Recuerdos

1587 Words
Anabel No puedo creer todo lo que estaba pasando el día de hoy, nunca creí que mi padre me contrataría un guardaespaldas, menos que ese guardaespaldas fueran con quién estoy empezando una relación y aún menos que lo llevará a vivir conmigo, obviamente se que si supiera los sentimientos que tenemos el uno por el otro nunca hubiera sugerido la mudanza, después de que mi padre se fue Cristian se encargó de preparar la comida en lo que yo subí a asegurarme que el cuarto que ocuparía estuviera despejado y limpio ya que como casi nunca se usan solamente cuando Susan se llega a quedar, saque sábanas y cobijas limpias, así como toallas, trate que no hubiera nada mal con la habitación, también me aseguré que fuera la que está junto a la mía, no quería tenerlo tan alejado de mi. Cristian me llamó para comer juntos, mientras comíamos teníamos que hablar como sería la mudanza y como trataremos todo el asunto. -Lo mejor será que mañana después del trabajo pase por mis cosas. -¿Pero mañana con que ropa irás a la oficina? - ya que el día de hoy cómo había llegado muy temprano a mi casa, traía puesta ropa muy casual, no el traje que comúnmente lleva a la oficina. -Tienes razón, pero no quiero dejarte sola. -Qué te parece si te quedas hoy y mañana temprano vamos a tu casa para que te cambies y prepares unas maletas. -Esa no es mala idea, puedo dejar todo listo para que después de la oficina solo recoja mis cosas. ¿Estás segura que quieres que venga a vivir aquí? - note un poco de dudas en su rostro. -Claro que estoy segura, yo te quiero y me siento mucho más segura si tú estás conmigo.- me pare de la silla, rodeando la mesa me detuve detrás de él y lo abrace por la espalda, el tomo mi mano y depositó un beso en ella. -Estás bien, entonces eso es lo que haremos, en la oficina no habrá problemas ya que siempre llegamos y salimos juntos por el hecho de ser tu chófer. -La verdad es que no me importa lo que digan de nosotros en la oficina- estaba cansada de no poder demostrar mi cariño por Cristian, además me enteré que Sofía había conseguido un empleo en la editorial y era más que obvio que intentaría coquetear con Cristian. -Aun así debemos de ser cuidadosos si lo que dicen en la oficina llega a oídos de Alfred o aún peor a oídos de tu padre no se de lo que sería capaz- Cristian tenía razón, no había considerado esa opción, lo más probable es que no solo lo despidieran sinó también me alejaría de él. -Ok en eso estoy de acuerdo contigo pero quisiera poder entrar a la oficina contigo de la mano. -Y yo contigo, pero tenemos que ser discretos. - él se levantó y me abrazó dándome un beso en la frente. -Bueno y qué quieres hacer hoy, en el resto de nuestro día libre. -Podemos hacer palomitas y ver unas películas, ya mañana nos encargaremos del trabajo y lo demás. - salté de la emoción y corrí hacia la cocina a preparar las palomitas mientras Cristian recogía los platos de la comida, después de que espere a que lavara los trastes fuimos a acostarnos al sofá con una cobija y el molde de palomitas. -¿Qué veremos entonces?- la verdad es que no creía poder terminar de ver ni una película, ya que me sentía muy cansada pero con tal de estar a su lado lo intentaría. -Pues veamos qué hay de nuevo en Netflix- terminamos eligiendo una comedia romántica, pero como supuse no llegamos ni a la mitad de la película cuando sentí como mis ojos se cerraban lentamente hasta quedar completamente dormida. Cristian Estaba más que encantado de estar así con Anabel, ambos acostados en el sofá, abrazados, ni siquiera estaba prestando atención a la película ya que no podía dejar de voltear a verla, cuando note que se había quedado dormida, así que decidí no despertarla y seguí intentando ver la película, cuando terminó la película apague el televisor y tome a Ana entre mis brazos lo más lento que pude para no despertarla, subí con ella las escaleras y la lleve a su recámara, después de acomodarla, baje a medio limpiar y volví al piso superior pero está vez a la habitación junto a la de Anabel, era la habitación que me había dicho sería mía durante el tiempo que viva con ella. Encontré en la cama una bolsa, cuando la revise había una pijama que para mí sorpresa era de mi talla, no sé en qué momento la compro Anabel, pero estaba muy feliz por qué