Pov: Joe Queen (Meses antes)
Bajo del taxi y camino dentro del aeropuerto hacia el área privada, donde está el avión de mi familia. Sí, tanto dinero como para tener no solo un avión privado, sino también: un helicóptero, dos jet y 3 yates. Dirán “Genial", porque no tienen idea lo que significa ser un Queen.
— ¡Vamos, Helen! Llegaremos tarde — volteo y veo a mi amiga; compañera de cuarto, estudio y casi hermana, duda si seguirme o no.
— ¿Si me equivoco? — suspiro.
Ella está pasando por un momento amoroso complicado, en realidad no. A decir verdad todo va bien, solo que ella es diferente, algo rara, pero la quiero muchísimo y por eso soporto cada aspecto de su personalidad, además es la única amiga tan fiel que tengo, ella forma parte de una más de mis hermanas, porque con tres no me alcanzaba.
— Hel, quisiera saber con exactitud qué decirte, pero solo puedo decirte... ¡Haz lo que sientas! — me mira dudosa.
Sería sencillo aconsejarla si yo al menos entendiera del amor, pero para la mala suerte de mi amiga, yo solo soy un chico que lee libros, más que decirle que lo que siente ahora: Es producto de las hormonas que su cuerpo libera, al entrar en el estado de enamoramiento ¿Qué podría decir?
¡Cuando me enamore seré mejor consejero!
Miro el reloj y pienso que el avión se irá con mi padre arriba.
— Hel…
— ¡Vamos, Joe! Es lo mejor — Camina delante de mí y la sigo.
Viajaremos a Argentina, Buenos aires, mi padre tiene una oportunidad de negocio, tenemos una empresa de sistemas de seguridad, pero no es cualquier empresa es la empresa más grande y codiciada de Estados Unidos, en especial Seattle que es donde está ubicada la central. Industrias Queen es el segundo imperio más rico de Seattle, no es poca cosa y mi destino, mi obligación es relevar a mi padre en el manejo de esto.
Llegamos al avión y subimos apresurados ya que casi es la hora de despegar, mi padre solo está trabajando con su laptop, abordo también están sus hombres de seguridad. Como siempre, mi padre sale con seguridad, a esta altura de mi vida pienso que ya es una obsesión, él no nos deja demasiado margen para vivir sin sentir su control, dirán: Lógico, él creció en este mundo; donde la seguridad es lo más importante, hablamos de los creadores de los mejores sistemas de seguridad, que hasta son conocidos mundialmente.
Él no era así, era más relajado al menos yo sentía que podía vivir, solo que algo malo pasó. Mamá murió.
¡Seis años y todavía duele! Tenía 18 años cuando eso pasó, recién pensando en salir a la vida y su muerte fue... fue lo más duro que me tocó vivir en esta vida, pero no tengo duda alguna que nadie lo sufrió y sufre tanto como mi padre, mi mamá era su mundo, todo fue repentino.
Nunca lo juzgaré porque sé que él solo quiere nuestro bien, aunque a veces desee saber lo que es una vida normal, una vida donde las responsabilidades no me pesen tanto a mis 24 años.
Pienso que ya habrá tiempo de vivir cuando me gradúe y sea quién dirija industrias Queen, ¿Estaré a tiempo? Eso me replanteo a veces, hay muchas cosas que no son fáciles, que arruinarían la reputación de mi familia.
Despejo mi mente y desabrocho mi cinturón una vez que el avión ya despegó, me acerco a mi padre que me sonríe al verme.
— ¿Trajiste a tu amiga? — asiento.
— Ella estaba algo mal y como su familia está en Buenos Aires, pensé que sería bueno los visitara — asiente y sigue viendo su laptop.
— Eso es genial, ella es una chica buena, me alegra que la hayas ayudado.
— ¿Cómo te sientes? — pregunto preocupado; mi padre tiene problemas en su corazón, necesita una operación que él está posponiendo porque quiere dejar todo listo para que yo sea quien se encargue de todo.
Él debe mantener una vida tranquila, los Queen que están al mando no la tienen, él hoy estuvo con dolores de cabeza así que decidí acompañarlo por si algo le sucede.
— Estoy bien, hijo, solo es un dolor de cabeza, no soy un niño para que vengas a cuidarme y...
