A mano

2433 Words
Interesante, ahora estaba en medio de todos sus compañeros que lo odian a muerte y tenían que trabajar en el mismo campo al mismo tiempo... Genial. --Todos ustedes deben pasar las pruebas, quien me traiga primero el pañuelo rojo, tendrá más puntos para su archivado, mientras tanto, esperen el disparo para que puedan empezar.-- Minying miraba todo y ¡carajo¡ que eso estaba muy difícil. trampas que constaban de saltos, pecho a tierra, otros donde debían gatear en el lodo.. sinceramente no seria nada sencillo y menos sobre las trampas de salto. Maldita sea su estatura no favorecida. El menor escuchó el disparo pero fue como si escuchara a la nada, tapó sus oídos al caer en cuenta y cerró sus ojos por unos segundos. Odiaba los disparos, los odiaba mas que nada en el mundo. ¿Que gracioso no?, odiar todo lo que tenga que ver con violencia o armas de fuego, pero estar de soldado en las fuerzas armadas. Que estúpido.segund Abrió sus ojos y miró como todos ya le llevaban una considerada ventaja. Comenzó a correr y como pudo saltó los murales, gateó con cuidado por el lodo que era realmente espeso. Cuándo logró pasar por esa prueba corrió hasta donde tenía que arrastrarse por el suelo mientras que alambres de púas estaban a no muy lejos de su cabeza. Cuando empezó con el entrenamiento no pasó ni el primer alambre y ya su chaqueta se había enredado en una de las púas. --Ahhh, ¡mierda!--...—Exclama con molestia y como pudo soltó su prenda de la púa y continuó, pero ese percance le ocasionó un retraso a la hora de alcanzar a los otros.-- Si tan solo se pudiera decir que estaba cerca, pero no, él estaba muy lejos de ellos que casi ni les puede ver. Sabia que no podría ganar esta prueba, así que no tomo mucho esmero en correr tanto, solo hizo todo con normalidad pero tampoco era lento. Cuando llegó muy cansado vio como uno de los chicos de hace un rato le entregaba el pañuelo de color rojo al Coronel Kim. Este, a diferencia de el tal Shen y Erick, se veía con un físico mas apuesto y llamativo. --Vaya, vaya, no pensé que el soldado Kim Jiwa ganara la primera prueba--...--El coronel agarró el pañuelo rojo metiéndolo en el bolsillo derecho de su pantalón--...-Pero supongo que está bien.-- Lo decía porque este tenía un aspecto y modalidades dignas de alguien que es de la alta sociedad. No lo veía como un tipo rudo, sin embargo, ganó la prueba. --Permiso para retirarme coronel--...--Este colocó su mano derecha estirada en la esquina de su frente.-- --Permiso concedido, su trabajo será recompensado en los archivos de la base--...--El soldado dio una leve reverencia.-- Kim se giró sobre sus talones para volver a su lugar. --Ahora, ¿quién llegó en último lugar?-- Todos se miraron las caras, pero luego se hicieron a un lado dejando solo a Lee en el medio de todos. --Ay Lee Minying, ¿que voy a hacer con usted?.-- Minying mantenía su cabeza gacha pero no por eso dejaba de seguir recto y erguido frente al coronel. Elevó su cabeza lentamente encontrándose con los ojos intimidantes del mayor, pero no apartaría la mirada por ningún motivo. De todas formas, había algo en esos ojos marrones claros que le llamaba la atención. -Oh, lo esta mirando a los ojos- -No le irá bien- -¿Que piensa que esta haciendo?- Se escuchaban muchos cuchicheos y murmullos por parte de los demás soldados. Héctor seguía sin apartarle la mirada al menor, acumulaba su odio en sus ojos, tratando de que este bajara la vista pero... no fue así, al contrario, seguía mas al pendiente. --¡Lee Minying!.-- Héctor gritó fuerte enfrente de la cara del menor, de esta forma fue que este cerró sus ojos por el susto y sus labios temblaron. --D-diga Coronel Kim--...--Las palabras salieron torpes.-- --Sin agua ni comida hasta media noche.-- --¿Qu-que?.— Kim agarró una de las esposas que estaban en la parte trasera de su pantalón, a pesar de que no tuviera nada que ver con algo policial o parecido en el entrenamiento, eso no significaba que no pudiese tener unas. Agarró a Lee de su muñeca arrastrándolo hasta un poste de luz donde colocó las esposas, al igual que en la muñeca de Minying. --¡SIN AGUA NI COMIDA HASTA MEDIA NOCHE!--...--Se dio la vuelta fúrico y asesinó a todos con la mirada--...--Eso es todo señores, vuelvan a sus habitaciones, tienen dos horas de descanso y luego los quiero de nuevo en el campo. ¿¡Entendido!?. --¡Entendido señor!.