Miguel.
.
Actualidad
.
—BUENAAASS. —bajo del auto viéndola a Rosita barriendo su vereda—. Eh mujer, no puedes ser cada día mas hermosa.
—Ay neneeee. —me da una palmada mientras la abrazo—. Tu tan coqueto como siempre.
—Aaaah, asi gano chicas nena, no me las espantes.
—No te hagas el loco. —quedo parado viendo como llega un auto del lado de la casa de mi mamá—. Llegaron vecinos nuevos y yaaaaa hay problema con tus hermanos.
—¿Con cuál?. —veo venir a una chica con quién creo su mamá del brazo.
—Con Gonzalo.
—¿Qué pasó?, mi mamá no me va a decir nada... Llámala.
—VECINAAAA. —con Rosa nos adelantamos a las mujeres—. Vecina, él es Miguel, el hermano mayor de los chicos, a él le tienen que decir las cosas y él le pone los puntos.
—Hola. —estiro la mano a la señora—. Miguel.
—Norma... —le sonrío a la chica que esta roja.
—Yohana
—Mucho gusto Yohana... —me da risa porque le tengo la mano y ninguno suelta al otro, la suelto y se friega las manos—. Rosa me dijo que me quieren decir algo de mis hermanos.
—MIE, MAMÁ DICE QUE ENTLES.
—Toma. —Alma viene corriendo a abrazarme, le doy un beso en la cabeza y la bolsa con facturas que traje—. Lleva adentro, preparen la leche que ya voy.
—¿Podemos comel algo?.
—Siii, coman no mas, y dile a Gonza que venga.
—Su, ya digo. —va saltando a la casa y mi mamá mira de la ventana, sabe que es una queja y lo que va a pasar.
—Bien, díganme qué pasa.
—No queremos problemas Miguel.
—No se preocupe, lo que quiera decirme dígame señora, no se preocupe.
—Bueno, pasó que hace unos días su hermano estaba con un martillo golpeando aca. —señala el nicho de gas donde si, esta un poco picado—. Sali a decirle que no golpee y me comenzó a insultar, le dije que vaya a su casa y le dije a su mamá y me dijo que no creía nada, el tema es que alquilamos y vamos a tener problemas. —me giro cuando escucho que sale.
—Ven aca Gonzalo. —niega viéndome—. Ven aca te digo, no me hagas ir por ti que estoy cansado. —viene a mi lado que lo envuelvo por los hombros—. ¿Fue este vecina?.
—Si, él.
—Bien, gracias por decirme, hablo con él y sale a arreglar esa pared... —lo miro a Gonzalo sonriendo y él super serio—. ¿Tienes algo que decir?, tiene algo que decir vecina, espere.
—Vecina disculpe, no va a volver a pasar.
—¿Y qué mas?.
—Le pido disculpas por insultarla, no me di cuenta.
—Que no vuelva a pasar por favor.
—No va a volver a pasar vecina, ¿Viste que no va a volver a pasar Gonzalo?.
—No vecina, no va a volver a pasar.
—Ahora entra a la casa que ahí voy y hablamos. —va a la casa corriendo y le sonrío a las dos—. Bueno, espero este todo bien, cualquier cosa que pase me dicen y arreglado, sé que son atrevidos y mi mamá no hace nada, asi que me dicen o le dicen a Rosita y ella me avisa.
—Gracias, no queríamos problemas pero necesitaba decir eso, lo demás es pasable.
—¿Qué demás?.
—Como la música Migue. —la miro a Rosa que habla—. Ya hablé con tu mamá de la música muy fuerte a toda hora.
—Ah bien, ahora lo arreglo.
—Bien, nos vemos vecino, y mil disculpas.
—No pasa nada, hay que vivir tranquilos... —entran a su casa y yo las miro a las dos, la chica cuando cierra el portón me mira sonriendo y yo alzo la mano—. Nos vemos vecina. —la miro a Rosa ya re serio—. Voy a arreglar esto de una vez. —me saco el cinto y ella niega—. Nos vemos Rosi, si escuchas gritos no es una masacre, son los gritos de estos que no se aguantan nada.
—Cálmate nene, no te pases.
—Aaajjj. —muevo el cuello riendo—. Nos vemos Rosita, que descanses. —entro a la casa sonriendo porque solo esta mi mamá con Alma y Manuel en la mesa—. ¿Dónde están?.
—Miguel no te pases, estan aprendiendo a respetar.
—Aja, mientras tanto los dejo que sean unos atrevidos. —quiero ir a pasillo pero no me deja, se para adelante—. Muévete.
—Miguel basta, no sabes como pasan las cosas.
—Mamá muévete. —voy a la habitación de ellos y lo veo abajo de la cama—. Aca estas.
—Noooo, Miguel no me pegues. —lo agarro de la piernas sacándolo de abajo—. MAMAAAA.