— Tampoco es que es tan inútil venir, después de todo yo me encargaré de esto dentro de poco, mejor aprender esto ahora — asiente y sigue con su laptop.— Distraerme un poco me hará regresar enfocado para terminar mi tesis y al fin graduarme.
— No es que vayamos a estar mucho tiempo como para obtener una buena distracción, además es una ciudad nueva, desconocida a la cual nunca has ido, si quieres Kaleb puede…
— No es necesario, los aires nuevos ya son una gran distracción — No me pondré a llevarle la contraria y que esté nervioso porque sepa que ando por allí solo.
Y aquí de nuevo, Joe, mejor no vivir que hacerle mal a mi padre.
No puedo simplemente no pensar y actuar como un joven normal, no a la vista de mi padre, quizás...
No, nunca lo he hecho; escaparme y solo… sería patético. Mi amiga, ya la vimos, no está muy de humor para esas cosas.
¡En otra oportunidad será!
— Voy a descansar un rato y... hablamos mas tarde — él asiente y me marcho a mi lugar.
Miro a Helen que solo está perdida en sus pensamientos viendo por la ventana y decido acostarme a dormir por un rato.
.........................
Bajamos del avión y voy a hablar con Helen, porque la verdad me gustaría saber qué planea hacer y quizás...
— Tenemos reunión en dos horas, vamos al hotel. Joe, si vas en un auto separado irá Kaleb contigo — miro a Helen y suspiro.
No la arrastraré a andar con seguridad.
— Yo me voy por mi parte, Joe, iré a casa de mis papás, luego hablamos — me acerco y la abrazo.
— Cuídate y si logro escapar me llevas a conocer la cuidad, ¡Por favor! — ruego a mi traicionera amiga, ella ha hecho muchas cosas en este último tiempo, cosas que yo quería me ayudará a hacer y no sentirme tan bobo haciéndolas solo.
Camino hacia mi padre, directo a nuestra camioneta negra, pero él se gira para mirar a Helen.
— ¿No quieres que te acompañe uno de mis hombres? — dice preocupado, él no es solo sobreprotector con sus hijos, él tiene un problema con su paranoia y obsesión con el control.
— Descuide, señor Queen, estaré bien, muchas gracias — mi padre solo asiente y seguimos nuestro camino.
— Ella sabe cuidarse sola, como la mayoría de las personas — menciono.
– Pero ella es una chica y joven, es peligroso, tus hermanas...
– Sabes que ellas son libres como aves, igual que... — guardo mis palabras porque no quiero mencionarla.
— Lo sé, ellas son como tu madre y me cuesta muchísimo no tenerlas encerradas en una burbuja fuera del mundo, pero sé que... el día que yo no esté.
— Ellas me tienen, padre — Asiente con una sonrisa y entramos a la camioneta.
Primero paramos al hotel, pedimos habitaciones separadas, por suerte, tener algo de privacidad por si me dan ganas de desaparecer un poco sin que él esté pensando que moriré por ahí.
Una vez acomodado en mi habitación tuve que volver a cambiarme, para ir a la entrevista con los posibles clientes.
No es que mi padre sea malo, solo es un hombre muy serio y poco hablador así que todo con él se hace en silencio, aburrido la verdad, me gusta el ruido, de vez en cuando.
Llegamos a una imponente empresa "Ecor" Eso se lee por fuera, me suena pero no sé de dónde. Entramos al lugar y es muy limpio, colores claros, asemejados a un hospital, pero no lo es, leo todo lo que veo a mi alcance. Los mejores fármacos sin testeo animal, leo una publicidad en las pantallas de la sala de espera.
— Sin dudas necesitan un mejor sistema de seguridad, cualquier loco puede entrar, ellos manejan drogas que podrían usarse para cosas ilícitas si alguien las robara — sonrío pero no digo nada.
Eso es algo dramático, pero quizás acertado, podría pasar algo así.
No tardan en llamarnos y guiarnos a la oficina del presidente de la empresa.
Danniel Beltrán, así tengo entendido se llama, en caso de que él no nos reciba, entiendo que su esposa nos atendería, no se su nombre, pero supongo que es algo con Beltrán.
