Suceso inimaginable

2192 Words
Anabel Seguimos un rato sentados en la banca cuando empecé a sentir algo de frío, Cristian se quitó el saco y lo puso sobre mis hombros, me pegó más a él y me abrazó. -Deberíamos entrar o te enfermaras- me dijo Cristian mientras yo seguía temblando bajo sus manos. -Creo que tienes razón, además ya se empieza a ir la gente y tengo que despedir a varios. -Susan se puede hacer cargo de eso junto con Peper. -Susan ya se fue, me acaba de enviar un mensaje, mañana ella y Jorge se irán a su pueblo a ver a su papá y querían estar descansados así que si tengo que entrar a acompañar a Peper. -Está bien, vayamos mientras antes terminemos con esto más rápido podremos irnos a nuestra casa. - nos levantamos de la banca y caminamos a la puerta, antes de entrar quite el saco de mis hombros y se lo devolví, puse mi mejor sonrisa y entre al salón ya no había tanta gente pero sí la suficiente para no poderme ir aún, mi padre seguía hablando con algunos socios entre ellos el señor Esparza con su nueva novia, algunas personas se acercaron a felicitarme de nuevo por el gran espectáculo y la fiesta también, vi a Peper al otro lado del salón también recibiendo cumplidos por su nueva colección, me acerque a él para ayudarle un poco porque ya lo estaban empezando a bombardear con preguntas. -Peper de nuevo gracias por permitirme organizar tu desfile, verdad que fue maravillosa toda la ropa deberían de estar al pendiente para sus nuevos proyectos. - Les dije a las personas que lo rodeaban, todos estaban de acuerdo con mi comentario. -Yo quiero el último diseño, ¿cuándo puedo comprarlo?- preguntó una chica la cual yo ubicaba por su padre, un buen socio del señor Esparza en el bufete de abogados. -No abrumen a Peper con esos detalles, mejor les doy mi tarjeta y se pueden comunicar conmigo yo en persona les avisaré la fecha en que vaya a entrar al mercado la colección para que sean los primeros en enterarse- les repartí mi tarjeta y se fueron muy felices. -Gracias Ana ya no sabía cómo quitármelos de encima, además yo no sé nada de la venta y eso. -Si te note algo confundido desde el otro lado del salón por eso me vi en la necesidad de venir a salvarte, ya casi se van todos si quieres tú también te puedes ir. -Que bueno porque mi pareja me está esperando y la verdad no quiero que se aburra en el coche. -Debiste de haberlo hecho pasar, pero no te preocupes ya vete con él, espero pronto conocerlo- Peper soltó una pequeña risa nerviosa. -Si ya pronto se los presentaré, de hecho quería invitarlos a cenar esta semana que viene a mi departamento a ti y a Cristian, también le iba a decir a Susan y a su novio pero creo que saldrán de la ciudad. -Si irán a ver al papa de Susan pero si quieres podemos hacer la cena el próximo sábado ya que ellos están de regreso. - le sugerí -Eso sería muy buena idea, gracias entonces te dejo para que ya no se haga más tarde. - Peper se despidió de mí y de algunas personas más y salió casi corriendo del lugar, decidí que también era momento de que nosotros nos fuéramos así que le avise a Cristian que iría por mis cosas al camerino y lo veía en la puerta, caminé hacía el camerino algo deprisa en cuanto llegué traté de guardar mis cosas lo más rápido que pude, debí de haberlo hecho antes de ir a la fiesta pero si lo hacía se me hubiera hecho tarde, estaba guardando mi maquillaje cuando escuche la puerta abrirse. -Me hubieras esperado en la puerta ya casi termino. - dije sin voltear a ver quien había entrado. -No creo que fuera a mi a quien le dijiste- gire de inmediato al oír la voz de Carlos. -Ahora que quieres, no te cansas de molestar. - termine de guardar mis cosas para irme. -Tu no te cansas de hacerte la difícil- se acercó a mí y enseguida percibí su aliento lleno de alcohol, estaba borracho- no se a que estas jugando con ese empleado pero ya deberías de aceptar que tu eres mía. - trato de