Capítulo 10

1527 Words
En lo alto está la luna, ve, escondete lejos en la esquina, porque ella arrastra lo que ilumina, Para llevarlo todo hacia el inframundo... Me miré en el espejo y quedé estupefacta por mi reflejo, mis ojos estaban iluminados con colores dorados y platinos, mis mejillas sonrojadas, mis labios rojos brillantes y mis pestañas largas. Mi piel se veía limpia y reluciente, bastante humectada también y mis músculos estaban supremamente cansados. A veces uno que otro recuerdo de la noche anterior trataba de resurgir; pero no eran más que rostros mezclados y voces dispersas, entonces el sonido de un instrumento de cuerda y mis pies en movimiento. Estaba segura que me habían rodeado paredes de piedra, y el suelo era como un gran charco de agua, de modo que en cada pisada se levantaban gotas de agua. ¿Qué había hecho exactamente? No estaba segura al respecto. Entonces revisé mis brazos escondidos en las anchas mangas y vi una escritura extraña en uno de ellos, y luego recordé gritos, el recuerdo me hizo gritar como si el dolor siguiera vivo en mi. Bastian se sobresaltó y corrió de un lado a otro buscando la forma de acercarse, y al verse incapaz aumentó su tamaño y se hizo justo detrás de mí, mientras caía por la impresión. Mi espalda cayó sobre su suave pelaje n***o, y mis pulmones intentaron recuperar oxigeno tan rápido como pudieron. —¿Estás bien? —preguntó, acercando su hocico a mi rostro —, ¿tienes alguna herida? ¿Te hicieron algo? —preguntó una y otra vez, y no dejó de revisarme con sus ojos, de arriba abajo sin parar —. Déjame ver tu brazo —dijo con tono más serio y le mostré mi brazo izquierdo, lleno de posibles palabras en una lengua desconocida. —¿Qué es eso? —le pregunté asustada. —Hace mucho no veía este tipo de escritura, es una lengua muy antigua, niña —explicó con cuidado y se acercó más al brazo, entonces lo lamió, y vimos como el escrito seguía allí —, fue escrito con magia. —¿Cómo así? —me asustó aún más la forma en que lo dijo, con extraña preocupación. —Tenemos que sacarte de aquí tan pronto como sea posible…. No, ahora mismo. Niña, recoge tus cosas… Escuché la puerta y finalmente, recordé que no estaba sola, como también noté que mi compañera de habitación no había estado conmigo desde hacía varias horas; pero estaba segura que ella me había traído de vuelta. Ahora, ella estaba regresando y Bastian se encontraba a plena vista concentrado en sacarme de allí. Mi primera reacción fue tomar a Bastian y meterlo debajo de la cama rápidamente. —Hazte pequeño — ordené al ver que era difícil esconderlo así. —Espera, eso no es importante en este momento, no lo entiendes, tengo que sacarte de aquí —insistió en ello; pero, no pude escucharlo, porque no quería que le hicieran daño como a Río, no quería perder otro amigo y quedarme sola de nuevo. Podíamos escapar después, si eso era lo que necesitábamos. —Ailish —escuché a Dalila llamarme mientras estaba agachada al lado de la cama —, ¿qué haces? —Creí que había perdido un arete; pero ni siquiera recuerdo haber usado anoche, ¿usé alguno? —pregunté, levantándome del suelo, intentando parecer medio dormida y bastante perdida —, ¿acaso anoche tomamos algo? Me siento algo perdida y cansada, y no logro recordar nada. —No te preocupes por eso —dijo ella, restándole importancia. Vi entonces que llevaba una bolsa de papel en la mano, parecía bastante abarrotada; pero, era difícil descubrir de qué se trataba exactamente. Entonces, la puso sobre su cama y sacó una botella de color purpura. —¿Te duelen los musculos? —preguntó de repente. —Ah, sí —respondí de forma sincera, sin pensar mucho en ello. —Te traje algo para que te sientas mejor, sabía que esto podría pasar, y no queremos que te enfermes para el evento especial, no cuando sé que puedes destacar bastante —dijo con una sonrisa. —¿Qué clase de evento es? —pregunté con curiosidad. —El gran baile de los muertos —dijo ella con emoción, pero el nombre me pareció peligroso y creí escuchar una alarma de emergencia en algún lugar de mi cabeza. En ese momento la vi servir un líquido oscuro en una copa marrón, probablemente de cobre, y me la extendió