-- Todos se dieron marcha a sus habitaciones. El esposado soldado estaba asustado, había salido de un problema y ahora se encontraba metido en otro. Eran mas o menos las once de la mañana (o eso calculaba), debía mantenerse sin comer y ni tomar agua hasta la media noche, esto de verdad que era un infierno. Todo su cuerpo estaba empapado de lodo y no se sentía del todo cómodo. --No vuelvas a mirarme a los ojos de nuevo, está terminantemente prohibido hacerlo.-...--De esa forma se fue con sus manos agarradas tras su espalda.-- De lujo, ahora ni siquiera podía verle a los ojos porque “esta terminantemente prohibido” Este tipo estaba demente. Su único consuelo ha estas alturas fue que no lo dejaran amarrado del poste pues, por lo menos se podía sentar en el suelo. --Espero que mañana sea mejor--...--Hizo un puchero.— En el transcurso del día fue totalmente ignorado por el coronel y los soldados, quienes eran forzados cada vez más y más en el entrenamiento haciendo cosas tan fuertes que a Minying solo le quedaba fruncir su rostro por tan solo imaginar el dolor que ocasionarían los mismos. Para cuándo cayó la noche acá afuera estaba helando. Hace frío. Mucho Minying calculaba que era mas o menos pasado de las nueve de la noche. Veía a sus compañeros pasar de un lado a otro hablando, riendo o simplemente caminando como si nada. Lo ignoraban completamente pero era mejor así ¿verdad?, era mejor ser ignorado a ser molestado como lo fue esta mañana en la hora del desayuno, después de salir de su repos… Reposo, Doctor, medicina… --¡Que me jodan!--…--Golpeó su frente con la palma de su mano libre recordando que no había tomado sus píldoras. Rebuscó entre sus bolsillos ansiando encontrarlas pero fue en vano, no encontró nada--…--Carajo.— Luego de mucho rato más se acercó el coronel Kim y Minying estaba cabeceando a punto de quedarse dormido. --Acá esta--…--Dejó la bandeja de mala gana al lado del soldado pero algo lejos para que no la pueda alcanzar. Subió la manga de su uniforme mirando la hora en su reloj--…--Son las doce en punto, supongo que ya puedes comer.-- La comida constaba de una tostada con café. La verdad no se veía nada mal comparada con la comida de la mañana. --Entonces, ¿ya puede soltarme?--…--Pregunta esperanzado.-- --¿Soltarte?--…--Frunció el ceño.— Minying sintió rápidamente. --Lo siento soldado pero eso no se podrá.-- --¿Por qué no?, usted dijo que mi castigo se terminaba a media noche.— --No, no, no, recuerdo muy bien que dije que no comías hasta media noche, pero nunca dije que te soltaría. Pasaras aquí toda la noche por ser el último en llegar en el entrenamiento de la mañana.— Minying olvidó ese “pequeño” detalle. --Como diga--…--Bajó su cabeza evitando todo contacto visual con el coronel ya que como le comentó estaba “terminantemente prohibido”.— Se estiró un poco para poder agarrar la bandeja con la comida pero de pronto la lejanía fue mucho mayor, cuando el coronel la echó más lejos con su pie. Minying miró hacia arriba y este le miraba con una sonrisa ladina muy malvada. --Buenas noches, soldado Lee--…--Con superioridad y riendo malignamente se fue alejando, dejando a Minying solo de nuevo.— --Es tan irritante--…--El menor decía mientras lo veía desaparecer de su campo visual.— Intentó unas veces más pero sabía que era en vano. Su mano comenzaba a doler por estar tanto tiempo apresada con las esposas, agregando la forma en que estiraba su cuerpo intentando llegar a la bandeja. ¡Joder!, tenia mucha hambre. Se rindió y se sentó en el suelo con su espalda apegada al poste suspirando. --Que fastidio.— Escuchó algo y se echó a un lado. --Oh, no te asustes--…--Era el doctor Jason que le arrimó la bandeja más hacia su cuerpo--…--Mejor come, apúrate--…--Lo animó y Minying, viendo que no había peligro con el doctor decidió comer lo mas rápido que pudiese dejando sus mejillas infladas.— --Con calma, tampoco quiero que te ahogues--…--Dio unas palmaditas en su espalda. Cogió la tasa con café entregándosela al soldado quien rápidamente, dio tres sorbos--…--Y dime, ¿te metiste en problemas de nuevo?.— El menor negó. --Solo…--…--Terminó de tragar. No estaba mal la tostada. Sabia a… tostada--…--Solo no rendí bien el entrenamiento.— --Ohhhhh, entiendo. ¿Por qué te dejaron sin comer?.— --Es que… al parecer al coronel no le gusta que lo miren a los ojos.