Me saco las ganas de darle su buen paliza a él y a Isaac que venia a darle a él por una notificación de cita porque insultó a un profesor y se sumó Gonza, estos se creen que se me pasan las cosas, creen que me olvido o que no me van a decir lo que hacen, y es todo lo contrario, ya deberían de saber que me dicen, que vengo y los acomodo y voy a seguir viniendo a acomodarlos, Rosa me pasa la info de lo que hacen, el negocio lo tengo yo, y solo Manu esta en esto, los otros se estan haciendo los mafiosos y asi los voy a acomodar, y si pudiera la acomodo a mi mamá que no sé que le pasa, defendiendo a estos pendejos de mierda que no dejan vivir.
—Listo. —voy a la cocina pasándome las manos por la cabeza—. VENGA A DESAYUNAR O LOS VOY A BUSCAR.
—Mmm Mie mia. —voy con Alma que me convida de la factura.
—Mmm que ricoooo.
—¿Qué vas a tomar?.
—Una leche con chocolate... VENGAN, NO HABLO MAS. —vienen secándose las lágrimas y se sienta en silencio—. Isaac, ve a ayudar a mamá, Gonzalo tráeme los boletines de inmediato. —va al mueble donde los dejan.
—¿Yo te tlaigo mi cualeno?.
—Si, trae que quiero ver que dice la seño. —va corriendo a buscarlo y Gonzalo no deja de llorar—. La cortas, bien que cuando haces cagadas no lloras. —viene sentándose y me da los boletines—. Mírame Gonzalo... —lo hace con tremenda cara—. Cuando haces algo tienes que ser igual de macho para recibir la contra, porque esto de llorar no es de un hombre como dices que eres, eres un cobarde que no enfrenta lo que hizo, ¿eres un cobarde?.
—No.
—Entonces la cortas, y me vienen a decir que los molestas... Y esto es para todos... Me vuelve a decir que los molestas los voy a llevar de los pelos a que pidan disculpas, y después vas a ir a arreglar esa cagada que hiciste.
—Mila Mie, aca. —reviso los boletines y los cuadernos de comunicaciones, hay una reunión de padres en unos días por Beto, ahi va a ser otra paliza porque seguro algo hizo o dijo algo, y Almita todo bien, re participadora, comunitaria y sociable, ella ni un drama.
—Vamos afuera asi veo que Gonza arregle eso, ah, y me suben el equipo de música con los parlantes al auto. —salgo sin decir mas nada y me paro en la vereda fumando un cigarro y veo a todos lados.
—¿Miguel cómo estás?.
—Bien. —le doy la mano al de al frente—. ¿Qué pasa?.
—Quedé sin trabajo y quería saber si tienes algo.
—Ah, bien... —salen Gonzalo con Isaac con un balde con mezcla asi arregla lo que hicieron—. AVISEN A LA VECINA, NO SEAN PREPOTENTES... —con mala gana golpean las manos—. Ve a ver a Mateo, ahi le aviso que vas.
—Dale, gracias.
—¿Cómo va el barrio?.
—Anoche andaba un auto dando vueltas.
—¿Cómo era?.
—Uno azul, andaban unos arriba.
—Bien, hoy me pego una vuelta.
—VECINO.
—No vemos, ve con Mateo. —me acerco a la chica que sale sonriente—. Vecino gracias.
—No es nada, cualquier cosa que pase asi le digan algo me dices y yo lo arreglo. —con mala cara Gonzalo se pone a arreglar lo que rompió, que sigo sin entender porqué hizo eso—. No tengo idea de porqué hizo eso.
—Yo tampoco lo entiendo. —se rie viéndolos y yo la miro.
—¿Cuándo se mudaron?.
—Hace una semana mas o menos.
—Ah mira, no sabia nada, no los eh visto.
—Ni nosotros a ti, quedamos sorprendidas con mi mamá cuando viniste a hablar con nosotros.
—Va, ¿de verdad nunca me vieron venir?.
—Noo, de verdad, ni siquiera tu auto.
—Mira... No prestas atención entonces.
—Si lo hago.
—No lo haces.
—Que siiii.
—Que noooo. —nos reimos los dos y mis hermanos me miran frunciendo las cejas—. Sino hubieras visto que vengo a diario.
—¿De verdad?.
—Si, los llevo y los traigo de la escuela.
—¿En este auto?.
—A veces vengo en camioneta.
—Ah bueno, si vienes con diferentes vehículos mas vale que no te voy a ver.
—La próxima toco bocina asi sabes que soy yo. —se rie asintiendo.
—¿Cómo hago Miguel?.
—Primero moja la pared y ahi le tiras la mezcla, a ver como esta. —Isaac va a buscar agua en una botella y me acerco agarrando la cuchara de albañil y muevo la mezcla—. Le falta cemento a esto, ve a buscar en una tarro y le echas de a poco. —vuelvo con la chica parándome al lado—. Estos pibes no aprenden mas.
