**JADE** El silencio que quedó entre Oliver y yo después de mi respuesta fue abrumador. Él me observó, sus ojos oscuros buscando una fisura en mi determinación, alguna señal de que mis palabras no eran definitivas. Pero lo eran. Porque, por mucho que intentara comprenderlo, por mucho que su cercanía hubiera sido un consuelo en medio de mi desesperación, mi corazón seguía perteneciendo a Grayson. Oliver apretó la mandíbula, sus manos cayendo a los lados con un frustrado suspiro. —¿Por qué te aferras tanto a alguien que no te quiere? Su voz no era cruel. Él estaba herido. Dolido. Como si mi rechazo le hiciera daño de una manera que ni él mismo esperaba. Yo sentí el peso de sus palabras, pero no podía dejarlas entrar. No podía permitirme dudar. —Porque lo amo —respondí, con la certeza a