— --Si, he escuchado algo de eso. Solo no lo mires y no te metas en mas problemas--…--Acaricia su cabeza delicadamente como si acariciara una flor a punto de romperse--…--Mírame a mí, yo no tengo problema en que me mires a los ojos.— Minying tosió y tomó mas café. Su tostada se había acabado y aunque no le llegó a llenar ni un poco debido a su hambre de cavernícola… se sentía mejor. --G-gracias, doctor Min--…--Limpia las migajas de pan que estaban sobre sus labios.— --Solo dime Jason ¿si?--…--Le dedicó una hermosa sonrisa cuadrada.— Este asintió devolviéndole el gesto. --Aquí no hay chicas con las cuales puedas hablar, o que puedan gustarte. Supongo que por eso tus compañeros se la pasan de mal humor. Estar sin atención femenina no los ha de tener contentos.— --Si, puede ser--…--Soltó una risita.— --¿A ti que tipo de chica te gusta?.— --La verdad es que no me gustan las chicas.— El castaño abrió sus ojos asombrado. --¿Me estas diciendo que eres gay?--…--Susurra.— --Sí--…--No dudó en ningún momento en afirmarlo, de todas formas, ya todo aquí era un infierno y que el doctor Min se uniera a ese infierno no podía ser peor--…--No se preocupe, gracias por ayudarme y entenderé si no quiere volver a hablarme o si prefiere despreciarme. Lo entenderé--…--Dejó la bandeja a un lado.—  Por todo lo que había leído sobre las fuerzas armadas le quedaba claro que despreciaban a los homosexuales (no sería de extrañarse) y si un soldado ha de mostrarse abiertamente Gay no sería aceptado en dicha base ya que uno de los requisitos esenciales es que todos los hombres fuesen tan “rectos” como una bala. Querían formar unas máquinas de matar humanas y veían la orientación s****l diferente como un obstáculo. Si, así de jodido estaba la situación de Minying. --¿Qué dices?, no pensaba que eras gay porque de aquí a lo que tengo entendido ninguno de los que están en la fuerzas armadas lo son, pero no podría despreciarte.— El soldado lo miró y sonrió haciendo que sus ojos se hicieran líneas. --¿Enserio?— --Si, de todas formas, no juzgo a nadie--…--Frunció sus labios pero aún ríe.— --La chica que vaya a ser su esposa ha de ser muy afortunada--…--Minying soltó un halago.— --Esposa o… esposo--…--Min se levantó sacudiendo un poco su pantalón y bata de medico?— --¿Qué?--…--Copió su acto colocándose de pie.— --Ajá, me has rebelado que eres gay, y aunque para nadie que me conozca es un secreto mi preferencia s****l… prefiero mantener ese tema fuera conforme a las fuerzas armadas; soy bisexual. Ahora estamos a mano ¿verdad?.— El menor seguía en shock. --¿A mano?.— --Sí, a mano. Por cierto… ¿Te tomaste tus pastillas?.— --Se…s-se me perdieron en el entrenamiento--…--Tragó duro.— --Debes tener mas cuidado para la próxima--…--Saco un paquete de pastillas de su bata dándoselas al menor. Antes de dárselas sacó una--…--Abre la boca--…--Minying abrió su boca temerosamente y el peli chocolate metió la píldora.--…--No tengo agua para que la puedas tomar pero trata de hacerlo con tu saliva. Toma la otra a las ocho de la mañana y no falles con el tratamiento ¿bien?.— --Bien.— --Ya debo irme, pero ten.--…--Se quitó su bata y la coloco encima del menor para arroparlo--…--Jajajaja te queda grande.--…--Es inevitable para el doctor no reír ante el pequeño soldado cubierto con su larga bata.— --No se burle de mi estatura--…--Hace una mueca desconforme pero no es que estuviera anikesto en realidad.— --Mira el lado bueno; mientras mas grande te quede mas caliente te mantendrá--…--Removió la bata en los hombros ajenos.--…--Antes de que te vean con ella lánzala lejos para que no sepan que te ayude mientras estabas en castigo. No debes preocuparte por ella, tengo cinco mas en el consultorio.— --Gracias--…--Agarró la bata cubriéndose mejor.— Si fueran otras circunstancias lo hubiera rechazado, pero realmente sentía que se congelaba y sería un problema enfermar esta noche y ganarse un mal trato mañana o inclusive, otro castigo por no rendir --Adiós, Minying, nos vemos luego.— Jason se fue y Minying soltó un suspiro volviendo a sentarse en el suelo. --Por lo menos él es el único que no me desprecia--…--Se arregló mejor para que su mano no doliera tanto y se acurrucó entre la bata de doctor para dormir. Olía tan bien— Eso le quitaba dolor a su noche. No muy lejos… --Con que gay ¿eh?. Eso le traerá muchos problemas al estúpido de Lee, pero dejaré que sea el mismo quien caiga.— Héctor entró con una sonrisa ladina.
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