Noche tormentosa

2562 Words
Anabel Se que debo de confiar en Cristian y lo hago pero no confío en Sofía, siempre logra entrometerse en mis relaciones y a pesar de que aún no somos novios no quiero que esto termine tan pronto. Durante el almuerzo realmente no presté mucha atención a todo lo que decían solo logré entender algo de conocer a sus mamás para hacerlo más formal y sobre algunos asuntos de trabajo, pero mi mente seguía tratando de encontrar el motivo por el que Cristian aún no me pedía ser su novia, en definitiva si no se anima tendré que hacerlo yo, para mí no sería ningún problema tomar la iniciativa, regresamos a la oficina y tuve algunas juntas con los jefes de departamento, esto me llevó casi todo el resto de la tarde, Cristian siempre iba conmigo tomando notas y apoyándome con algunos documentos, pero nuestra interacción no pasaba a más, ambos sabíamos ser profesionales con nuestro trabajo, en un momento de la junta apareció Sofía por la puerta, traía algunos papeles para su jefa, pero no desaprovechó la oportunidad para intentar coquetear con Cristian, la verdad ella era muy guapa y tengo algo de miedo que Cristian al igual que el resto de hombres en esa reunión lo notará, pero a él parecía no importarle él incluso no se percató de la presencia de ella, lo cual se nota que le molestó porque se fue bastante molesta, eso me hizo confiar más en él, realmente me todo lo que él hiciera influía mucho en mi y mi humor. -Princesa ya terminamos, ¿Que quieres que prepare hoy para cenar? - me dijo Cristian, cuando gire a ver el reloj ya eran las siete de la noche, después de la junta me había metido tanto en los papeles que tenía que revisar que se me fue el tiempo muy rápido. -Deja guardar estos papeles y nos vamos, lo que tú quieras preparar estará bien tú eres el experto en la cocina- el me dio una enorme sonrisa y salió de la oficina, me apure a guardar todo para poder irnos, salí de la oficina con mi bolsa y salimos rumbo a la camioneta, el camino a casa estuvo algo silencioso, Cristian parecía estar pensando mucho sobre algo, me intrigaba que era pero no quería incomodar así que me mantuve en silencio, recargada en la ventana viendo las luces de los edificios por los que pasábamos. Llegamos a mi departamento, yo me adelante ya que él tenía que bajar sus maletas, en cuanto pase por la puerta dejé mis cosas en el armario junto a la puerta y subí a mi habitación a cambiarme la ropa por algo más cómodo, en lo que me estaba cambiando escuché a Cristian subir por las escaleras así que salí para ayudarle a llevar sus cosas al cuarto. -Luego desempaco, primero bajaré a hacer la cena, te aviso cuando esté lista- me dio un beso en la frente y bajó a la cocina, a veces sus cambios de humor me confunden como pasaba de estar tan serio a ser cariñoso, entre a mi cuarto para terminar de desmaquillarme, Cristian me avisó que ya estaba lista la cena y baje, cuando me senté me dio un plato con spaghetti alfredo con hongos, se veía delicioso no sabía cómo es que le había dado tiempo de prepararlo tan rápido. Mientras comíamos Cristian volvía a quedarse serio, esto estaba empezando a molestarme, si no quería estar conmigo sería mejor que me lo dijera. -¿Te encuentras bien? Si no te gusta estar conmigo puedo comer aparte. - al parecer le sorprendió mi comentario. -Nada que ver princesa, ¿por qué dices eso? -Pues estás muy serio y distante, también en todo el camino para acá. ¿Tiene algo que ver con nosotros? - él tomó mi mano y se acercó a mi. -No tiene nada que ver contigo, solamente estoy pensando que yo había planeado una cita para nosotros pero después de lo que sucedió estos días todo se arruinó. -No tenía idea, lo lamento pero todo el día de hoy te note un poco distante, perdón no quería parecer tan insistente o hacerte sentir incómodo. -No te preocupes amor, al contrario es bueno que me preguntes y tengas la confianza de decirme si algo va mal, yo trataré de hacer lo mismo, es solo que nunca estuve en una relación así, casi no confío en la gente y siempre me guardo las cosas. -Si quisiera que me dijeras que te pasa así podríamos resolverlo juntos y sobre la cita no te preocupes tendremos muchas, siempre que estemos juntos para mí será especial.- me incliné hacia él y le di un pequeño beso en los labios, cuando me separé él me sonrió y me jalo de vuelta hacia él haciendo que me levantara de mi silla y terminará sentada en su regazo, me besó con una intensidad lo sentía tan cerca podía sentir su corazón pegado al mío, entrelace mis manos en su cabello empujándolo más hacia mi para que no se separará, cuando sentí que nos faltaba el aire me separé. -No tienes idea de cuánto te quiero, se que llevamos solo unas semanas de conocernos pero no quiero que nunca te vayas de mi vida.