tomarme del brazo pero me hice más para atrás hasta que choque con el tocador el me sujeto por los hombros y se acercó más a mi. -Sueltame y déjame salir, Cristian vendrá por mi. -No que te esperaría en la puerta tú misma lo dijiste además lo vi hablando con mi padre y Joseph , eso nos da tiempo para estar a solas- pasó su rostro por mi mejilla yo intente safarme de su agarre pero no funcionó ya que él me presionó aún más, me empezó a arder donde me tenía sujeta- hueles tan bien, siempre hueles bien, me pregunto cual será tu aroma después del sexo, supongo que exquisito tendré que averiguarlo- enpezo a besar mi mejilla y luego mi cuello yo me retorcia bajo su agarre tratando de liberarme, no quería esto no lo quería con él empecé a entrar en pánico. > Miles de cosas pasaban por mi cabeza y por mis mejillas empezaron a correr lágrimas, seguía tratando de safarme pero eso solo lo hizo enfadar. -Quédate quieta maldita perra, sentirás lo que es un hombro de verdad no como ese maldito muerto de hambre- me soltó de un brazo y pensé que esa era mi oportunidad pero sentí el impacto de su palma en mi mejilla y el ardor que recorrió todo mi rostro, me acababa de abofetear y esa misma mano la pasó por mis piernas, traté de alejarlo con la mano que tenía libre pero eso solo ocasionó que me pusiera de espaldas encima del tocador,con una mano sostuvo mis dos muñecas y co. La otra empezó a subir mi falda, yo me sentía impotente y comencé a gritar, no iba a dejar de luchar. Escuche como alguien comenzó a tocar la puerta desesperadamente pero a Carlos no le importaba él seguía tratando de quitar mi ropa interior, cuando escuche un fuerte golpe y después mis muñecas estuvieron libres, me giré de inmediato para intentar cubrirme y vi a Cristian y Carlos en el piso,rodando uno sobre el otro, Cristian tenía una expresión en su rostro que nunca había visto estaba furioso, se le notaba la rabia en sus ojos, quedó sobre Carlos y comenzó a golpearlo en el rostro y las costillas yo no podía dejar de llorar. -Cristian para por favor, me quiero ir. - Siguió golpeando a Carlos hasta que esté casi estaba inconsciente-Amor por favor me quiero ir- Cristian volteo a verme y yo estaba hecha un desastre, se levantó del suelo tomó mi mochila y con la otra mano tomó la mía llevándome fuera de ese lugar, pasamos por la puerta trasera hasta la camioneta, me abrió la puerta y me subí cerró la puerta y se dio la vuelta para subirse, aventó la mochila al asiento trasero y comenzó a conducir, seguía callado con una expresión furiosa, yo seguía gimoteando y temblando en mi lugar, se detuvo unos kilómetros más adelante y apago la camioneta. -Perdoname Anabel- giró a verme tomando mis manos entre las suyas, recargo su rostro en nuestras manos y pude sentir algo de humedad así que levante su rostro un poco y lo vi llorando, como si de un niño pequeño se tratara- debí de estar contigo, debí de acompañarte, no te debí de haber dejado sola, es mi culpa. -Amor calma no es tu culpa, no sabías que él haría algo así, siempre hago todo eso sola no había necesidad de que fueras tampoco ninguna alarma. -Si te hubiera hecho algo más, lo mató te lo juro, si no me hubieras detenido seguiría golpeandolo. -Basta amor, pero llegaste a salvarme de nuevo, me lo quitaste de encima y estoy contigo ahora, me siento segura a tu lado. - acaricie su rostro y limpie sus lágrimas, él me jalo y me abrazo como si nunca me fuera a soltar, tratando de protegerme y de consolarme- vayamos a casa Cristian encendió de nuevo la camioneta y siguió el camino hasta la casa, guardó la camioneta en el estacionamiento y bajamos de ella, tomo mis cosas del asiento trasero y tomó mi mano, llamó el ascensor pero nunca soltó mi mano, ya en el departamento entramos y caminamos directo a las escaleras, subimos a mi habitación me dejó sentada en mi cama y el saco una pijama para mi y se llevó toda la ropa sucia