2- Tequila, limón y sal

2088 Words
Pov: Joe Queen Fue más sencillo de lo que creí, al parecer; mi padre confía demasiado en la clase de chico tranquilo que puedo ser, debe creer que ya me dormí o algo por el estilo, pero no, voy aquí en un taxi camino a la casa de mi amiga la nerd robot que planea llevarme a una fiesta. ¿Notan lo loco que se oye eso? Mi amiga en su vida iría a una fiesta y ahora me llevará a una. Si lo pienso un poco quizás es patético, tengo 24 años y hoy salgo a una fiesta por primera vez, con las esperanzas de tomar alcohol hasta perder el conocimiento, ¿Sería mucho? ¡Nada malo podría pasar, nada! El taxi llega a mi destino, una casa hogareña, sencilla. Me gusta, se ve acogedora, es raro pensar que Helen creció aquí, ella no se ve cálida ni mucho menos acogedora, mi amiga es... ella es bastante insensible ciertamente, aunque ahora no es así, ella siempre fue así, pero supongo que el amor la cambió. El amor cambia a las personas, eso escuché, supongo que es cierto, porque mi padre era uno antes de que mamá muriera y sin ella es muy distinto, porque ya no tiene a su amor. Golpeo la puerta esperando que me atiendan, no tardan nada en abrir, pero no lo hace mi amiga, lo hace un hombre, más bien un chico joven, que reconozco; por alguna foto que Helen me mostró, su hermano Morgan. — Hola, soy Joe... — Amigo de Hel, ¿Cierto? — Sí, si — ¿Cómo lo supo? — Te preguntas ¿Cómo lo supe? Tu acento, indisimulable — me hace un lugar para que entre a la casa. — Debí suponerlo — sonrío. — Siéntate, Helen está preparándose, yo iré a terminar unas cosas y amigo tú, aprenderás lo bueno de los Argentinos — sonrío emocionado. — Espero así sea, porque Helen prometió que me divertiría. — Con nosotros la pasaras de puta madre — Se aleja y solo miro mi teléfono un rato mientras espero a Helen. Me pregunto ¿Cómo serán las fiestas aquí? Yo he visto fiestas en Estados Unidos, no creo que sean muy diferentes aunque dicen que los latinos son algo intensos cuando se trata de fiestas. Sería más fácil imaginarlo si mi amiga no se hubiera amoldado tanto a nuestra cultura. También dicen que las mujeres son divertidas. ¡Por favor, Joe! No sueñes, imagínate que justo tengas la suerte de que una mujer te preste atención, eso solo terminaría en fracaso y decepción de su parte. Mejor solo me enfoco... La puerta se abre y entran dos chicas castañas; pero una no es completamente castaña, tiene como mechas o reflejos rubios. Ambas vienen hablando muy tranquilas, pasan por el frente mío y la que tiene reflejos en el cabello y ahora veo que sus ojos son verdes, se frena bruscamente, me mira sin disimulo, pestañea y sonríe. Woow es bonita, joven y muy bonita. Me escanea completamente, poniéndome un poco nervioso debo confesar, pero también la escaneo, ella... ella es de verdad una chica en extremo atractiva, todo en ella destila seguridad. Su sudadera casual dentro de la falda café tableada, acompañada de unos tenis clásicos blancos, estoy seguro que cualquier otra persona con esa ropa se vería en extremo casual, pero ella no, ella se ve muy bien. Una simple observación. — A ti no te conozco — sonríe con simpatía – Y no estás mal, ¿Cómo no te conozco? — sonrío avergonzado, es que yo soy terrible con las chicas y más con las que son tan directas. Ella sin dudas es muy directa. — Un gusto yo... — ¡Oh! Me encanta tu acento. – Tú tienes acento también, se oye bien — Se carcajea con mucha naturalidad. — ¿Qué acento? No tengo acento, solo… es normal — pestañeo confuso porque ella es... un poco avasallante. — Cati, vamos, no lo acoses, tenemos que vestirnos.