- sus palabras me sorprendieron pero me hacían sentir muy feliz. -Yo tampoco quiero que nos separemos, por eso quiero preguntarte algo desde hace unos días.- antes de que dijera algo él puso su dedo sobre mis labios. -Sé lo que quieres decir pero aún no es el momento, quiero que sea algo perfecto e inolvidable.- terminamos de cenar y le ayude a lavar los trastes para dejar todo limpio, nos sentamos a ver un rato la televisión cuando me di cuenta que ya eran casi las doce de la noche, así que decidimos ir a dormir, entre a mi cuarto y trate de dormir pero no podía, además empezó a llover muy fuerte y algo que muy pocos sabían es que me aterraba las tormentas fuertes, de repente sonó un trueno muy fuerte y vi la luz del rayo a través de la ventana brinque fuera de la cama y salí de mi cuarto rumbo al cuarto de Cristian, entre lo más rápido que pude. -¿Cristian estás dormido?- vi como se empezaba a mover un poco en la cama. -Ya lo estoy, ¿Qué pasó?- me acerque a su cama y quedé paredes junto a ella. -Es que no puedo dormir, quería ver si me podía quedar contigo esta noche.- el se recorrió un poco en la cama, levantó las cobijas y palmo el espacio del colchón junto a él. -Claro que si, yo estoy aquí para cuidarte, recuérdalo. - me acosté junto a él y me tape- ¿Y qué fue lo que te asustó? -Es que me da pena, pensarás que ya soy muy grande para eso.- se recargo en un brazo mientras que me observaba. -Yo nunca pensaré eso de ti, yo te quiero y te escucharé, creeré en todo lo que me digas y te apoyaré en lo que pueda, ahora cuéntame qué pasó. -No me gustan las tormentas, cuando falleció mi mamá esa misma noche cayó una tormenta muy fuerte, siempre que eso pasaba ella iba a mi cuarto y se recostaba conmigo mientras me cantaba pero esa noche ella no estuvo para mí, desde entonces me dan mucho miedo. -Ahora yo seré quien se acueste contigo y te cante en cada tormenta mi princesa- me jalo hacia él haciéndome recargar en su pecho, comenzó a acariciarme el cabello y comenzó a tararear una canción que nunca había oído. - Moi je n’étais rien Et voilà qu’aujourd’hui Je suis le gardien Du sommeil de ses nuits Je l’aime à mourir Vous pouvez détruire Tout ce qu’il vous plaira Elle n’a qu’à ouvrir L’espace de ses bras Pour tout reconstruire Pour tout reconstruire Je l’aime à mourir -Que hermosa canción, no sabía que hablabas francés, ¿Dónde la aprendiste? -Mi abuela la ponía muy seguido durante casi un año antes de morir, siempre se veía feliz cuando la escuchaba.- solo le sonreí mientras él volvía a cantar- Elle a gommé les chiffres Des horloges du quartier Elle a fait de ma vie Des cocottes en papier Des éclats de rire Elle a bâti des ponts Entre nous et le ciel Et nous les traversons À chaque fois qu’elle Ne peut pas dormir Ne peut pas dormir Je l’aime à mourir No supe ni en qué momento me quede dormida en sus brazos tampoco note en qué momento dejó de llover, solo lo escuchaba a él y nuestros corazones que estaban sincronizados. Cristian Seguí cantándole hasta que se quedó dormida, no tarde mucho en caer dormido también con ella pegada a mi pecho, sonó el despertador a las seis de la mañana, sentí el peso de Anabel sobre mi no quería levantarme pero tenía que hacerlo, así que la deje muy lentamente sobre la almohada y fui al baño para ducharme rápido, cuando salí Ana ya no estaba en mi habitación, me vestí lo más rápido que pude solo me puse un pantalón de vestir n***o y una camisa negra también junto con un blazer azul rey, coloque un pañuelo blanco en la bolsa del blazer y unos mocasines negros, baje a preparar unos pancakes para el desayuno en lo que Ana bajaba. -Buenos días Cristian- Ana se acercó por detrás de mí y me dio un beso en la mejilla. -Buenos días princesa, ¿Cómo dormiste?- note que se ruborizaba mientras colocaba un plato frente a ella. -Muy bien gracias a ti, tanto que no note cuando sonó la alarma ni cuando te levantaste. -Es que no quise despertarte, te veías tan dulce mientras dormías pensaba despertarte cuando saliera de bañarme. -Esta bien, terminemos de desayunar para ir a la oficina, por la tarde tenemos que ir a ver a Peper para que me muestre el avance de su colección. -Claro, Susan me pasó tu agenda con contactos y direcciones.