para que tomara de ella. Al principio dudé en tomar la copa; pero mi mano se movió por sí misma, un acto reflejo, y de repente, me encontré bebiendo aquella bebida un tanto burbujeante. Tenía un sabor amargo y dejaba la garganta seca; pero a los pocos minutos, mi cuerpo empezó a sentir energía de nuevo y mis músculos dejaron de doler. —¿Mejor? —preguntó ella y la miré sorprendida. —Sí, me siento… viva de nuevo —dije sin pensar, y mi garganta pidió por más de aquella bebida, incluso mis manos sujetaron con más fuerza la copa. —Eso es suficiente por hoy, si te esfuerzas esta noche, mañana podrás tomar esto de nuevo y… sentirte viva de nuevo —dijo con cierta diversión y me quitó la copa de las manos. —¿Esta noche? —pregunté confundida. —Sí, esta noche será tu segunda práctica, mañana la tercera y el cuarto día tendrás tu larga noche de sueño, para que estés preparada y descansada para el evento principal —explicó lentamente y sus palabras sonaron como una canción de cuna para mi, me sentía extraña, como si fuera alguien más, viendo aquella escena desde la distancia y sin poder intervenir con libertad. —El evento principal… —repetí y luego quise vomitar; pero, mi cuerpo se rebeló contra ello y me mantuvo estable. —¿Quieres dormir un poco más o quieres ver la ciudad? —preguntó —, puedo darte esa pequeña recompensa, ver los alrededores y comer en una buena taberna, antes de la práctica. Apenas van a ser las cuatro de la tarde, así que tienes tiempo de sobra para una pequeña caminata… —¿Las cuatro? —pregunté un poco exaltada, ¿cuánto había dormido? —Sí, estabas bastante cansada —explicó y vi que me extendió algo más —, un poco de pan para que no sufras de hambre, en una hora empezará el atardecer y luego podremos cenar, no quiero que mueras de hambre mientras tanto… Miré el pan con sospecha y entonces, mi estómago eligió ese preciso momento para rugir con fuerza, sin darme opción de rechazar el alimento por falta de confianza hacia la proveedora.  —Gracias —dije incómoda y tomé el pan, me metí un pedazo a la boca y empecé a masticar bajo su escrutinio, ella tenía una extraña fascinación con verme comer, comenzaba a darme cuenta de eso. —También tengo agua —sacó otra botella de la bolsa, con el susodicho líquido transparente, y tomé de la botella —. Además, tengo una pregunta para tí, he estado pensando en ello desde que vinimos, pero no quería molestarte… ¿El gato que está debajo de tu cama, es el mismo que tenía antes o encontraste otro para adoptar? Mi corazón se detuvo ante aquella pregunta, probablemente mis ojos se abrieron un poco y mi boca se abrió intentando dar una respuesta. —¿Por qué estás asustada? No voy a usarlo para sacrificio como Madre, en realidad no me molesta, me gustan los gatos —dijo acercándose a la cama y bajando al suelo para intentar tomarlo, entonces Bastian sacó sus garritas e intentó atacar; pero ella era muy habilidosa y poco le temía al dolor de ser herida. La vi tomarlo en sus brazos con extrema ternura y mirarlo con una escalofriante sonrisa —, pero que hermoso especimen tenemos aquí, es un luchador feroz. —Lo es —estuve de acuerdo. —¿Tiene nombre? —preguntó curiosa. —Río, lo llamo igual que el anterior —le dije con recelo. —Entonces adoptaste uno nuevo —concluyó —, pero que curioso, ambos tienen la misma mancha blanca en esta pata —cuestionó de repente y me miró de forma penetrante. —¿Ah, sí? —fingí estar sorprendida y eso la sorprendió, poco después se rió de mí, estaba segura que ella ya había elaborado su propia teoría al respecto. Seguramente, ya sabía que se trataba del mismo gato, como especialista en muertos que era, ella debió saberlo muy bien desde el principio. —Mereces ser feliz por estos días —comentó y se acercó para entregarme el gato —, puedes tenerlo por ahora, es tu regalo por tu esfuerzo. Pero, sería inteligente buscarle un hogar pronto, puede que se quede sin dueña uno de estos días… El gato se sintió demasiado pesado en mis brazos y mi aliento se atascó en mi garganta, mientras procesaba aquellas palabras como una advertencia clara que daba razón a mi alarma.
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