– la otra chica que no me detuve a ver la estira y ella sin dejar de verme camina. – Vamos a una fiesta, ojalá vengas, será divertido — dice hasta perderse en una habitación donde también entró antes el hermano de Helen. ¿Serán sus primas? Nunca me mostró fotos de sus primas, menos de ella. ¿Cati? ¿Cati de qué nombre es? ¿Catherine? ¡Oh Joe, no, no! Lo sé, una chica extremadamente llamativa, enérgica, descarada, avasallante, es incluso intimidante sin contar que bastante directa. No mires para ahí, solo sería un fracaso rotundo. Pero solo sería divertirme, quizás beber, bailar, nada más, ella parece divertida, sin dudas ella debe ser divertida. ............................ Ya estamos en el auto, Helen subió detrás, luego la chica castaña la cual apenas vi antes, el hermano de Helen y me queda el asiento del acompañante. — ¿Quieres ir atrás, Joe? — niego ante las palabras de Helen, cierro la puerta y subo adelante. Ella maneja, si; la castaña con reflejos, la tal “Cati” — Pónganse los cinturones porque no queremos que nos lleven a la cárcel y nos arruinen la fiesta — dice riendo con diversión.— No me has dicho tu nombre, soy Catalina, me dijo Morgui que tú quieres conocer las fiestas de aquí y déjame decirte que estás con las personas indicadas. — Soy Joe y... me alegra saber que ustedes me orientaran — Arranca el motor. — Joy, lindo nombre ¿Listos? — quiero corregirle la pronunciación de mi nombre pero no me da tiempo, prende el estéreo a mucho volumen y arranca hacía nuestro destino. Ella es de verdad un poco eufórica, conduce algo rápido, distraída y pude deducir que tiene la edad del hermano de Helen, ella es joven. Pero parece que tuviera mas vivido que mi amiga Helen que tiene varios años más. Llegamos rápido al lugar, hay fila y se ve muy bien, un letrero enorme y luminoso dice: "Vegas Fake" Aquí sí que son raros. Bajamos y puedo visualizar que se cambió de ropa, un vestido blanco con escote pronunciado al frente. Es de pervertidos mirarle es escote a las chicas. ¡Dios, qué vergüenza! Solo vi un segundo, no fue demasiado, en realidad sí vi bien el vestido, le queda bien, elegante y refinado, ella tiene un porte muy seguro, lo repito, ella se mueve con mucha seguridad en todo lo que hace. Al entrar, al caminar en el lugar lleno de luces y personas vestidas de blanco y n***o, muchos muy elegantes, otros más casual, pero todos siguen esa temática. Yo no sé dónde empezar o qué debería hacer. — Yo iré a la barra Joe, no quiero espantarte los ligues — Helen se aleja, siempre hace eso, como sí de verdad yo pudiera conseguir ligues. En realidad si los consigo, pero cuando avanza la cosa me hecho para atrás, cobardía, es eso. Sí no supiera que entre las mujeres se cuentan todo, quizás no sería tan desconfiado, ni tendría tanta presión a realizar esa tan importante actividad. — Amigo Joe, mi hermana es algo aburrida así que deja nosotros te guiemos a divertirte ¿Qué te gusta tomar? — pregunta el hermano de Helen; Morgan, mientras pasa su brazo por mis hombros con mucha confianza. — Yo... no sé, tomaré lo que sea, ustedes díganme ¿Qué hacen para divertirse? — Llegamos a una barra al otro lado del lugar. — ¡Empecemos tranquilos! – Catalina; Ahora sí sé su nombre, trae en sus manos dos vasos y la otra castaña trae dos más. — Bueno Joe, ya conociste a Cati — señala a Catalina. — Ella es Violeta — Señala a la otra castaña que sonríe casual — Y el mejor, tu servidor. Recuerda no perdernos de vista si te sientes muy ebrio, no hay que perderse y solo tomamos las bebidas que nosotros compramos, no bebidas de extraños — asiento con obediencia — Y luego, solo hay que divertirnos — me suelta y se acerca a Violeta la cual le da un vaso. Catalina se acerca a mí y me comparte un vaso. — Espero te guste, Joy — Tomo el vaso. — Es Joe… — ¿Eh? — la