien? —preguntó Henri muy preocupado. Andrés con una mini sonrisa algo maliciosa de lado, le acerca su vaso con agua a la rubia y se lo da en las manos. Enseguida, Astrid toma el vaso, para detener la tos del bocado de comida que se le atoró en su garganta debido al asombro de las palabras que soltó el moreno de repente, y se bebió el agua. Ella pensó que apenas se estaban conociendo y ya el hombre hablaba de matrimonio; eso era toda una locura según la rubia. Mientras que Anna, también muy preocupada por la chica, le preguntó si ella estaba bien y ella tomándose el agua, asentía con la cabeza. Cabe destacar que el único que estaba tranquilo con toda esa situación era Andrés, quien veía con agrado lo nerviosa que se puso la rubia ante todos. Entonces aprovecha la situac