- terminamos de desayunar y salimos del departamento tomados de la mano, aquí no había que escondernos, podíamos demostrarnos lo mucho que nos queríamos. Durante el camino Ana puso algo de música mientras cantaba yo solo podía observar y sonreír. -Tu me cantaste anoche, hoy te cantaré yo- no pude evitar reírme mientras ella seguía cantando. Llegamos a la oficina y empezamos a trabajar, tenía que avanzar lo más que pudiera antes de la hora en que nos fuéramos a ver a Peper. -Hola Cristian- levanté la mirada para saber quién era y me tope con unos ojos azules que me miraban fijamente y muy de cerca. -Hola señorita Sofía, ¿Puedo ayudarle en algo? -Te dije que me dijeras Sofía solamente, mi jefa manda estos papeles para Peper, me dijo que te los diera ya que ibas a ir a verlo. -Así es, la señorita Anabel y yo iremos a ver a Peper por la tarde.- note una sonrisa de su parte -Así que también le dices señorita a Anabel, pensé que serían más cercanos ya que trabajan todo el día juntos. -Ella es mi jefa, no puedo llamarla solo por su nombre. -Conmigo si puedes, ya que somos amigos y si tú quisieras algo más. - trate de alejarme de ella porque no quería otro malentendido con Anabel. -Algo más que necesite señorita Sofía- al parecer no le gusto que no la tuteara porque se dio la vuelta muy rápido y se fue. Voltee disimuladamente para dentro de la oficina y pude notar como Anabel se reía, al parecer si vio toda la escena incluso como Sofía se enojó y se fue, entre para darle los papeles que me acababa de dar Sofía. -Sofia me acaba de entregar estos papeles los manda la jefa del departamento de creatividad son para Peper. -Si muchas gracias, se los llevaremos por la tarde, por cierto ¿quieres ir a comer antes de ir con Peper? -Si claro,¿Al lugar de siempre? -Esta vez te quiero llevar a otro lado, se que te gustará.- salí de la oficina tratando de pensar a dónde quería Ana que fuéramos, seguro a un restaurante caro de los que acostumbra ir. Salimos del estacionamiento de la editorial y ella me iba guiando, salimos un poco del centro de la ciudad hasta llegar a un pequeño parque, nos bajamos de la camioneta y ella sacó una canasta de la cajuela. -¿Cuando metiste esa canasta a la camioneta? No me di cuenta que venía atrás. -ella solo se rió y caminó hacia el parque -Digamos que tengo algunos trucos que aún no conoces- de inmediato pensé en Susan, ella había ayudado con la cena que Anabel me preparo en su departamento. Caminamos hasta abajo de un gran árbol, sacó de la canasta un gran mantel y lo puso en el pasto, después nos sentamos en él y sacó algunos moldes con bocadillos y postres. -Nunca en mi vida me habían invitado a un picnic. -En serio, ¿ninguna de tus novias te preparo alguno? -Es que no duré mucho con las dos novias que tuve, siempre decían que no les daba el tiempo que ellas necesitaban, o bueno esa fue la explicación que me dieron después de que la primera me terminará y la segunda me engañara con su entrenador. - note que Anabel estaba sorprendida, pero ya no pregunto más del asunto. - ¿Cómo conociste este lugar? -Mi madre me traía de niña antes de que enfermara, me contó que en este mismo lugar es donde conoció a mi padre y en dónde él le propuso matrimonio unos años después. -Entonces este lugar es especial para ti. -Si, mi padre ya no viene para acá, dice que le recuerda a mi madre y eso lo pone triste, pero cuando aún era pequeña le pedía a Víctor que me trajeras aunque fuera unos minutos para sentirme cerca de ella. A veces cuando comencé a modelar estaba muy ocupada pero siempre me hacía un pequeño espacio para poder venir. - por la mejilla de Ana corrió una lágrima, saque el pañuelo de mi blazer y se lo extendi. -Gracias, no hay muchas personas que carguen con un pañuelo de tela. -Vieja costumbre, mi abuela siempre me colocaba uno en el saco de la escuela, decía que un caballero debía de estar preparado para secar las lágrimas de una dama. -Tu abuela era una persona muy sabia y se nota que se preocupaba por ti. -Siempre fue mi pilar, me dolió mucho cuando falleció pero me educó bien para poder vivir sin ella. - recordar a mi abuela también me hizo recordar su muerte y lo extraño de ella. -Bueno, será mejor que no vayamos tarde con Peper. -Tienes razón y a él no le gusta la impuntualidad.- ayude a Anabel a guardar todo de nuevo en la canasta, la cual yo me lleve de regreso y caminamos hacia la camioneta tomados de la mano cada vez me sentía más cerca de Ana, no me estaba enamorando de ella, ya estaba completamente enamorado de ella, solo esperaba que ella se sintiera igual. Link de Je l'aime à mourir, Francis Cabrel https://youtu.bewSVP_rTUUY amorado
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