Llegamos a la oficina y solo nos dejan esperando un tiempo, noto como mi padre ya está impaciente.
— ¡Esto es inaceptable!— solo pasaron 5 minutos del horario acordado pero llegamos 20 minutos antes.
— Seguro...
La puerta se abre y una mujer rubia, esbelta, de unos 40 años quizás o eso aparenta; entra sin más, con una actitud bastante altanera y despreocupada.
— Buenas tardes, lamento la demora. El señor Beltrán está retrasado, así que mientras vamos a ir adelantando hasta que él llegue, tuvo inconvenientes con su vehículo — mi padre la mira detenidamente.
Supongo al igual que yo trata de deducir quién es, observo toda su presentación, no trae anillo de casada, no es la esposa, no se ve muy vieja, la madre no puede ser, quizás alguna asistente o mano derecha, deduzco.
Aunque su actuar no es en absoluto de alguien inferior a un jefe, pero muchas personas extra capacitadas están en puestos bajos, no me sorprendería que fuera el caso, pero observo a mi padre y sé que esto no funcionará tan bien.
Él tiene algo de problema para hablar con mujeres, es grosero, más bien es muy tajante y otra cosa más, el señor Queen nunca habla con asistentes; sin importar el género, con dueños o jefes sino, no lo hace.
Es un Queen, eso dice él y todo el mundo.
No sé si yo pueda ser así, me gusta que todos los seres humanos seamos tratados de la misma forma.
Mi padre mira a la mujer muy serio y ella nos observa esperando que hablemos.
– Señor Queen, ¿Verdad? – pregunta dudosa.
— Así es señorita — contesta mi padre.
— Por un momento, cuando se quedó callado como estatua pensé que me equivoqué de oficina, pero no, así que… ¿Vamos adelantando? Creo que él señor Beltrán les comentó acerca de que está interesado en contratar su sistema de seguridad — saca una libreta junto a un bolígrafo — ¿Qué tienen pensado?
– Lo lamento, pero no hablaré con nadie que no sea el señor Beltrán — ella frunce el ceño.
— ¿Perdón? Dice que no hablara conmigo, interesante — se ríe con ironía.
— Eso digo, no hablaré con una asistente, ni mano derecha, solo con el señor Danniel Beltrán.
— Jaaa. ¡ Cómo soy mujer, no lo hará! — esto se pone tenso e intento tranquilizar a mi padre.
— Nada tiene que ver con que sea mujer señorita, debo decir que todo tiene que ver con su posición y...
— ¡Cómo soy mujer! ¿Soy secretaria o mano derecha? ¡Usted es increíblemente misógino!– se carcajea con burla.
— No me falte el respeto, por favor, sea educada – toco el hombro de mi padre, porque no debería pelear con ella.
— Educada, claroo… usted es tan educado caratulándome solo por mi sexo ¿Sabe qué?...
– Lo siento, llegué... — Un hombre entra por la puerta, se ve mayor, por las canas asomándose en su cabello.
Al instante que entra y ve a la mujer parada con sus brazos en jarra, el ceño fruncido y ni decir sus ojos que parecen, quisiera asesinar a mi padre.
— Señor Beltrán, tenemos un inconvenientes aquí con el señor Queen — dice con soberbia.
– ¿Todo bien, Lil? — cuando se acerca a ella y le da un casto beso.
¡Maldición!
Mi padre se queda totalmente sorprendido y yo solo pienso que ha metido la pata.
— ¡Qué no haremos ningún negocio con el señor Queen! Porque resulta que si sos mujer, solo puedes ser secretaria o mano derecha...
— No dije eso, usted malinterpretó mis palabras, además es una mujer muy grosera y…
– No haremos tratos, señor Queen. Si mi mujer dice que no, es no, así que retírese, porque la verdad, ahora comienzo a pensar si debo sacarlo yo a usted por faltarle el respeto a mi mujer — mi padre solo lo mira sin saber qué decir.
Me levanto primero y obligo a mi padre a hacerlo.
— Creo que lo mejor será que nos marchemos.– digo, hablando por primera vez.
– Sí, será lo mejor – dice tajante y mi padre es el primero en salir muy molesto, tanto que es evidente.
— Lamento el mal entendido, mi padre...