música está muy fuerte y desisto en corregirla. Tomo un poco del trago que me dieron y sabe como a jugo de manzana, no se siente que tenga alcohol. Bebo eso mientras observo a todos bailar, no sé siquiera cómo se baila lo que bailan, la música es toda en español, no distingo ninguna, solo me quedo un rato en la barra hasta pensar mi siguiente acción. El trago se termina rápido porque hace mucho calor. La veo bailar con sus primos y es increíble cómo se gana la atención de todo aquel que pase por su lado, me incluyo, porque la miro y ella me parece demasiado llamativa. No seas idiota, mira lo que es, ni se te ocurra. Sigo bebiendo hasta dejar mi vaso vacío, pido otro igual y lo bebo, otro, otro, no sé cuántos bebí, pero de repente me siento genial, me siento emocionado, acelerado. No lo sé. — JOY ¿ACASO NO BAILAS? – sonrío cuando ella se me acerca, gritando sobre el volumen de la música. — YO... NO SÉ CÓMO SE BAILA ESTO— Se carcajea. — ¡NO ES POSIBLE! Miro todo el lugar y cada quien esta emparejado con alguien vestido del color contrario, uno de blanco y otro de n***o. Es extraño, temática bodas algo así dijeron, pero supongo que es algo para divertirse. — ES CIERTO, SOY UN DESASTRE — confieso y ella niega acercándose a mí. — Créeme que conmigo nada es un desastre — susurra en mi oído y trago grueso mientras me río porque ella es demasiado linda. — Me enseñarás a bailar ¿Entonces? — hablo en su oído por la música tan fuerte. – Con mucho gusto, te enseño lo que quieras, Joy — La verdad que si me habla así no importa que me cambie el nombre. Solo estoy divirtiéndome. ¡Vamos, Joe! Diviértete. — Enséñame entonces — sonríe mostrando sus dientes y pasa su lengua por ellos. Comienzo a reír porque ella es sensual y no está bien que la mire así, pero... ¡Uff! Ella es sexy. — Tomemos algo antes y vamos a bailar — Se acerca a la barra estirándome del brazo, pide algo que no oigo. Solo veo el cantinero dejar 6 chupitos con un líquido transparente, unos gajos de limón y un salero. Arqueo una ceja sin entender, me acerco a ella. — Yo... no sé cómo se bebe esto — me mira tranquila. — Sal – toma el salero. Pone un poco de sal sobre su mano, pasa su lengua y mi mente vuela, ¡Más de lo que debería! Porque su lengua parece que va en cámara lenta tomando las partículas de sal. — Tequila — toma el chupito y lo empina tomándolo de golpe — Limón — Toma un gajo de limón y lo mete en su boca, arrugando los ojos. Me quedo viéndola con mi boca abierta sin saber qué hacer. Me avergüenza pensar todo lo que mi mente maquinó, imaginó y deseó al verla hacer todo eso. ¡Eres un perverso, Joe! Lo soy y tendría sentido si al menos hubiera hecho alguna vez una de todas las cosas que imaginé. — Te toca — dice mientras saca los restos de limón de su boca. Asiento pero no hago nada, estoy demasiado estúpido pensando en besarla. ¡No! Joe, compórtate. — Vamos, te ayudo — Ella toma mi mano y espolvorea sal sobre ella, la sube a mi boca. — Saca la lengua — obedezco sin protestar y lamo la sal. – Buen chico – toma el chupito y me lo pone en la mano. Bebo todo el líquido que quema mi garganta así que arrugo la misma. — El limón – dice ella metiendo en mi boca con sus dedos el limón, su pulgar roza mi labio inferior y abro los ojos para mirar los suyos. Chupo el limón y lo que ella hace termina de detonar mi locura. Si, está noche poseo locura en mi sistema. Ella me mira a los ojos mientras vuelve a repetir la acción de antes con tanta sensualidad, que una electricidad me recorre completamente instalándose en mi entrepierna. ¡Mierda! Ella me pone muy caliente. Eres perverso, Joe. ¡Muy perverso para lo poco que sé hacer!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD