(5)
Algunas horas después, la habitación se fue llenando de obsequios. La madre de Demian fue la primera persona conocida que llegó a la habitación, quién trajo consigo un gran arreglo de flores y lo puso en una jarrón azul muy hermoso. Aquél jarrón era bellísimo, pero no sabía quién lo había dejado ahí. También había muchos globos, chocolates y muchos osos de peluche, sinceramente no sabía porque me los habían dejado, claramente esto no era un festejo, así que me hizo poca gracia ver todos esos obsequios.
-Parece que a todos nos has preocupado Alice.-Dijo Katy al ver los tantos regalos que estaban sobre una pequeña mesita. Yo no sabía cómo reaccionar, así que no contesté.-¿Cómo te sientes- Me pregunta tomándome de la mano, mientras que su toque es bastante difícil de soportar en mi situación, no quería ser tocada por nadie.
-Bastante adolorida.-Le contesté intentando de aceptar su mano junto a la mía.
-Lo se.-Ella parecía exhausta, tenía grandes bolsas debajo de los ojos, y parecía que había llorado mucho.-Lo sé todo.-Yo la miro sin preocupación, mientras ella empieza a hablar.-Demian me ha dicho sobre la compra y lo de tus padres.-Yo no sé qué responder, claramente estoy atascada en medio de tanto sentimientos, que estoy bloqueada.-El padre de Demian ya sabe de ellos, y ahora solo puedo ver tu cara y ver que estás así.-Me dice entre lágrimas.-Lo siento mucho, no puedo evitar llorar.-Se disculpa, mientras no tiene nada porque disculparme.
-Te ves cansada.-Murmuré con poca voz, mientras mis labios se pegan. Estoy muy deshidratada.
-Nos tuviste aquí toda la noche, no queríamos dejarte ni un minuto. Aunque después nos echaron del hospital.-Comenta mientras se mofa un poco.
-¿Sí?-Le pregunté mientras empiezo a sentir algunas dudas.
-Demian estaba aquí hace un par de horas, pero la enfermera lo corrió ya que no dejaba de hablar y molestaba un poco a los pacientes.-Murmuró cansada, mientras pasa sus dedos por mi intravenosa.-Estuvo pegado a ti los tres días que llevas en coma.- ¿Tres días? Eso es bastante.
-¿Qué me ha sucedido Katy?-Le pregunté mientras algunas lágrimas salían de mis ojos, el dolor de cuerpo era insoportable, tan solo de mover mis piernas o cualquier musculo, me dolía hasta el alma.
-¿No lo recuerdas?-Preguntó mientras muerde uno de sus largos dedos.
-No, no recuerdo nada.-Cerré mis ojos por el dolor de cabeza.-Solo recuerdo que Demian estaba bastante enojado conmigo.-No le podía dar detalles de lo último que recuerdo, ya que ella jamás tenía que enterarse de que nuestras relación era más complicada de lo que parece, y aunque ya lo sabe todo, aún me siento apenada con ella.
Katy por su parte, miró al suelo pensativa, sabía que quizás no quería decirme lo que me había pasado.-No soy capaz de decirlo.-Ahora me confirma que le cuesta trabajo decirlo y asimilarlo, pero tenía que saberlo, no me podía privar de saber algo muy importante.
-¿Es malo?-Pregunté mientras frunzo mi ceño, intentando recordar algo, pero aun cuando intenté, no pude recordar nada. Así que ella sacudió la cabeza asintiendo, mientras que su reacción no ayudaba a mi caso.
-¿Demian me pego?-Pregunté como una posibilidad, ya que él tiene un carácter algo fuerte. De inmediato ella me miró sorprendida.
-¿Qué?-Preguntó atónita.-¿Demian te ha levantado la mano antes?-Preguntó asombrada, mientras que solo siento como un balde de agua fría me cae por la espalda.-Él dijo todo, pero no dijo que te golpeó.-Claramente jamás lo había hecho, pero para mí era el malo de la historio, así que no me tarde en culparlo.
-No.-Conteste de inmediato.-Él jamás me ha golpeado.-Ahora trato de retractarme de lo que había dicho, pero sé que Katy no se detendría.
-¿Estás segura?-Preguntó realmente asustada, mientras no puede dejar de parpadear.
-Sí.-Asentí con la cabeza más de una vez.-¿Entonces qué me pasó?-Pregunté algo cansada, acabo de levantarme de un coma de tres día y ya estoy exhausta de todo esto.
-Un hombre te hizo daño.-Me comenta mientras pasa sus dedos por mi cabello.-Un maldito monstruo te hizo daño Alice.-Sus palabras me hacían erizar la piel.-Me alegro que no recuerdes lo que te hizo, porque te hizo mucho daño.-Sollozo mientras pasa un pañuelo por su elegante cara.
-¿Qué demonios me hizo?- Le pregunté con preocupación, mientras que verla llorar no era lo que necesitaba ahora exactamente.
-Mi pequeña.-Murmuró acariciando mis mejillas.-Un maldito te toco.-Sollozo con tristeza.-Te violaron.-Lo dijo con dolor y con pocas palabras, pero al mismo tiempo fue como del tamaño de una bomba nuclear. No pude evitar quedar en un shock al escuchar tal cosa de sus labios delicados. Mis lágrimas salieron mientras que ahora podía recordar un poco más. No podía soportar el tremendo impactó que me causó saber eso, así que me sacudí entre la cama intentando no creerle a Katy, pero al moverme, me di cuenta lo adolorida que estaba mi parte íntima.
Ahora lo puedo entender, trate de tranquilizarme pero no era una opción, así que me sacudí en la cama llorando como una completa loca. Alguien me había tocado y me había hecho mucho daño.
Ahora puedo empezar a recordar varias imágenes distorsionadas que vienen a mi mente; sus manos tocando mis senos y ese terrible olor a whisky que su cuerpo emanaba.
-No, por favor.-Grité con miedo, mientras esas escenas pasaban por mi mente, recordándome la terrible historia que pasé aquella noche de soledad y tristeza.-Ahora entiendo todo, todo regresa a mi mente como una cuenta regresiva. Me siento tan mal, usada y sin valor.-Grité y grité pero pareciera que nada me ayudaba a dejar de sentir dolor.
La enfermera que me recibió después del coma, entra a la habitación, poniéndome una inyección mientras que lentamente me empiezo a sentir adormilada. Mi dolor fue aplacado quizás por algunas horas, pero después sé que volveré a sentir dolor.
*
Demian Vollkova*
-¿Cómo esta madre?-Le pregunté a mi madre, mientras que me siento ansioso. Repentinamente mi madre me llamó y me dijo que Alice había reaccionado muy mal al ella despertar, eso me causo pavor, ya que ella estuvo mucho tiempo dormida. Quizás sabía que se preguntaría qué le había pasado y yo tenía que estar ahí con ella, acompañándola en su dolor.
-Ella está muy mal, querido.-Sollozó mi madre con la cara completamente hinchada, sabía que había llorado mucho.
-¿Qué pasó?-Le pregunté sosteniéndola en mis brazos.
-La noticia no le cayó bien.-Ella pasa más de una vez un pañuelo de seda por su fina cara. Era desolador ver a mi madre, quién es una mujer alegre y optimista, totalmente destruida.
-¿Qué?-Pregunté impactado y empujándola para mirarla.-¿Le has dicho?-Estaba un poco enojado de que lo hiciera.
-Tenía que hacerlo.-Me responde mirando al suelo, mientras que ella no puede con el dolor, así que empieza a llorar desconsoladamente.
-Madre, ¿qué has hecho?-Yo mismo me doy un golpe en la cabeza.-¿Cómo es posible que te tomes deliberadamente ese cargo? Si fuera posible yo no le diría nada a esa pobre criatura, ¿cómo pudiste ser tan cruel?-Estaba completamente enfadado, me había causado alegría que ella no recordara nada, pero ahora me imagino como ha de estar mi hermosa y bella esposa. Se ha de estar preguntando tantas cosas, mientras su mente ha de estar dando vueltas como loca.
-Calmate, ella no lo hizo de mala manera.-Me dice Chace poniendo sus manos en mi pecho.-Ella debía de enterarse, no le puedes ocultar eso a tu esposa, ella algún día lo sabrá.-Me comenta defendiendo a mi madre.-Y será peor después, quizás ella jamás te perdone si no se lo dices.-Chace tenía razón, ella me odiaría más si se lo ocultaba.
-Sí.-Suspiré profundamente, tratando de asimilarlo.-Pero no soy capaz de verla sufrir.-Aún me culpaba de todo. Ella sufrió por mí y sé que todo fue mi maldita culpa. Odio verla así, no soporto verla llorar y por alguna razón agradezco a dios que mi mamá allá sido la persona que vio como Alice se desgarraba a sí misma, no hubiera podido aguantar ver eso.
-¿Señor Volkova?-Dijo el doctor Flynn llamando mi atención de la nada.-Su esposa ya está estable.-Me avisa con un poco de optimismo.-La inyección ya perdió su afecto, ¿quiere verla?-Esa pregunta era sencilla, pero era tan difícil de responder. Así que suspiré profundamente, tratando de darme valor, no sabía lo que encontraría en esa habitación.
-Eso es lo que he esperado desde hace días.-Lo dije sin confianza, estaba muy asustado. El doctor me sonrió al ver lo enamorado que estaba de ella, ya no lo negaría más, le diría que la amaba más que a mi propia vida. Tome el regalo que le traje a mi esposa; compre para ella unas rosas roja, pero no cualquier rosas, sino las más caras y hermosas rosas que encontré. Ella se merecía todo y más.
