Momento mágico

2037 Words
Anabel Nos acercamos a la mesa para cenar, el como siempre muy caballeroso y me abrió la silla para poder sentarme y después se sentó él, Susan consiguió un menú exquisito de un restaurante que me fascina y espero que a Cristian le guste también, después de una muy rica cena y una charla muy amena decidimos pasar a la sala para estar un poco más cómodos. -¿Quieres que traiga una botella de vino?- me preguntó -Si por favor, en la cocina la puedes encontrar. En lo que él iba por la botella yo decidí traer unas mantas y unos chocolates para poder sentarnos en el piso un rato. El apareció cerca de mí con una botella y dos copas, le hice una seña para que se sentará junto a mi en las mantas lo que hizo con un poco de pena, sirvió las copas y me entregó una. -Creo que es la primera vez que pasó tanto tiempo en tu departamento- me dijo mientras tomaba un poco de su copa -Si, pensé que después del accidente no volverías a querer entrar a mi casa nunca.- él solo empezó a reír -De hecho ese mismo día volví aquí. - eso realmente me sorprendió -No tenía idea, ¿Porque volviste? -No recordaba si habíamos cerrado el departamento, con todo el alboroto con la ambulancia y agarrar las cosas rápido, entonces decidí asegurarme que todo estuviera cerrado, que la verdad tu edificio es muy seguro pero no quería que te pasará nada malo. -Oh ya veo, entonces tú fuiste quien limpió todo el lugar. -Si, no quería que te preocuparas por nada, solo quería que llegaras y descansarás después del día tan largo que habías tenido. - no podía creer que este hombre tan maravilloso estuviera aquí frente a mi. -Wow eres increíble, no solo eres caballeroso, eres atento, simpático, inteligente y muy guapo. - lo último lo dije sin pensar pero es que realmente me provocó mucho en mi. -Entonces crees que soy guapo- lo dijo con una sonrisa de lado muy sensual. -Esssteee…… yo….. la verdad si, eres muy guapo y tú lo sabes aunque a veces actúas como si no supieras.- mis mejillas pasaron a rojo tan rápido que sentía como ardían. -Yo también creo que eres muy atractiva, inteligente, sensible, pero sabes cómo dirigir y ser una líder, realmente te admiro.- sentía como mi corazón latía tan rápido que pensé que se me saldría del pecho. Cristian Estábamos tan cerca uno del otro, después de todo lo que nos habíamos dicho sentía que me sudaban las manos y como mi pulso se aceleraba, me acerque un poco a ella y coloque mi mano en su mejilla, ella se recargo en mi palma y sonrió, ella realmente me derretía sentía que me estaba enamorando de ella. Me acerque un poco más sin quitar mi mirada de la suya y luego la dirigía hacia esos labios que se veían tan tentadores, sentía su respiración y la mía mezclados a nada de por fin unir nuestros labios y sonó su celular, me separé de ella un poco molesto la verdad. -Buenos, ¿Quién habla?- su mirada también era de molestia pero de un momento todo su rostro mostró preocupación.- Si no te preocupes, voy para allá de inmediato.- colgó la llamada y se levantó de dónde estábamos. -¿Que paso?¿Todo está bien?- me levanté de las mantas y me acerque a ella. -Perdón, es que mi nana se puso mala y me llamó su esposo, que ya llamaron al médico de la familia pero mi padre está de viaje y él realmente está muy preocupado, tengo que ir a verlos. -No te preocupes, si quieres yo te llevo, es muy tarde para que vayas sola y además estás muy nerviosa. - ella giro a verme con un gran brillo en sus ojos. -En serio muchas gracias, deja agarro mi bolsa y nos vamos. No tardamos ni cinco minutos y ya estábamos en la camioneta de camino a su casa de la infancia, si padre seguía viviendo en ella después de que ella se mudó porque tenía muy buenos recuerdos en ella a pesar de que casi siempre estaba de viaje, Ana iba muy poco porque en ocasiones le hacía recordar a su madre y eso la ponía triste. Después de una media hora llegamos a una zona residencial donde se podían ver muchas mansiones bastante grandes y caras a mi parecer, me indico cual era la de su padre y entramos en ella, estacione la camioneta en la entrada principal apenas nos habíamos bajado y ya había un señor como de unos 60 años en la puerta esperándonos. -Señorita Ana, muchas gracias por venir- la abrazo de una forma tan protectora. -Solo Ana, lo sabes Víctor, él es Cristian Ferrer un amigo- le indico al señor Víctor mientras me señalaba. -Un placer señor. - le dije extendiendo mi mano -Joven Ferrer es un placer conocerlo, perdón por la forma en que lo conozco. -Solamente Cristian por favor, es como mi abuela me enseñó. - él señor me sonrió de una forma algo extraña -Pasen por favor, el doctor ya está revisando a Mary, les serviré un café en lo que él sale. -Gracias, subiré rápido a cambiarme, puedes esperarme en la sala si gustas Cristian. -Si claro, aquí te espero. Desaparecieron muy rápido de mi vista ambos mientras yo me dedique a observar todo a mi alrededor, si creía que el departamento de Ana era lujoso esto lo era aún más, en la sala principal sobre la chimenea se encontraba un retrato de una mujer muy hermosa, tenía los mismo ojos que Ana no podía dejar de mirar el cuadro. -Ella es mi madre- me dijo Anabel detrás de mí, de inmediato voltee a verla. -Es realmente hermosa, te pareces mucho a ella. -Era la mujer más sensible y bella que conocí, se llamaba Clara, murió cuando yo tenía 9 años, desde entonces Mary se convirtió en esa figura materna que no tenía, por eso me altere tanto cuando Víctor llamó, perdón