— Aprenda que como él no debe ser...
— Solo... — suspiro — Mi padre es un buen hombre, nada más fue una confusión.
– Cualquier confusión que ofenda a mi mujer, no es perdonable, ni entendible – asiento y salgo de allí, entendiendo que el señor Beltrán no es alguien razonable.
Y sí que a esa mujer debe amarla porque para perder una oportunidad como esta, por una simple confusión y capricho de su mujer.
— ¿Cómo diablos iba a saberlo? — se queja mi padre, indignado mientras salimos del lugar. – Ni siquiera lleva argolla, sabía que la mujer de Beltrán era joven, pero no pensé qué tanto más joven que él.— sigue quejándose.
— Supongo que no podíamos saberlo y debimos preguntar o...
– Esa mujer es una altanera, caprichosa y él; un idiota por seguirle todo lo que dice, los negocios y la vida personal no se mezclan.
Un poco de razón tiene, pero a la vez, cuando mamá estaba viva, ella era su prioridad ante todo. Solo está enojado, por eso actúa así.
Todo el camino al hotel estuvo molesto, literalmente hicimos este viaje en vano, pérdida de dinero y tiempo, pero al menos espero que este viaje le esté ayudando a Helen.
Ni siquiera habló, solo se fue a su habitación y yo me la pasé en la mía leyendo; ¿Qué más podría hacer?
Cuando mi teléfono suena me sorprendo, veo que ya son más de las 8 pm y quién llama es Helen.
— ¡Heli! — Tomo la llamada.
– Joe, ¿Cómo te fue? — Chasqueo la lengua, porque hoy sí que puedo decir fue pésimo.
— No muy bien, mi padre tuvo algunos inconvenientes, pero nada mortal, ¿Tú, cómo sigues? — Quiero saber cómo está ella, lo nuestro no mató a nadie.
— Mejor, aquí intentando pasar el tiempo, pensaba salir pero...
—¡A una fiesta! — sería ideal despejarnos— Dime que sí, me escapo y vamos, algo se me ocurrirá, pero sí, salgamos, embriaguémonos y olvidemos todos nuestros problemas — se carcajea, es una mala amiga.
— Soy peligrosa ebria, Joe, podría destruir el lugar a donde vayamos — me carcajeo porque amaría verla ebria.
¡Necesito esto, estoy harto ya de mi maldita aburrida vida!
– ¡Vamos, Hel! Me lo debes, no has hecho nada de eso conmigo y mejor aquí que nadie me conoce, podré hacer locuras — necesito que seas mi cómplice una vez, solo salir al menos a un bar y tomar una cerveza al menos.
— No sería mala idea...
— ¡¿En serio?! ¡¿Iremos a una fiesta?! — no me lo creo, Helen es tan amargada normalmente, que me sorprende en extremo que vaya a acceder.
¡Oh, al fin, el universo me escuchó!
— Sí, vamos, mira justo mi hermano dijo que irá a una fiesta, si quieres ir a tu primer fiesta, no creo que exista mejor guía que ir con él y mis primas, ellos saben mucho de eso…
— ¡Oh! ¡Qué emoción! Ya mismo buscaré la forma de salirme. ¡Eres la mejor amiga Hel! — es genial encima ir con otras personas, eso... ¿Soy tonto por emocionarme con esto?
— Ya, no es para tanto, te envío la dirección de mi casa por mensaje, saldremos de aquí, le avisaré a mi hermano.
— Nos vemos entonces, ¿Debería irme casual, mas formal? No traje demasiada ropa ¡Maldición! — quiero que mi primer noche de fiesta sea perfecta.
— Lo que sea, Joe, yo estoy muy regular de vestimenta.
— De acuerdo, nos vemos, Hel ¡Te amo! Eres la mejor. — ¡Sí, una fiesta!
Helen sin dudas es mi mejor amiga, me las debía, pero no deja de asombrarme que al fin haremos algo.
Solo tengo que ver que los hombres de mi padre, no estén tan pendientes de mi puerta e ir directo a la salida de las escaleras para que no me vean y ¡Voilà!
¡Vamos, Joe, tu primer fiesta!
Quién dice y también pueda ser mi primer borrachera.
¡Eso!