Así que después camine temeroso a la habitación, tenía mucho miedo pero estaba completamente emocionado a la vez. Quería decirle que la amaba y que mi vida sería entregada a ella desde este mismo segundo. Quería abrir mis brazos y decirle que la amo.
El doctor me abrió la puerta para que yo entrara primero, pero lo que me dejó ver fue a otra persona, no a mi pequeña esposa. Parecía estar en el cuerpo de ella, pero no se parecía nada a la Alice que conozco.
Ella estaba sentada en la cama con el ceño fruncido, mientras sus manos mostraban un color morado. Su cara estaba llena de rasguños, sabía que eso se lo había hecho ella misma, ya que he contado cada marca que tuvo en su cuerpo, antes de irme del hospital.
Sus labios estaban resecos y su cabello estaba hecho un desastre. Ella miraba la ventana algo fuera de sí, incluso sus manos estaban cruzadas mientras me voltea a ver lentamente. Su mirada me estremeció, ella no era mi Alice. Sus ojos tenían un color amarillento, sin ninguna ilusión. Cuando me vio, frunció el ceño y puso los ojos en blanco.
Mi corazón cayó por el desaire que me acaba de dar, pero no me daría por vencido, yo la amo. Tome las rosas entres mis manos nerviosas y camine hacia ella. Y cuando llegue enfrente suyo, ella lucía diferente. Ella era hermosa, pero sus ojos demostraban puro odio y resentimiento. Ella se hizo daño a sí misma, podía ver las marcas de rasguños, así que me sentí culpable por su propia impotencia.
-Alice.-Murmuré en un suspiro olor a menta.-Me alegro que estés despierta.-Tome su mano y ella en segundos la retiró de mí y la metió entre su axila. Ella actuaba como una niña, y sé que lo es, pero jamás lo ha demostrado de esa manera. Y mientras tanto, me siguió mirando de la misma manera, con odio.
-Soy yo amor, lamento todo lo que paso, pero ¿sabes? Yo te amo.-Al decírselo sus ojos seguían dilatados, parecía no estar en sus cinco sentidos y me seguía mirando con los mismos ojos de odio. -¿Alice? -Murmuré tomándola del brazo, a lo cual ella me rechazó.-Te traje esto.-Dije poniéndole las rosas en su regazo, pero lo que ella hizo después con ellas, fue lo que me hizo asustarme por completo.
Tomó las rosas entre sus manos moradas y las empezó a deshacer en cuestión de segundos, lanzándolas con una enorme fuerza lejos de ella.-¿Alice, qué demonios te pasa?-Le pregunté viendo el odio en su cara. Intente tocarle una vez más, pero ella enterró sus uñas en mi brazo dejándome marcado.-¿Qué te sucede?-Al escuchar gritos, la enfermera entró y vio mi mano rasguñada con un poco de sangre saliendo.
-Tiene que salir de aquí señor.-Me pide la enfermera algo preocupada, pero no estoy dispuesto a hacerlo.
-No, es mi esposa.-Le grité tratando de no ver mi herida, yo no importaba.
-Le hará daño señor.-Me avisa la enfermera, advirtiendome que me aleje de mi propia mujer.
-¡No me interesa, yo la amo!-Grité mientras veo la herida que me hizo, y era más profunda de lo que pensé. El falso rasguño, ya era una herida que estaba sangrando.- Me quedaré aquí.-Al decirlo, la enfermera se tranquilizó un poco, confiando que tal vez yo podría lidiar con mi mujer.
Intente tomar del brazo de Alice una vez más, haciéndole entender que no me hizo daño, pero ella tomó de mi brazo y con una fuerza completamente extraña, me lanzo con una fuerza fuera de este mundo, haciendo que chocara contra una de las paredes de tabla roca del hospital.
-¡Te odio!-Grita con fuerza, mientras sus labios se pegan.-¡Aléjate de mí, tú me hiciste esto! Te odio con todo mi ser.-Empezó a gritar con todas sus fuerzas, mientras que yo solo puedo tener los ojos bien abiertos, mientras me quedo en el suelo.-Ojala que te quedes solo y no puedas lastimar a nadie más.-Grita y grita, cada vez con más fuerza.-¡Eres un monstruo, tú no sabes amar y nunca podrás saber qué es ese sentimiento!-Me escupe con fuerza, mientras su saliva llega a mis mejillas.-Por tu culpa yo tampoco ya lo sé ahora. ¡No se amar!-Gritó con lágrimas, lastimándome cada vez más.
No puedo ver sus lágrimas, cada una de ellas sale con fluidez y eso me mata.
-¡Te odio!-Termino gritando mientras ella se desploma como una pluma.