otra vez por arruinar nuestra cena. -No te preocupes te entiendo, mis padres también fallecieron cuando yo era niño, murieron en un accidente, realmente no los recuerdo bien pero mi abuela se encargó de mi, por ella soy quien soy. Llegó el señor Víctor con el café y nos sentamos a esperar a que bajaron el doctor, la espera se nos hacía eterna, Ana realmente se veía preocupada pero junto a Víctor se comportaba como una roca para darle todo su apoyo, en eso oímos las escaleras y de inmediato nos paramos, era el doctor que ya había terminado. -Ana, qué bueno que vinieras, Mary estará feliz de verte. No te preocupes por nada Víctor ella se encuentra bien, solamente es el cansancio, a su edad ya no debería de esforzarme tanto como antes, estar a cargo de esta casa no es una tarea fácil, le mandé reposo y algunas vitaminas, trata que no trabaje tanto. -Gracias doctor pero conocemos bien a mi esposa y esa sería una tarea aún más difícil para ella,pero lo intentaré, lo acompañó a la puerta. -Por favor que ya es tarde y mi mujer me matará por no cenar con ella, nos vemos Ana, salúdame a tu padre y a tu abuelo por favor. Después de que el doctor se fue Ana parecía más aliviada y tranquila. -Ire a ver a Mary, antes de que vuelva Victor.- subió las escaleras corriendo rumbo al área de cuartos supongo. -Quiere aparentar que es muy fuerte pero realmente se preocupo por mi mujer- escuché al señor Víctor a mi lado -Es solo que realmente está agradecida con su esposa, es como una madre para ella. -Parece que la conoce muy bien Cristian, ¿cuánto tiempo llevan saliendo? -No estamos saliendo, somos compañeros de trabajo y amigos nada más, bueno por ahora. - no pude evitar recordar el pequeño momento que tuvimos antes de la llamada. -Ya veo, pues a ella realmente le importas, de no ser así no te habría traído a la casa, ni te habría hablado de su madre y de Mary, ella no siempre le cuenta eso a las personas procura ser más cuidadosa e introvertida, ya la han lastimado muchas veces. - eso era algo que realmente yo no sabía y me sorprendió, yo pensé que era una mujer muy abierta y explosiva pero al parecer todas mis suposiciones estaban equivocadas. Después de una media hora bajo Ana más tranquila y el señor Víctor fue a ver a su mujer, nos sentamos un rato en el sofá en silencio uno a lado del otro y recargo su cabeza en mi hombro, cuando volteé a verla ella se había quedado completamente dormida, no quise despertarla así que solo me quedé a su lado admirando cada milímetro de su hermoso rostro, sintiendo su respiración cerca de mi y su aroma inundando mis fosas nasales, no supe ni en qué momento pero también caí rendido en los brazos de morfeo. Anabel Desperté por el aroma de café que emanaba de la cocina, cuando gire un poco mi rostro noté que estaba dormida en el sofá envuelta en los brazos de Cristian, trate de recordar todo lo que había pasado la noche anterior, desde nuestra increíble cena y el tan mágico casi beso que tuvimos, como recibí la llamada de Víctor y sentí que todo mi mundo se venía encima y como Cristian me trajo hasta mi casa y se quedó a cuidarme, creo que estaba más que claro que él realmente sentía algo por mi, ahora teníamos que hacer que nuestra relación floreciera aún más. Traté de levantarme muy lento para no despertarlo pero de inmediato sentí como se ajustaba su agarre, así que decidí descansar un poco más junto a él, pasaron como diez minutos hasta que escuche unos pasos, me safe de su agarre y me incorpore pude ver a mi nana parada a mitad de las escaleras y con una enorme sonrisa en su rostro, rápido me acerque a ella. -Que haces fuera de la cama, el doctor te mando reposo. -No me vas a presentar a tu amigo, Víctor me dijo que era guapo pero no me dijo que tanto, ahora entiendo porque lo trajiste. - comenzó a reír y yo la lleve de vuelta a su cuarto. -No es nada de lo que crees, él me hizo el favor de traerme y estábamos muy cansados y nos quedamos dormidos en la sala, pero nada más. -Nada más, pero no dijiste que estabas cenando con él ayer, eso no suena a nada más. -Nana basta por favor, bueno es un amigo especial, aunque aún no se que tanto, apenas estamos viendo que tan en serio va lo nuestro es algo muy nuevo. -Pero puedo notar que tú ya estás enamorada de él, verdad mi niña. - mi nana me conocía muy bien, ella sabía cuándo me enamoraba y cuando estaba triste por algún tonto que me engañaba. -La verdad es que sí, pero estoy llevando esto lentamente, no quiero que me lastimen otra vez, ya he sufrido mucho. -Lo se mi niña, he estado junto a ti en todas esas ocasiones y sufro junto contigo, pero no te puedes cerrar al amor y por lo que me dijo Víctor, ese muchacho también siente algo muy fuerte por ti. Eso era algo que no me esperaba escuchar, pero no me quería hacer ilusiones así que no me obsesionaria con eso, después de dejar a mi nana en su cama y de asegurarme que todo el demás personal de la casa supiera que no podían molestarla, decidí buscar a Cristian para regresar a mi departamento, lo encontré en la mesa de la cocina desayunando con Víctor y conversando muy amenamente, eso me daba una buena señal de él, comúnmente mus ex's trataban muy mal a los trabajadores, pero él no, los trataba con mucho respeto y no menosprecia a nadie. Me senté a desayunar con ellos y después de bromear y platicar por más de una hora nos despedimos de Víctor y nos subimos a la camioneta para regresar a casa.
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