Prólogo

513 Words
Soy Anabel Roses, soy la única heredera de la fortuna Roses, la cuál consta de agencias de publicidad y modelaje, editoriales, disqueras y una de las más grandes casas de modas en Madrid. Tengo 22 años y he modelado desde los 16 años, es lo único a lo que me he dedicado y la verdad no me gusta para nada pero gracias a mi físico soy una de las mejores. Mi vida se concentraba en el modelaje y en prepararme para tomar la cabeza de los negocios, hasta que choque con él. Soy Cristian Ferrer, tengo 25 años y soy mensajero en una editorial, no soy nada especial, mis padres fallecieron cuando era pequeño y mi abuela me cuido hasta los 18, era el ser que más amaba en este mundo pero por desgracia hace 3 años que falleció en un accidente, aún no entiendo bien como sucedió, solo se que la familia Roses son los culpables y estoy preparado para vengarme con lo más valioso, la pequeña heredera. Pov Anabel. Estoy harta del modelaje, tantas personas falsas, frívolas y vengativas, ojalá pudiera dejar esto pero hasta que cumpla los 24 no me dejaran hacerme cargo de las empresas importantes, así que solo me queda aguantar un par de años más.  - Ana, despierta ya- me llamaba Estefan mi maquillista - chica estás en las nubes, llevo media hora llamándote y tú no haces caso, ¿en qué piensas? - En lo mismo de siempre, dejar todo esto atrás.- conteste sin muchas ganas. - Deja ya de fantasear y mejor corre a vestuario, el desfile iniciará en una hora.  Me dirigí a vestuario sin mucho ánimo, solo me quedé viendo como todas corrían emocionadas y alardeando sobre sus outfits.  - ¡El mío es el mejor!- gritaba Sofía, mi amiga de la infancia y actual enemiga, no se en que momento empezó a odiarme y a tratar de competir conmigo.  Llegó la hora del desfile y como en las últimas ocasiones yo era la modelo principal, caminé por la pasarela con toda la elegancia que podía y al volver tras bambalinas alguien choco conmigo. -Perdoname, no fue mi intención. A él no lo conocía, nunca lo había visto antes, tenía un físico bastante bueno pero no era modelo porque yo conocía a todos en la industria y esos ojos verdes jamás los olvidaría.  - No te preocupes, yo tampoco preste atención- conteste saliendo de mi trance - ¿Tú quien eres? Nunca te había visto aquí.  -¡CRISTIAN! Al fin te encuentro, pensé que no llegabas con los papeles. - Peper le arrebato los papeles de las manos y lo jalo hacia su oficina.  Me quedé parada en el mismo sitio viendo la puerta cerrada de la oficina de Peper, el diseñador de está pasarela, esperando poder volver a ver esos encantadores ojos, pero no podía quedarme esperándolo para siempre, tenía que apurarme a cambiar para llegar a la cena de celebración por un desfile más que salió excelente, así que corrí a cambiarme por quinta vez y por suerte la última. 
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