—¿Trabajas de construcción?.
—No, trabajo de seguridad, pero sé de construcción, —ya me sé el discurso de memoria.
—¿De noche haces seguridad?.
—No mentira, en realidad soy algo asi como un mafioso, controlo toda esta zona del centro hasta el rio y ando ahi medio que con ojos en la espalda porque estoy peleando con una bandita porque quiero la ciudad completa, ando siempre armado y con custodia porque de otros bandos me quieren hacer cagar, y tengo mucha plata sin declarar, la justicia me esta buscando por eso, por enriquecimiento ilícito, y me tengo que hacer cargo de mis hermanos porque a mi papá le dieron perpetua por andar en la misma solo que él la hizo mal, se metió en la joda con las minas y lo cagaron. —me mira seria y suelta la risa, me rio con ella y porque los chicos me miran como raro—. Asi es la vida.
—Que chistoso que eres.
—Si, mucho... —me pongo mas cerca de ella que es donde me da sombra y los veo a los dos inútiles arreglar el nicho—. ¿Necesitas albañil?.
—No, pero si necesitamos ya sabemos que lo eres.
—Ah bien, cualquier cosa me dices, si no estoy que es raro, vengo siempre a comer y eso, le dices... No mira, dame tu número y te mando mensaje, entonces me avisas directo a mi.
—Te dicto. —lo anoto como "Yohana vecina mamá".
—Ya te mando mensaje asi sabes que soy yo. —guardo el teléfono y le sonrío hablándole bajito—. ¿Qué edad tienes?.
—Tengo veinticuatro, ¿tu?.
—Veintidós, ¿y con esa edad vives con tus papás?. —me rio cuando pone mala cara.
—¿Eres otros prejuicioso que cree que hay una edad para todo?.
—Nooo, pero creo que esa edad es un montón.
—Tienes razón. —carraspeo donde ahora tiene mala cara—. Bueno, nos vemos. —dejo de reir enseguida y veo como entra a su casa sin mirarme ni una vez.
—La cagaste con la vecina. —los dos se paran viendo el trabajo que terminaron—. Ella tirandote honda y tu diciendo esa tontera.
—Les quedó bien, la próxima que hagan algo asi les voy a hacer pasar la lengua y no van a poder caminar de la cinteada que les voy a dar, —me miran con miedo donde les di duro—. Y me voy a sacar las ganas de verdad.
—Bueno bueno, no nos amenaces. —riendo saco mi billetera y saco plata.
—Me voy, díganle a mamá que quiero comer milanesas de carne y una ensalada de tomate con cebolla y palta.
—¿Me das mas?.
—¿Para?.
—Para comprar fruta, tengo ganas de comer kiwi.
—Bueno. —saco mas plata dándoles—. Compren y helado para la noche.
—Buscamos una peli asi vemos.
—Algo de terror estaría bueno. —suena mi teléfono que cuando miro es Cristina—. Bueno, me tengo que ir.
—Nos vemos.
—Se van adentro. —los señalo y alzo la mano saludando a mi mamá que mira por la ventana y atiendo—. Ya va... Vayan, no me jodan mas que ya estoy pensando donde los voy a mandar a que la corten.
—No hacemos nada. —me subo al auto viendo que entren.
—Cris.
—¿A esta hora renegando con tus hermanos?.
—No sabes lo que se mandaron... Dime qué pasa.
—Encontré donde esta escondido Enríquez.
—¿Dónde?. —toco la bocina cuando entran y me voy despacio viendo el barrio a ver como esta.
—Esta en una chacra.
—Bien, me pego una vuelta por el barrio a ver como esta y ahi voy, ve para allá y junta a los chicos, tenemos que preparar todo.
—Ahi estoy yendo.
—Nos vemos.
Sigo recorriendo el barrio de mi mamá viendo que este todo bien, que los negocios estén seguros, que los puestos de ventas sea en esquinas alejadas para no molestar a nadie y hacer mas seguro el barrio, no lo es, me quedan unas ratas para sacar que estoy esperando engancharlos no mas, o que venga otra queja de ellos, en cada esquina tengo gente que se encarga que extraños no entren y me pasan la info de como van funcionando las cosas, y le tengo unas ganas a uno, estoy esperando no mas, cuando lo agarre lo voy a desarmar, y ahi la veo, freno un poco para ver a dónde va, sabia que se habían mudado pero de ella no sabia nada, va a donde pasa el cole y ahi espera, quedo viéndola hasta que lo toma, y veo pasar a Isaac con Beto y mas atrás Gonza con Alma de la mano, sonrío viéndolos ir riendo y me gustaría estar mas atento a ellos y sacar a Manuel de donde esta, pero es cada vez mas difícil, el negocio se agrandó, tengo que tomar mas territorio y hago lo que puedo.
.
.