tenía algo de su parte, decidí tomar un baño para despejarme del día tan ajetreado de hoy, después me coloque la pijama nueva y me fui a la cama, tarde un rato en quedarme dormido ya que estaba pensando en cómo sería nuestra situación ahora que viviré en la misma casa, además pensando en cuándo podría llevar a cabo mis planes ya que hoy para mí desgracia todo se arruinó, después de casi dos horas caí completamente dormido. Desperté por el sonido de la puerta del cuarto, cuando abrí los ojos estaba un poco desorientado pero recordé que hoy había sido mi primera noche en mi nueva habitación, me levanté de la cama y abrí la puerta, me encontré con una Anabel recién levantada, con una bata y pantuflas. -Buenos días Cristian, solo quería asegurarme que si te hubieras quedado a dormir, que no me hubieras abandonado.- le dije haciendo un puchero -Cómo crees que te abandonaría, pero te quedaste dormida durante la película hacía que te lleve a tu habitación y después vine a la mía, eso suena extraño aún. - Si que suena extraño pero me agrada, veo que si te quedó la pijama, que bueno - Si, muchas gracias por eso, te parece si desayunamos para después poder ir a mi casa para preparar mis cosas. - bajamos a la cocina y en lo que yo preparaba el desayuno Ana preparaba un licuado para ambos, después nos sentamos a desayunar en la barra de la cocina, Ana se mostraba algo sorprendida. -¿Dónde aprendiste a cocinar tan bien? - pensando en eso recordé de inmediato a mi abuela. -Perdí a mis padres muy chico en un accidente de automóvil, yo iba con ellos, aún no entienden cómo es que sobreviví, después de eso fui a vivir con mi abuela, ella me cuido hasta que falleció pero se encargó de enseñarme absolutamente todo, nunca me faltó nada ella se aseguró de eso. -Lo lamento, no tenía idea de eso. -No te preocupes, me pone feliz recordar a mi abuela, ella siempre fue muy buena y tengo muchos recuerdos felices con ella. - Ana tomó mi mano y me sonrió.- en fin, tenemos que apurarnos o llegaremos tarde a la oficina y aún falta pasar a mi casa, bueno de hecho era de mi abuela pero al fallecer me la dejo en su testamento. -Si que por fin podré estar en tu casa, eso me agrada, entonces subiré rápido a cambiarme.- Ana Bruno de la silla y subió corriendo las escaleras, yo subí detrás de ella y me puse la misma ropa que el día anterior, doble la pijama y la dejé sobre mi almohada, baje a juntar todos los papeles que debíamos de llevar a la oficina cuando escuché unos tacones bajar por las escaleras, gire mi cabeza para verla y me quedé impactado, llevaba puesto un traje color caqui junto con una blusa negra y unos tacones nude, se veía realmente hermosa. -Deja de verme así, sólo me puse lo primero que encontré -Lo lamento pero te ves increíble, como siempre por cierto- cuando termino de bajar las escaleras me acerque a ella y deposite un beso en su mejilla- bueno ya vámonos. Llegamos en poco tiempo a mi casa, realmente no vivía en una zona mala, ya que mi abuelo antes de fallecer se había encargado de comprar una casa donde su hija creciera y dónde sus nietos fueran a visitarlos, claro el nunca se imagino que solo tendría un nieto y que ese nieto terminaría viviendo en aquella casa. Cuando entramos Ana no dejaba de ver todo lo que había, le dije que me esperara en la sala en lo que me cambiaba rápido, subí a mi habitación a cambiarme y en una maleta que encontré trate de poner lo más indispensable, algunos trajes y unos jeans, algo de ropa interior y algunas playeras, guarde un par de tenis, dos pares de zapatos para los trajes, mis pantuflas y unas sandalias, en otra maleta más pequeña puse algunas fotos de mis padre y mi abuela, junto con todas mis cosas de aseo personal, que realmente no eran tantas, baje a ver a Anabel y la encontré con una foto en la mano, me acerque a ella para observar mejor la foto. -Ellos son mis padres, el pequeño soy yo, es la última foto que nos tomamos juntos antes del accidente. -Deberias de llevarla- me dijo extendiendo la foto hacia mi- me gustaría que estuviera en la casa con nosotros- lo único que pude hacer fue jalarla hacia mí y abrazarla, sentía que había encontrado a alguien que realmente había pasado por algo parecido a lo mío y que me entendía a la perfección
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