mientras me cambiaba, regresó ya con la pijama puesta y se acostó a mi lado en la cama, me acurruque a su lado mientras él me tapaba con el cobertor y me cubría con sus brazos. Me sentí a salvo en sus brazos y en un segundo me soltera llorar, no podía parar quería sacar todo el coraje, la frustración, la rabia, la impotencia que sentí en ese momento, quería limpiar mi alma de todo ese mal trago, Cristian solo me siguió abrazando en silencio siendo mi roca, mi escudo, mi guardián y dándome todo su amor y apoyo, creo que lloré como dos horas, llore hasta que no tuve más lágrimas en mi cuerpo para sacar y me quedé profundamente dormida en los brazos de Cristian. Cristian Sentí como Anabel se durmió porque todo su cuerpo se relajo, me mantuve en silencio mientras ella lloraba porque era algo que ella había sufrido y que tenía que desahogar a su modo, yo me siento furioso con ganas de matar al desgraciado pero al final de todo quien pasó por todo esto es ella, a quien dañaron fue a ella y en este momento más que nunca debo de demostrar todo el amor que le tengo y cumplir con mi palabra de apoyarla en todo lo que ella decida, yo quería ir en ese momento a entregarlo a la policía pero la vi en muy mal estado y lo primero que pensé fue en protegerla y sacarla de ese sitio, llevarla a un lugar seguro y cálido donde pudiera procesar sus sentimientos ya que se veía que estaba en shock todavía. Cuando ella tardó en regresar supuse que algo pasaba, luego escuché a una de las modelos quejándose de que su pareja de esa noche se había emborrachado y la había dejado sola, así que decidí ir a buscar a Ana y en cuanto oí sus gritos sentí como toda la sangre me hervía y se me subía a la cabeza, aún no se de donde saque fuerzas para tirar la puerta y golpear a Carlos hasta casi matarlo, si no hubiera sido por Ana seguramente en este momento estaría preso y no aquí junto a ella consolandola, toda la noche me costó quedarme dormido, traté de moverme lo menos posible para no molestar a Ana, me levante como a las ocho de la mañana y muy suavemente salí de la cama sin despertarla, baje a preparar algo de desayunar para los dos y volví a subir a la habitación, Ana seguía dormida así que me senté en la cama y la llame por su nombre muy suave, ella comenzó a moverse y a despertar. -Buenos días amor, te traje de desayunar. - ella frotó sus ojos con sus manos y se enderezó en la cama para poder comer. -Gracias por esto amor, se ve muy rico. -Es lo menos que puedo hacer por ti, después del desayuno me gustaría que habláramos sobre lo que quieres hacer con lo de anoche-Ana estaba a punto de darle una mordida a su pan cuando le dije eso, dejó su pan de nuevo en el plato y volteo a verme muy seria. -Lo estuve pensando y antes que nada quiero ver a un abogado, quiero asesorarme para saber si no pueden demandarte por los golpes que le diste, también sobre todo lo que tendría que hacer en caso de querer levantar una denuncia. -Yo te apoyo en lo que decidas, creo que es buena idea ver lo de la golpiza, aunque no es nada con lo que le quería hacer. -Lo sé amor, pero debemos de estar preparados para todo así que sacare una cita con el abogado, mientras podemos comer que me muero de hambre. -Si claro, perdón por interrumpir - Ana solo se rio y volví a tomar su pan, terminamos de desayunar y me lleve las cosas a la cocina mientras Ana hablaba con una abogada muy buena que conoce y que no trabaja para él padre de ese sujeto, volví al cuarto y me comentó que la cita la tendríamos hasta el día de mañana así que decidimos quedarnos en la cama viendo películas y comiendo golosinas, yo haría lo que ella quisiera con tal de verla feliz y tranquila aunque por dentro quiero salir en busca de Carlos y matarlo enterrarlo vivo, pero no quiero causarle problemas a Ana y tampoco la dejaré sola, no después de lo sucedido.
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